El Gobierno británico lanza un programa piloto para hacer tests semanales a la población
El Gobierno británico aspira a hacer tests cada semana a profesores, alumnos, sanitarios y vecinos de barrios con mucha movilidad para afrontar la pandemia este invierno. A la espera de una vacuna contra el coronavirus, la apuesta ahora por tests más rápidos que incluso se puedan hacer en casa para detectar de forma temprana los contagios entre la población, sobre todo a la más expuesta, de manera constante. Para ello, el Gobierno ha anunciado que invertirá 500 millones de libras (561 millones euros) en desplegar y mejorar los tests, como los de saliva que ya se hacen en algunos hospitales británicos.
De momento, el programa arrancará con pruebas piloto en varias zonas de Inglaterra, algunas centradas en los profesores y los sanitarios, y otras en la población más vulnerable por el lugar donde viven.
Así, en las próximas semanas, arranca la prueba piloto en Salford, una ciudad de 220.000 habitantes cerca de Manchester. Ésta es una medida para intentar acabar con los retrasos que se están dando para obtener resultados. El proyecto servirá de ensayo para escalar después las pruebas comunitarias a todo el país, según un comunicado el Departamento de Salud.
El piloto comenzará con hasta 250 pruebas por día y se irá ampliando por zonas. Inicialmente, el programa se enfocará en una ubicación específica de alto tránsito en la ciudad, que incluye espacios comerciales, servicios públicos, transportes y espacios religiosos. Si los resultados son satisfactorios, esperan ampliar el proyecto de manera masiva a todo el país durante el invierno.
El gobierno destinará los nuevos fondos a esta prueba piloto y a la mejora de los tests, en particular a los ensayos que ya están en marcha en Southampton y Hampshire, que utilizan una prueba de saliva y una prueba rápida de 20 minutos. La financiación también se utilizará para ampliar aún más la capacidad de las pruebas PCR. Todos los resultados positivos se pasarán al Servicio Nacional de Salud de Reino Unido, para rastrear contactos y evitar una mayor transmisión del virus.
“Las pruebas son una línea de defensa vital para combatir esta pandemia. Necesitamos utilizar cada nueva innovación a nuestra disposición para expandir el uso de las pruebas y desarrollar la capacidad de prueba masiva que puede ayudar a suprimir el virus y permitir más cosas que hacen que la vida valga la pena”, ha declarado el secretario de Salud y Atención Social, Matt Hancock.
Ensayos en Southampton y Hampshire
Por otro lado, en Southampton, una ciudad de 250.000 habitantes al sur del país, se probará el modelo de pruebas semanales en colegios. Se invitará a más de 2.100 alumnos y personal de cuatro escuelas a realizar un test como parte de la segunda fase de un programa piloto diseñado por la Universidad de Southampton.
Durante la primera fase participaron casi 10.000 personas. El personal médico, los empleados universitarios y sus familiares recibieron tests de saliva que se hicieron en su casa o en su lugar de trabajo. El piloto mostró que el kit de prueba de saliva en el hogar es un “medio fiable” para hacer pruebas regulares a gran escala, según el Gobierno británico.
Esta prueba de saliva, llamada Lampore, implica tomar una muestra de saliva, a diferencia de los métodos actuales existentes que necesitan muestras de nariz y garganta. La máquina de prueba, que tiene dos tamaños, se está probando en Salford y Southampton. En Galicia también se está estudiando este tipo de pruebas de saliva, en las que el paciente, a través de un kit, pueda recoger muestras de su saliva en su domicilio para después enviarlas para ser analizadas.
En Hampshire, además, se está desarrollando un estudio para analizar la efectividad de una prueba de hisopo convencional que da los resultados del diagnóstico de COVID-19 en 20 minutos.
“Las nuevas tecnologías y métodos de prueba son vitales para que el sistema siga evolucionando y mejorando, especialmente cuando evaluamos cómo las pruebas de rutina podrían ayudar a detectar los casos del virus antes”, dijo Dido Harding, que preside el Instituto Nacional para la Protección de la Salud, la máxima autoridad sanitaria en Inglaterra.
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