La 'Mallorca hitleriana': de los nazis protegidos por Franco a los 'Reichsbürger' que reniegan de la Alemania actual
Michael Leopold Stiegler es un viejo conocido de la Justicia en Balears. Integrante del Reichsbürger (Ciudadanos del Reich), colectivo radical de extrema derecha de ideología neonazi –como lo definió en su día la Guardia Civil–, era detenido en marzo de 2019 por intentar atentar con una bomba, un mes antes, en la localidad bávara de Burglengenfeld. Tras los hechos, Stiegler –31 años en la actualidad– huyó de Alemania y se refugió en un lujoso chalet de la turística localidad mallorquina de Peguera, en el que vivía oculto entre fuertes medidas de seguridad y donde acabó, tras una ardua investigación, arrestado y posteriormente extraditado. Ahora, el nombre de Reichsbürger ha vuelto a sonar con fuerza después de que, la semana pasada, 25 personas de ese entorno fuesen arrestadas por planificar un golpe de estado contra la República Federal alemana, que consideran ilegítima.
Mallorca no es, de hecho, ajena a los vínculos con el nazismo. Como documentó el historiador Josep Massot i Muntaner, ya desde 1934 y hasta la caída del Reich en 1945, concluida la Segunda Guerra Mundial, agentes nazis camparon a sus anchas por la isla, con Palma como centro de operaciones del consulado alemán. “Los nazis contaban con el visto bueno de Franco”, subraya, por su parte, la filóloga Francisca Roca Arañó, autora de la tesis La imagen de Mallorca en la novela del exilio alemán, en la que explica cómo los secuaces de Adolf Hitler y falangistas colaboraron estrechamente durante largo tiempo, incluso mucho después de haber finalizado el conflicto bélico.
Más de setenta años después, Mallorca continúa siendo refugio de quienes glorifican el nazismo y niegan el Holocausto y el exterminio de los judíos como objetivo final del führer. Entre ellos Stiegler, considerado por las autoridades alemanas como muy peligroso, con antecedentes en su país por tenencia de armas cortas así como por fabricación y manipulación de armas de fuego. Estrechamente ligado a la extrema derecha alemana, el detenido buscó atentar en Burglengenfeld con un artefacto de fabricación artesanal que mezclaba varios tipos de pólvora: el dispositivo incluía polvo metálico para aumentar la presión de la deflagración e incorporaba un vial de vidrio con mercurio, lo que habría provocado una gran contaminación en el área circundante con mercurio atomizado.
Oculto en una vivienda de lujo de Mallorca
Tras ello, el neonazi huyó del país germano mientras las autoridades alemanas cursaban una orden europea de detención y entrega. Ante las sospechas de que había decidido trasladarse a España, el servicio de información de la Guardia Civil inició la búsqueda de Stiegler, quien se encontraba escondido en una vivienda de lujo de Peguera, donde su presencia pasaba más desapercibida debido a la amplia colonia de ciudadanos alemanes que habitan en la zona. El detenido permanecía la mayor parte del tiempo oculto en el interior del chalet para evitar ser detectado por los agentes españoles, hasta que finalmente fue arrestado durante la única salida que realizó de la vivienda: al ir a tirar la basura en un contenedor situado en las inmediaciones del inmueble.
Como informó entonces el Instituto Armado, el arrestado era integrante del colectivo del Reichsbürger, que aúna diversas agrupaciones e individuos neonazis vinculados a la ultraderecha alemana y que rechazan la legalidad de la República Federal Alemana. Sus miembros, señalaba la Benemérita, no reconocen a las autoridades ni las instituciones del actual estado alemán, negándose a pagar impuestos y a realizar tareas civiles y manteniendo una postura abiertamente contraria y de oposición al mismo.
Desde la Benemérita explicaban que los miembros del Reichsbürger tienen una fuerte inclinación por las armas de fuego, habiendo demostrado que pueden fácilmente provocar situaciones de conflicto violento con la Policía. Se trata de un foco de especial preocupación para las autoridades alemanas, que ven con creciente desasosiego el resurgimiento de los apoyos hacia movimientos y sectores políticos de ideología neonazi.
El último incidente protagonizado por individuos vinculados a Ciudadanos del Reich se produjo la semana pasada, cuando planearon un golpe de Estado violento con el objetivo de instalarse en el poder y “negociar un nuevo orden estatal” con los “vencedores” de la Segunda Guerra Mundial. Hasta 25 personas fueron detenidas, entre ellas, un abogado, un piloto, un chef de alto nivel, un soldado en activo del mando de fuerzas especiales y un príncipe, el presunto cabecilla de los planes para derrocar al Estado alemán y sustituirlo por un “orden monárquico”. Los arrestados son seguidores de los mitos conspiranoicos de los Reichsbürger y QAnon, movimiento que lleva años enconándose en la periferia de comunidades online de derechas y cuya visibilidad se magnificó en medio de la incertidumbre que trajo consigo la pandemia de la COVID–19.
