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Biden mete presión a Boris Johnson por su pulso con la UE mientras renueva la “relación especial” angloamericana

El presidente de EEUU, Joe Biden, y el primer ministro británico, Boris Johnson, en Cornualles (Reino Unido), este jueves.

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —
10 de junio de 2021 22:28 h

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Joe Biden mete presión a Boris Johnson por la gestión del postBrexit. En particular, por sus resistencias a aplicar el protocolo de Irlanda del Norte que él mismo firmó. Así, el presidente de Estados Unidos, con raíces irlandesas, ha llevado a Londres una advertencia en su primera reunión con el primer ministro británico: evitar que una disputa con la Unión Europea ponga en peligro la delicada paz en Irlanda del Norte, sellada con los Acuerdos de Viernes Santo de 1998. De fondo, el último conflicto es la “guerra de las salchichas”, por la intención británica de prorrogar unilateralmente el periodo de gracia para llevar carnes refrigeradas de Gran Bretaña a Irlanda del Norte, que sí es parte del mercado único europeo.

Eso sí, el mensaje lo mandó su equipo a la prensa que viajaba en el avión con el presidente. Y en la reunión bilateral entre los dos, sin embargo, el tono fue distendido, según explicó el propio Biden, aunque aprovechara para dejar claro su apoyo al Acuerdo de Viernes Santo: “Hemos tenido una reunión muy productiva, en la que reafirmamos la relación especial y renovamos nuestro compromiso de defender los valores democráticos que comparten nuestras dos naciones”.

Parte de esa reafirmación del vínculo angloamericano es que Biden y Johnson hayan firmado este jueves una nueva Carta Atlántica, inspirada en el acuerdo de 1941 entre los dos países, en torno a ocho áreas clave en las que Estados Unidos y el Reino Unido planean colaborar. La carta renovada que se basa “en los compromisos y aspiraciones establecidos hace 80 años” y afirma el “compromiso continuo de mantener nuestros valores perdurables y defenderlos contra nuevos y viejos desafíos”.

La Carta Atlántica fue firmada por el presidente Franklin D. Roosevelt y el primer ministro británico, Winston Churchill, con los objetivos para después de la Segunda Guerra Mundial. Downing Street lo ha descrito como “uno de los mayores triunfos de las relaciones entre el Reino Unido y Estados Unidos, e hizo más que cualquier otro acuerdo para dar forma al orden mundial que llevó directamente a la creación de la ONU y la OTAN”.

Primer viaje de Biden

En su primer viaje al extranjero desde que asumió el cargo en enero, Biden se ha reunido este jueves con Johnson en la localidad costera inglesa de Carbis Bay, en Cornualles, antes de la cumbre del G7 de este viernes al domingo, y de una cumbre de la OTAN el lunes 14, y una cumbre entre EEUU y la UE el martes 15, seguida de una reunión con el presidente ruso, Vladimir Putin, en Ginebra al día siguiente.

Biden está haciendo un ejercicio de recomposición de las relaciones transatlánticas, pero eso mismo supone un cambio de tono con Downing Street en comparación con su predecesor, Donald Trump, uno de los principales aliados del Brexit y de Johnson. En este sentido, Biden está pidiendo a Johnson que evite que las tensas negociaciones para gestionar el divorcio con la UE socaven un acuerdo de paz negociado por Estados Unidos en 1998 conocido es el Acuerdo del Viernes Santo, que puso fin a tres décadas de derramamiento de sangre en Irlanda del Norte.

“El presidente Biden ha sido muy claro acerca de su firme creencia en el Acuerdo del Viernes Santo como la base para la coexistencia pacífica en Irlanda del Norte”, ha dicho el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, a los periodistas a bordo del Air Force One: “Cualquier paso que lo ponga en peligro o lo socave no sería bienvenido por Estados Unidos”. Lo que no hizo Sullivan fue concretar qué acciones de Johnson ponen en peligro la paz, informa Reuters.

Tal es la preocupación de Biden por Irlanda del Norte que Yael Lempert, el principal diplomático de Estados Unidos en Gran Bretaña, emitió a Londres una queja diplomática formal por “inflamar” las tensiones, informó The Times.

