Biden se abre camino con ventajas en estados clave mientras Trump ya pide recontar votos
Estados Unidos amanece este miércoles sin un ganador claro en unas elecciones marcadas por la pandemia y la división tras cuatro años de escándalos, mentiras, insultos y tensión de Donald Trump. Hasta ahora, se ha cumplido el escenario más temido: el de la incertidumbre que el presidente ya intenta aprovechar para proclamarse vencedor.
En la recta final del recuento, la carrera se centra en el Medio Oeste, la región más disputada del país y donde Biden tiene ventaja pero donde el recuento es más lento por su manera de procesar el voto por correo, récord en estas elecciones por el miedo a la pandemia. El candidato demócrata ha ganado en Wisconsin, según los datos escrutados. La campaña de Trump ya ha anunciado que pedirá el recuento, algo que puede hacer cualquier candidato en este estado cuando el margen entre el ganador y el segundo es inferior al 1% de los votos.
Biden también lleva ventaja en el escrutinio muy igualado en Michigan, cuyos resultados definitivos podrían conocerse este miércoles. Estos dos estados le podrían valer la presidencia por sí solos, aunque también queda en discordia Pensilvania.
¿Por qué tardan?
Pensilvania, Michigan y Wisconsin tardan más en contar que otros estados porque han empezado el escrutinio más tarde que otros estados del voto por correo, especialmente en las ciudades grandes y más demócratas, que en algunos casos han interrumpido el conteo durante la noche.
Pero quien sea elegido presidente necesita ganar dos de estos tres estados. En principio, según las encuestas y las proyecciones con el escrutinio, Biden tiene más posibilidades en Wisconsin y en Michigan. Y Trump, más en Pensilvania. Con el 97% del voto escrutado, el candidato demócrata gana Wisconsin, el estado que más rápido cuenta de estos tres. En Michigan, va por detrás del presidente, pero ha acortado distancias según avanzaba el recuento en las grandes ciudades y del voto correo, dos variables que habitualmente favorecen a los demócratas. Según está ahora el mapa electoral, Biden sería presidente si ganara en estos dos estados.
Pensilvania ha interrumpido el recuento unas horas para dormir y de momento el escrutinio favorece a Trump, aunque lo que queda por contar también corresponde en parte a grandes ciudades como Filadelfia, bastión demócrata.
Wisconsin y Michigan estiman que terminarán de contar sus votos para acercarse a un resultado definitivo este miércoles. Pensilvania, en cambio, cree que concluirá su escrutinio este viernes: es el estado que más tarda porque ha empezado a contar el voto por correo este martes.
En cualquier caso, con datos tan ajustados, las campañas pueden pedir el recuento de votos y abrir así una intensa batalla judicial que, como en 2000, puede acabar en el Tribunal Supremo.
¿Y el resto del país?
La atención se ha desplazado a estos estados del Medio Oeste, que tardan más en contar, después de que Trump ganara en Florida y Biden en Arizona, y el resto quedara prácticamente igual al mapa de hace cuatro años.
Ganar Florida le ha dado a Trump más caminos para que le salga la suma de estados clave y sea reelegido. Florida, además, es uno de los pocos estados importantes que cuenta rápido los votos en la noche electoral. Biden conquistó algunos de los condados que había perdido Clinton en 2016, pero no logró tantos votos en condados como Miami.
Puede que el presidente se haya beneficiado de la movilización de una parte de la comunidad cubano-americana a su favor. En otros estados, como Texas, Biden ha obtenido peores resultados que Hillary Clinton en condados con una representación significativa de votantes hispanos.
Una diferencia crucial para Biden respecto a 2016 ha sido, en cualquier caso, ganar Arizona, un estado tradicionalmente republicano y que le podría ayudar ahora a llegar a la Casa Blanca.
Mantened la fe
Biden salió el primero ante las cámaras a pedir paciencia mientras continúa el recuento probablemente hasta bien entrado este miércoles y dijo “sentirse bien” sobre los primeros datos.