La ministra de Interior de Alemania, Nancy Faeser, y su predecesor en el cargo, Horst Seefofer, manifestaron tras lo sucedido que la extrema derecha es la mayor amenaza para la seguridad del país. Sin embargo, a pesar del peligro que representan, los expertos cuestionan la capacidad de estos grupos de alcanzar sus objetivos declarados, como el golpe de Estado o la destrucción de las instituciones democráticas.
Desarticulación de los United Tribuns Nomads Spain
En Mallorca, influencers y propagandistas vinculados al partido de ultraderecha Alternativa por Alemania se reunieron en una finca privada entre los pasados 19 y 23 de mayo para debatir el futuro político del país, con conferencias tituladas 'Cómo salvar nuestra patria' o centradas en cómo “cazar” a musulmanes o combatir la inmigración.
Precisamente, también en la isla cayó la cúpula del grupo neonazi de los United Tribuns Nomads Spain, dedicados hasta entonces a controlar el tráfico de drogas en locales de ocio nocturno, fiestas clandestinas y clubes de alterne. De estética motera y con fuertes vínculos con organizaciones alemanas de extrema derecha, en enero de 2020 hasta 16 de sus integrantes eran detenidos por la Policía Nacional en una operación coordinada con Europol y la BKA alemana. Los agentes daban así por desarticulada la rama española de los Street Gang United Tribuns, una amplia estructura internacional con tentáculos en EE.UU., Alemania, Austria, Bosnia, Bulgaria, Dinamarca, Francia, Italia, Suiza, Tailandia y Turquía y más de 1.700 miembros en todo el mundo vinculados al tráfico de drogas, a la explotación de mujeres para la prostitución y al ajuste de cuentas con bandas rivales.
En Mallorca cayó en 2020 la cúpula del grupo neonazi de los United Tribuns Nomads Spain, dedicados hasta entonces a controlar el tráfico de drogas en locales de ocio nocturno, fiestas clandestinas y clubes de alterne de la isla
Desde Mallorca, los miembros del grupo controlaban la seguridad de locales de ocio, prostíbulos y fiestas clandestinas para facilitar el tráfico de drogas en esos ambientes, aprovechando el vacío que dejaron en la isla los conocidos como Ángeles del Infierno tras su desintegración. En el curso de las investigaciones, la Policía Nacional detectó que la organización blanqueaba los beneficios procedentes de sus actividades ilícitas mediante un entramado empresarial dedicado a proporcionar a los miembros contratos y nóminas fraudulentas.
Según los investigadores, parte del lucro económico de la actividad delictiva se destinaba a financiar acciones dentro de diferentes grupos vinculados con la extrema derecha radical y violenta, concretamente, relacionados con grupos ultra deportivos de fútbol y organizaciones neonazis. Los arrestados contaban, además, con un laboratorio de speed y ketamina habilitado en un trastero de Palma.
Jerarquía piramidal y estética motera
Su actuación en Balears arrancó en 2018 con la inauguración del 'Clubhouse' de United Tribuns Nomads Spain en Mallorca. La organización criminal funcionaba bajo la apariencia de legalidad de una asociación legalmente constituida, con jerarquía piramidal y estética (rituales, chalecos de cuero, parches militares y tatuajes) similar a la de conocidas bandas moteras. Tras la creación de la primera rama española en Palma fue sucediéndose la fundación de otros grupos de simpatizantes ('supporters') a lo largo de la Península, con un crecimiento exponencial. Los investigadores detectaron la expansión del grupo en Barcelona, Lleida, Girona, Madrid y Tenerife y la puesta en marcha de un grupo en València.
Finalmente, los cinco cabecillas de la organización fueron condenados, el pasado mes de junio, a penas que suman más de quince años de cárcel y al pago de multas de más de 170.000 euros. Las acusaciones contra todos ellos quedaron reducidas a un delito de tráfico de drogas frente a los de asociación ilícita y organización criminal que se les imputaba inicialmente.
Los cinco cabecillas de los United Tribuns Nomads Spain fueron condenados, el pasado mes de junio, a penas que suman más de quince años de cárcel y al pago de multas de más de 170.000 euros por tráfico de drogas
En 2017, el Informe Raxen del Movimiento contra la Intolerancia recogía que en Balears se habían registrado durante ese año siete incidentes y altercados relacionados con la violencia neonazi. Entre ellos, los protagonizados por el grupo Hammerskin, que había declarado que Mallorca era “protectorado alemán” y acabaron irrumpiendo violentamente en un concierto en el que participaba una vocalista negra. También se produjeron fuertes peleas entre bandas de ultras e incluso un grupo de neonazis boicoteó un concierto de la cantante Mia Julia en un bar de Palma con cánticos fascistas y el despliegue de una bandera imperial alemana que derivaron en una batalla campal. Por su parte, la Audiencia Provincial de Madrid condenó en 2009 a 15 miembros de Hammerskin por asociación ilícita y tenencia ilícita de armas y declaró la ilegalidad de la banda. Una fotografía intervenida en el domicilio de uno de los acusados en la que aparecían varios miembros del grupo con una bandera que lucía insignias nazis dio origen a las investigaciones.