“No está lanzando amenazas ni ultimátums, simplemente va a transmitir su creencia profundamente arraigada de que debemos respaldar y proteger este protocolo”, dijo Sullivan.

Punto de inflexión

Mientras Donald Trump celebró el Brexit y dio mítines con su máximo exponente, Nigel Farage, Joe Biden ha expresado a Boris Johnson su compromiso con el Acuerdo de Viernes Santo desde el primer día, en un aviso a los riesgos de la ley del Mercado Interior que quiso aprobar el Gobierno británico y que ya desató las alarmas de una dirigente relevante del Partido Demócrata, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, quien señaló que “si Reino Unido viola un acuerdo internacional y mina el Acuerdo de Viernes Santo, no habrá ninguna posibilidad de que un acuerdo EEUU-Reino Unido sea aprobado por el Congreso de EEUU”.

“El Acuerdo del Viernes Santo es la piedra angular de la paz en Irlanda del Norte y una inspiración para todo el mundo”, dijo Pelosi. “Cualquiera sea la forma que adopte, no se puede permitir que el Brexit ponga en peligro el Acuerdo del Viernes Santo, incluida la estabilidad que brinda la frontera invisible y sin fricciones entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte. El Reino Unido debe respetar el Protocolo de Irlanda del Norte firmado con la UE para garantizar el libre flujo de mercancías a través de la frontera”.

“Si el Reino Unido viola ese tratado internacional y el Brexit socava el acuerdo del Viernes Santo, no habrá absolutamente ninguna posibilidad de que un acuerdo comercial entre Estados Unidos y el Reino Unido sea aprobado por el Congreso”, dijo Pelosi. “El Acuerdo del Viernes Santo es un tesoro del pueblo estadounidense y será defendido con orgullo en el Congreso de los Estados Unidos”.

El presidente de EEUU en su primera conversación telefónica con Boris Johnson, además de señalar las prioridades compartidas –contener la COVID-19; la recuperación económica sostenible; combatir el cambio climático; fortalecer la democracia–, expresó “su interés en cooperar con el Reino Unido, la OTAN y la UE en las prioridades transatlánticas compartidas y reafirmó su apoyo al Acuerdo del Viernes Santo en Irlanda del Norte”.

Raíces celtas

No puede olvidarse que la madre de Biden (Scranton, Pensilvania, 1942), Catherine Eugenia Finnegan, era de origen irlandés y que, por ello, fue criado en la religión católica. Y el Servicio Secreto le llama Celtic, en referencia a sus raíces irlandesas. Estos nombres, explica la BBC, son elegidos por el candidato. Trump era Mogul (magnate) y Kamala Harris, la vicepresidenta electa, Pioneer (pionera).

El día del anuncio de su victoria, la BBC emitió una imagen de archivo cuando un periodista de la cadena británica pública se dirigió a él: “¡Señor Biden, una pregunta para la BBC!” Biden contestó: “¿La BBC? ¡Soy irlandés!”. Sonrió y prosiguió su camino.

A diferencia de Trump, Biden se opuso al Brexit. No es probable que un acuerdo comercial con Londres vaya a ser una prioridad tan alta como podría serlo para Trump, lo cual cierra una puerta a Boris Johnson en su partida negociadora con la UE. Y, como Pelosi, ha descartado un acuerdo de este tipo si Reino Unido agua las protecciones de Irlanda del Norte consagradas en el acuerdo del Brexit que firmó con la UE y que supuso la salida de la salida formal de Reino Unido de la UE el 31 de enero de 2020.

Si Johnson contaba con un acuerdo transatlántico poderoso que limitara el impacto de un Brexit sin acuerdo comercial con la Unión Europea, o si lo agitaba como farol, ya sabe que eso no pasará: ni el compromiso de Biden y el Partido Demócrata con los acuerdos internacionales es el que tenía Trump; ya le han advertido de que no vulnere el protocolo de Irlanda; y por si fuera poco, queda el factor humano: las raíces irlandesas de Biden y las ofensas de Johnson a Obama.

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