“No es mi lugar ni el de Donald Trump decir quién ha ganado. Es el pueblo estadounidense. Pero soy optimista”, dijo el candidato demócrata. “Mantened la fe, chicos. Vamos a ganar esto”, dijo en su breve aparición ante un grupo de seguidores en Wilmington, Delaware pasada la medianoche.
Unos minutos después, Trump empezó a tuitear. El presidente acusó falsamente a los demócratas de estar intentando “robar las elecciones” aunque sigue sin haber ganador claro en las elecciones y el recuento sigue en buena parte del país.
Pasadas las dos y media de la noche en Washington, el presidente salió en un podio de la Casa Blanca, en un uso inédito de la institución en una noche electoral y ante un grupo de seguidores sin mascarillas en un espacio interior. “Sinceramente, sí que hemos ganado estas elecciones”, dijo Trump pese a que el recuento continúa y no hay claro ganador en unas elecciones ajustadas.
El presidente dijo falsamente que había ganado en Pensilvania, Wisconsin y Michigan, donde todavía no ha terminado el recuento y hay gran incertidumbre sobre el resultado final.
Trump también presentó la ficción de que las elecciones se habían “parado” para evitar que él gane. Lo único que ha sucedido es que algunas ciudades y algunos condados interrumpieron el recuento durante la noche para descansar y retomarlo esta mañana.
El presidente también amenazó con impugnar el resultado ante la justicia y llegar al Tribunal Supremo, donde hay una mayoría de jueces conservadores, de seis a tres.
La clave ahora
La elección del próximo presidente depende ahora de cómo quede la suma entre Pensilvania, Michigan y Wisconsin. Para ser presidente, tanto Trump como Biden tienen que ganar dos de estos tres estados. Si el voto está muy ajustado, las campañas pueden pedir un recuento.
También está pendiente el escrutinio final de Nevada, Carolina del Norte y Georgia, aunque el voto hasta el momento indica que se quedarán como en 2016 (el primero demócrata y los otros dos, republicanos) y por tanto no afectará al resultado final.
Para ser presidente hay que ganar 270 votos electorales, que salen de la suma de los que reparte cada estado según sea el ganador en su territorio. Ya que en total hay 538 y es un número par, en teoría, puede darse el empate: 269 para uno y 269 para otro.
Nebraska y Maine podrían tener en estas elecciones el insólito papel de evitar ese empate. Son los únicos estados que no dan todos sus votos electorales al ganador en su estado, sino en cada distrito del Congreso. Son pequeños: Nebraska tiene cinco votos electorales y Maine, cuatro. Pero un voto electoral puede ser crucial.
En 2016, Trump ganó los cinco votos de Nebraska y uno de los cuatro votos de Maine. Este año, Biden tiene ventaja en el de Nebraska, que incluye Omaha, según las primeras proyecciones,. Todavía no hay suficientes datos sobre el más disputado de Maine.
Un editor chistoso cambió durante unos minutos la página de Wikipedia del distrito en cuestión de Nebraska para incluir el detalle de que es el lugar que “puede salvar al mundo entero”.
Voto récord
La complicación del recuento de este año viene por el volumen de votos y el porcentaje insólito de voto por correo o presencial anticipado.
Más de 100 millones de personas votaron por anticipado, de manera presencial o por correo, por miedo a contagiarse y por la ansiedad de participar. Nunca tantas personas habían acudido a las urnas antes del martes de las elecciones, y eso ha sido un reto para el recuento en estados abrumados por la cantidad de votos para procesar.
Ya han muerto más de 230.000 personas por coronavirus en Estados Unidos, mientras el presidente Trump sigue minimizando la importancia del virus y amenaza con echar a su consejero médico jefe, el respetado Anthony Fauci.
Biden ha ganado el apoyo en todas las franjas de edad salvo la de los mayores de 65 años, según las encuestas a pie de urna, entre los negros y los latinos, entre las mujeres y quienes viven en zonas urbanas y suburbanas. Trump ganó entre los blancos, las personas que ganan más de 100.000 dólares y quienes viven en zonas rurales.
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