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Cómo los atentados en París llevaron a la Eurocámara a aprobar el polémico registro de pasajeros

Los aeropuertos registran un octubre récord con más de 19 millones de viajeros

Pablo García

Las instituciones europeas funcionan a golpe de crisis. Es un eslogan que se escucha cada vez más en el barrio europeo de Bruselas, y que podría ser muy discutible si no fuera porque hay situaciones que no se explican de otra manera. Como la directiva sobre el Registro de Datos de Pasajeros (conocido como PNR por sus siglas en inglés) que salió adelante en la comisión de Libertades Civiles del Parlamento Europeo el pasado jueves 10 de diciembre, una propuesta que lleva diez años negociándose en las esferas comunitarias y que había sido rechazada por la misma comisión solo dos años antes. El PNR es muy sensible porque permite almacenar datos privados de todos los viajeros que cojan cualquier avión en la UE supuestamente para prevenir y combatir amenazas como la del yihadismo terrorista (aunque su eficacia no está probada).

Después del voto en contra de abril de 2013 (30 votos frente a 25), la comisión de Libertades Civiles cambia ahora de parecer (38 votos a favor, 19 en contra) y saca un texto todavía más duro elaborado entre la Presidencia Luxemburguesa, los 28 países y la Comisión dos semanas después de los atentados que todavía tiene que votarse en sesión plenaria. Pero si en 2013 una ajustada mayoría tumbó el proceso alegando que el PNR, tal como se planteaba, podía afectar gravemente los derechos y libertades de la ciudadanía, la nueva versión presenta un texto que en algunos de sus puntos es mucho más restrictivo y otorga más poderes a las autoridades policiales.

El éxito parlamentario de la directiva solo se explica por la trascendencia de los atentados de París en enero (Charlie Hebdo, supermercado judío) y diciembre (Stade de France, Bataclan y 11eme Arrondissement). El cambio en el voto de los socialistas (10 votaron a favor, entre ellos la delegación española) y de los liberales propició la aprobación.

A grandes rasgos, la propuesta del nuevo PNR contempla que el almacenamiento de datos personales de millones de pasajeros (nombre, detalles del contacto, procedencia, destino, tarjetas de crédito, acompañantes) permanezca enmascarado durante seis meses. Esto se ha vendido como un avance frente a los 12 meses que reclamaban países como España o Francia. Pero la propuesta de la Comisión de 2011 que la Eurocámara rechazó en abril 2013 solo permitía acceder a los datos 30 días. Ahora serán cinco meses y medio más, un cambio muy notorio que ha pasado desapercibido.

Vencidos los seis meses, los datos personales de las personas que viajen en avión se conservarán durante cinco años, pero su acceso estará mucho más restringido. Este punto no ha sufrido ninguna modificación respecto a la propuesta que se frenó dos años atrás.

No es la única modificación de calado. Otro de los cambios en el PNR que ha pasado de puntillas entre el drama de París y la reapertura de la crisis de los refugiados (en los últimos días se ha puesto en cuestión hasta el Espacio Schengen) es el de los vuelos susceptibles de ser registrados. Porque con la propuesta malograda de 2011 el registro de datos se limitaba a los vuelos entre la UE y el exterior, y con la de ahora se guardarán además los datos de los viajeros en los vuelos internos, es decir, entre dos o más países de los 28 que componen la UE.

Se trata de una reforma monumental del PNR que de un plumazo incluye todos los millones de vuelos que se hacen intramuros. En la votación de 2013 que se cargó la directiva, la Comisión Europea excluyó explícitamente el almacenamiento de datos de los pasajeros en los vuelos internos, y aun con esas una mayoría de eurodiputados votó en contra. Ahora la propuesta permite a los países acceder al registro de pasajeros intra-europeo “siempre que informe a la Comisión con un aviso por escrito”, según el texto.

¿Cómo se ha llegado a esta situación? En 2014 hubo un intento de reabrir la discusión sobre un PNR europeo. Algunos países ya utilizan un PNR nacional para sus vuelos internos, y EEUU obliga a compartir estos registros de pasajeros de aerolíneas desde el 11-S. El Partido Popular Europeo (PPE) siempre ha estado entre los más ardientes defensores.

Pero los atentados de Charlie Hebdo aceleraron el reimpulso a la nueva directiva, y la Comisión elaboró poco después una propuesta más severa y restrictiva con los derechos y las libertades individuales. Se dio la paradoja que el presidente francés François Hollande se convirtió en ardiente defensor del registro de datos mientras que la delegación socialista francesa, su partido, se oponía en el Parlamento Europeo.

Una de las eurodiputadas más críticas es la liberal holandesa Sophie Int’Veld. Int’Veld, que votó que no el 10 de diciembre en la comisión parlamentaria frente al voto afirmativo del resto de su bancada, cree que es innecesario aprobar una directiva sobre el PNR porque lo que falla son los medios y la cooperación entre las autoridades policiales en la lucha contra el terrorismo. “Los vuelos dentro de la UE cubren alrededor del 8% de todo el tráfico dentro de la UE. El 92% de los viajes se hacen en coche, tren, autobús, barco, moto, a pie o de otra manera. Así que el valor añadido sería muy limitado”, dice la holandesa.

“Los terroristas de los ataques de Paris de enero y noviembre eran conocidos por las autoridades. Sus movimientos, incluyendo viajes en avión a lugares como Siria y Pakistán, también se conocían”, explica Int’Veld, que ha hablado con eldiario.es y ha escrito un post sobre el tema en su blog. “Una directiva europea sobre PNR no habría añadido nada. Lo que si habría marcado una diferencia de verdad es que la información hubiera sido compartida entre las autoridades francesas y belgas”. La eurodiputada ve “crucial” obligar a compartir esta información antes que crear un registro que puede lesionar las libertades y derechos individuales.

El expresidente de la comisión de Libertades Civiles de la Eurocámara, el socialista canario Juan Fernando López Aguilar, es de los que ha cambiado el sentido de su voto con relación a 2013. “Es cierto que el PNR no es la panacea, pero nuestro voto a favor es para desbloquear una situación en la que los estados miembros acusan al Parlamento Europeo de entorpecer la lucha antiterrorista”, responde López Aguilar. “En esta nueva directiva hay mejoras y garantías individuales que antes no existían. Estaremos eso sí muy vigilantes durante su aplicación”.

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