Diputados tories proeuropeos provocan una derrota de Theresa May en el Parlamento
Un grupo de once diputados conservadores se rebelaron en la noche del miércoles contra la primera ministra británica, Theresa May, y forzaron al Gobierno a someter a una votación “significativa” en el Parlamento el futuro acuerdo al que llegue con Bruselas sobre los términos del Brexit.
El antiguo fiscal general Dominic Grieve, defensor de la permanencia en la Unión Europea (UE) antes del referéndum de 2016, lideró una revuelta en las filas tories que echó por tierra la frágil mayoría que mantiene May en la Cámara de los Comunes desde su traspiés en las elecciones generales del pasado junio.
Por una estrecho margen de cuatro votos (309 a 305), los partidos de la oposición y el grupo de conservadores disidentes aprobaron una enmienda que impide al Gobierno comenzar a ejecutar el acuerdo sobre la salida de la UE sin el permiso de las cámaras parlamentarias.
La primera derrota en los Comunes de May como primera ministra supone un duro golpe en la víspera de que comience en Bruselas la cumbre en la que los 27 socios comunitarios restantes deben decidir si se inicia la segunda fase de las negociaciones con Londres sobre el Brexit.
El líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, afirmó tras la votación que la derrota representa una “humillante pérdida de autoridad” para May.
Ante ese escenario, la primera ministra trató de dar un golpe de autoridad minutos después de la votación, al destituir como vicepresidente del Partido Conservador a Stephen Hammond, uno de los diputados rebeldes.
Un portavoz de Downing Street aseguró que la derrota en los Comunes no detiene el proceso de salida del bloque comunitario: “Nos continuaremos centrando en preparar al país para abandonar la UE en marzo de 2019”, señaló.
Ante las presiones desde sus propias filas, la primera ministra ya se había comprometido semanas atrás a someter los términos definitivos del Brexit al escrutinio de los diputados, pero había advertido al mismo tiempo de que el voto del Parlamento no tendría poder para detener la ruptura con la UE.
La enmienda de Grieve aprobada corrige el texto del llamado Proyecto de ley de la Unión Europea (Notificación para la retirada), la norma que transpondrá la legislación comunitaria al cuerpo legal británico.
La modificación impedirá al Gobierno británico utilizar legislación secundaria para implementar aspectos del acuerdo con Bruselas, un método que según Grieve habría permitido “esquivar” un eventual voto en contra del Parlamento.
En un intento por desactivar la rebelión en sus filas, May había indicado por la mañana que la enmienda puede impedir que la salida de la UE sea tan “ordenada y suave” como ella desea.
También el ministro para el Brexit, David Davis, intentó durante la jornada disuadir al grupo de parlamentarios disidentes de votar contra el Gobierno y les dirigió una carta para insistir en su compromiso de convocar una “votación significativa” sobre el acuerdo final con Bruselas “tan pronto como sea posible”.
Los argumentos de May y Davis no convencieron a sus correligionarios, como tampoco lo hicieron las concesiones anunciadas a última hora de la tarde por el ministro de Justicia, Dominic Raab, que aseguró que no se utilizaría legislación secundaria para implementar el Brexit antes de la votación parlamentaria.