May sobrevive a la moción de confianza por la crisis del Brexit
Theresa May ha resistido al último envite. Esta vez, el intento de apartarla del Gobierno se gestó dentro de sus propias filas al activar el mecanismo interno de la moción de confianza. La primera ministra ha conseguido el apoyo de 200 (el 63%) compañeros de partido, mientras que 117 (el 37%) tories han votado en su contra.
Este miércoles por la mañana, el presidente del Comité 1922 (comité conservador en el Parlamento), Graham Brady, anunció que había recibido el número de cartas necesarias (48) para activar este proceso que tenía por objetivo deponer a May después de una desastrosa semana para la primera ministra.
Pero May podría seguir al frente de los conservadores al menos un año más puesto que hasta dentro de 12 meses no se puede volver a activar una moción de confianza como la transcurrida durante este miércoles. Sin embargo, durante toda la jornada se ha hablado de una posible dimisión de May antes de las próximas elecciones a cambio de seguir adelante con los plazos previstos para el Brexit.
Exactamente media hora después de conocerse el resultado de la votación en el seno conservador, Theresa May ha ofrecido una brevísima comparecencia ante los medios en la que ha reconocido que “un número significativo” de sus diputados han votado en su contra y que lo tendrá en cuenta, pero que va a seguir adelante con el Brexit.
“Necesitamos un Brexit que pueda construir un futuro mejor para nuestro país. Un Brexit acorde con el voto de las personas, que recupere el control de nuestro dinero, de nuestras fronteras. Que proteja los trabajos y la seguridad, que recomponga nuestro país en vez de generar división”, ha enumerado. La primera ministra ha dicho que todo esto tiene que comenzar en Westminster, con políticos de todos los bandos actuando con un mismo interés.
“He sabido que hay compañeros preocupados por la salvaguarda con Irlanda del Norte. Iré mañana al Consejo Europeo para conseguir una garantía legal y política y así solventar la preocupaciones que los miembros del Parlamento tienen sobre ese tema”, ha explicado brevemente.
La primera ministra se ha defendido toda la semana con uñas y dientes. “Un nuevo líder no estaría en el cargo para la fecha límite legal del 21 de enero, por lo que una elección de liderazgo corre el riesgo de entregar el control de las negociaciones del Brexit a la oposición”, había dicho May esta misma mañana, que lleva contra las cuerdas semanas.
Si May hubiera perdido la votación, la formación habría tenido que iniciar un proceso interno para elegir un nuevo líder y, durante este miércoles, ya se habían señalado a algunos candidatos como Boris Johnson o Amber Rudd.
Esta moción de confianza se ha producido en medio de la gran crisis que vive el Gobierno después de que May decidiese retrasar la votación que iba a celebrarse este martes sobre el acuerdo del Brexit en la Cámara de los Comunes. May decidió retrasar la votación porque todo apuntaba a que iba a sufrir una derrota tremenda.
“Si el voto se llevase a cabo mañana, se perdería por un gran margen, por lo que la votación será aplazada”, afirmó May ante el Parlamento sin indicar una nueva fecha.
Tras esto, May inició de nuevo contactos con los líderes europeos para tratar de conseguir nuevas concesiones que convenzan a los parlamentarios británicos. Por su parte, el líder de la oposición Jeremy Corbyn ha asegurado este mismo miércoles que con estas negociaciones de última hora “nada ha cambiado”.
Nada más conocerse el resultado, Jeremy Corbyn ha emitido un comunicado en el que ha pedido a May que convoque la votación parlamentaria pospuesta para la semana que viene. “El resultado de esta noche no cambia nada de la vida de nuestro pueblo. La ministra ha perdido su mayoría en el Parlamento, su Gobierno es un caos y es incapaz de lograr un acuerdo de Brexit que funcione para el país y dé prioridad al empleo y la economía”. El líder laborista pide que lleve su “deprimente acuerdo” a la Cámara de los Comunes la semana que viene para que “el Parlamento pueda recuperar el control”.