Mallorca, refugio del neonazi Holger Apfel
También Mallorca se convirtió en destino del neonazi alemán Holger Apfel, presidente del Partido Nacionaldemócrata de Alemania hasta enero de 2014, cuando dejó todos sus cargos para abandonar su país y abrir junto a su mujer un restaurante en plena Platja de Palma, destino predilecto del turismo alemán en la isla. Sin embargo, en algún momento entre verano de 2017 y febrero de 2020 (antes del comienzo de la pandemia), Apfel, quien con 18 años comenzó a coquetear con las ideas de extrema derecha, se marchó y, a día de hoy, nada se sabe acerca de cuándo Apfel cerró su restaurante y abandonó Mallorca. Los comerciantes de la zona, sin revelar su identidad, explican a elDiario.es que en el barrio se hablaba mucho de que tenía un pasado nazi, pero aseguran que Apfel no tenía relación con la gente de Platja de Palma, más allá de entrar en algún comercio o supermercado para comprar algo que necesitara.
Décadas atrás, el nazismo tuvo una fuerte implantación en la isla. Como documenta Roca Arañó sobre la presencia de los partidarios de Hitler en Mallorca, hasta 104 agentes favorables a los postulados del Führer tuvieron presencia en España con base en Mallorca, entre ellos el cónsul Johannes Dede –quien trabajó desde Palma para el régimen nazi– y el escritor y propagandista Anton Emmerich Zischka. A pesar de que los aliados exigían la entrega de éstos para juzgarlos en Alemania, la demanda jamás fue atendida debido a la fuerte protección de la que gozaron por parte del franquismo, logrando finalmente huir a América del Sur, donde se les acabó perdiendo la pista. Según la documentación manejada por la filóloga, unos 40.000 nazis se refugiaron en España para, finalmente, huir a la Argentina del general Perón.
“En Mallorca, nazis y falangistas colaboraron estrechamente durante largo tiempo, incluso mucho después del fin de la Segunda Guerra Mundial”, subraya Roca Arañó en La imagen de Mallorca en la novela del exilio alemán. El propio marqués de Zayas, jefe de la Falange de Mallorca, mantuvo estrechas relaciones con los principales jerarcas nazis en la isla, especialmente Dede. Como subraya la filóloga, una vez asegurada Mallorca por el gobierno golpista de Burgos se inició en la isla un cerco a los judíos alemanes y disidentes nazis por parte de los agentes de la Gestapo, también dedicados a controlar el personal militar germano destinado en ella bajo la batuta del cónsul alemán.
En Mallorca, nazis y falangistas colaboraron estrechamente durante largo tiempo, incluso mucho después del fin de la Segunda Guerra Mundial
Expedientes de sangre para certificar la pureza aria
La isla se convirtió, incluso, en el único lugar de la geografía española en el que se ha documentado la existencia de expedientes de sangre en plena vigencia de las leyes raciales y antisemitas de Núremberg, que preconizaban la superioridad de la raza aria: las mujeres de Mallorca debían obtener un certificado de pureza sanguínea si querían contraer matrimonio con militares italianos y alemanes, una práctica de la que no se ha hallado constancia en el resto del archipiélago como tampoco en otras regiones del país.
Mientras tanto, la mayor de las Balears sigue siendo uno de los destinos turísticos preferidos de los alemanes a pesar de la pérdida de población alemana residente en la isla. El alemán es, de hecho, el principal mercado emisor de Balears, considerada por muchos como su decimoséptimo Bundesland. Además de los propios seguidores del Reich, décadas atrás se forjaron en la isla importantes colonias de refugiados del nazismo, integradas, entre otros, por el novelista Franz Blei y el pensador Konrad Liesegang, quienes recalaron en el puerto pesquero de Cala Ratjada.
Capdepera, por su parte, hacía lo propio durante el periodo de entreguerras con exiliados políticos que levantaron pequeñas fábricas de tejidos de rafia a mano aprovechando la experiencia de las mujeres que décadas antes se habían iniciado en la llata [palmito trenzado en tiras], crucial para el estímulo económico de la zona. El diplomático Harry Kessler llegó a afirmar que en las calles de Palma se podía escuchar hablar alemán tanto como en los Campos Elíseos de París. A fin de cuentas, Mallorca era, como llegó a definirla el escritor Friedrich Christiansen, “el paraíso más alejado del mundo”, el lugar en el que descansar y olvidar mientras el resto de Europa comenzaba a tambalearse.
2