Fallece en su celda el exdictador argentino Jorge Videla

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El exdictador argentino Jorge Videla ha muerto a los 87 años en su celda del penal de Marcos Paz, en la provincia de Buenos Aires, donde cumplía una condena a cadena perpetua por delitos de lesa humanidad.

La esposa del militar, Cecilia Pando, ha confirmado la noticia en una radio argentina: “Me enteré por la esposa de un detenido que estaba en el penal con Videla. Anoche no se sentía bien. Lo llevaron al hospital que hay dentro del penal, pero no tenía nada y lo volvieron a llevar a su celda. Esta mañana cuando hicieron el recuento de los detenidos, no estaba y cuando fueron a ver a su celda lo encontraron muerto”, ha explicado.

Videla fue el cerebro de la dictadura militar que gobernó Argentina entre 1976 y 1983, período en el que desaparecieron unas 30.000 personas según organismos de derechos humanos. El militar fue el primer gobernante de la dictadura argentina condenado a prisión perpetua, cuando en 2010 la Justicia le declaró culpable del fusilamiento de una treintena de presos políticos en 1976.

El año pasado, un tribunal condenó al exdictador a 50 años de cárcel por el plan sistemático de robo de bebés, hijos de perseguidos o desaparecidos, durante la dictadura. Videla, que reconoció crímenes, desapariciones y robos de bebés durante su mandato, nunca se arrepintió de los hechos. Este miércoles, durante el juicio por el Plan Cóndor, el exdictador tomó la palabra para calificarse a sí mismo como “preso político” y defendió lo que consideró una “lucha antisubversiva que tuvo lugar durante la guerra interna”.

Cerebro de la dictadura militar argentina

Nacido en la ciudad de Mercedes, en Buenos Aires, el 2 de agosto de 1925, Jorge Rafael Videla Redondo era descendiente de una familia de San Luis con una larga tradición política y militar. Su padre era coronel y su abuelo gobernador de San Luis entre 1891 y 1893. Dos de los siete hijos que tuvo con su primera mujer, Alicia Raquel Hartridge, iniciaron también carreras militares.

A los 17 años, Videla ingresó en el Colegio Militar de la Nación y no tardó en avanzar en la escala del Ejército. En 1973 fue nombrado Jefe del Estado Mayor del Ejército y el 27 de agosto de 1975, la presidenta María Estela Martínez de Perón lo nombró Comandante en Jefe.

Menos de un año después, el 24 de marzo de 1976, Videla encabezó junto a los militares Emilio Eduardo Massera y Orlando Ramón Agosti el golpe de Estado que derrocó a la misma persona que lo había nombrado Comandante en Jefe, la presidenta constitucional María Estela Martínez de Perón. Una de sus primeras decisiones fue cerrar el Congreso y dar paso a la dictadura que se denominó oficialmente “Proceso de Reorganización Nacional”.

Videla gobernó entre 1976 y 1981, el período de cinco años pautado por la Junta Militar y el más extenso en el que un miembro del Ejército se mantuvo como presidente de facto en Argentina.

Nunca se ha arrepentido de sus crímenes

Videla pasará a la historia como uno de los principales impulsores de las peores represiones de las dictaduras americanas. El robo de niños se convirtió en una práctica habitual contra la oposición, una cuestión aún viva en Argentina, ya que muchos hijos siguen descubriendo que los que creían que eran sus padres son en realidad personas afines al régimen militar.

En junio de 2012, el exdictador definió a las mujeres que sufrieron el robo de los bebés como “militantes activas de la maquinaria del terror”, aunque rechazó las acusaciones de que dicha práctica fuese sistemática o se produjese por una orden expresa suya.

Durante la Operación Cóndor, miles de personas fueron arrojadas al océano Atlántico desde aviones para eliminar cualquier prueba de su asesinato, mientras que los cuarteles militares se convirtieron en centros de tortura contra los críticos del régimen militar.

A pesar de su encarcelamiento y las condenas dictadas contra él, Videla nunca dejó de enfrentarse a las numerosas causas pendientes con la justicia. El pasado martes, Videla asumió “íntegramente” ante un tribunal la responsabilidad por los delitos cometidos por sus subordinados durante la Operación Cóndor.

Videla cedió el poder en 1981 a otro militar, aunque no sería hasta 1983 cuando caería finalmente la junta castrense y se iniciaría de nuevo el proceso democrático. En 1985, Videla fue condenado por los crímenes durante la dictadura, pero en 1990, el entonces presidente argentino, Carlos Menem, le concedió el indulto para “superar los conflictos del pasado”.

Desde que salió de la cárcel a principios de los 90 hasta 2008, pasó por varios regímenes de detención domiciliaria alternando con períodos en prisión, aunque no sería hasta ese año cuando entró en una cárcel militar. En 2010, la Corte Suprema de Justicia dictaminó que el indulto de Menem fue anticonstitucional y que su entrada en la prisión de Marcos Paz donde ha fallecido.