¿Modelo israelí? La OTAN debate cómo dar garantías de seguridad a Ucrania
Mientras la decisión sobre el ingreso de Ucrania en la OTAN sigue pendiente, los países occidentales están debatiendo garantías de seguridad para el futuro del país invadido por Rusia. Según ha informado esta semana el Wall Street Journal, lo están haciendo con un posible modelo sobre la mesa: el de Israel. El potencial acuerdo de seguridad se basaría en una propuesta conocida como el Pacto de Seguridad de Kiev, que se presentó el pasado septiembre, y “podría proporcionar garantías para armas y tecnologías avanzadas”.
Este miércoles, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha subrayado que la entrada de Ucrania en la alianza “no es algo que sucederá en medio de una guerra”. Preguntado sobre las informaciones del WSJ, ha afirmado que “es un poco pronto para [concluir sobre] los marcos de seguridad para Ucrania”. “Por supuesto, estos temas se debatirán en la cumbre [de Vilna, a mediados de julio], pero no espero ninguna conclusión final en medio de una guerra”, ha indicado.
Según ha revelado el diario estadounidense, líderes de EEUU y la OTAN se está uniendo en torno a la idea de “apuntalar las defensas de Ucrania y tratar de garantizar el futuro soberano” de Ucrania con un modelo de seguridad que los dirigentes occidentales, “incluido el presidente Joe Biden, han comparado con el que tiene ahora Israel”.
El presidente polaco Andrzej Duda, uno de los principales defensores del apoyo a Kiev, ha confirmado al WSJ que las “conversaciones sobre este tema están en marcha ahora mismo” y ha explicado que un acuerdo de seguridad para Ucrania al estilo israelí daría prioridad al envío de armas y tecnología avanzada. Según Duda, Biden, que visitó Polonia en febrero, habló del concepto del modelo israelí.
Israel no es miembro de la OTAN y no tiene un tratado de defensa formal con EEUU que obligue a Washington a salir en su defensa en caso de ataque. Sin embargo, han sido estrechos aliados durante décadas y mantienen una cooperación bilateral en materia de defensa. Israel es el mayor receptor total de ayuda exterior estadounidense desde la Segunda Guerra Mundial.
En el memorando de entendimiento más reciente –negociado por la Administración Obama–, EEUU prometió un apoyo “inquebrantable” a la seguridad de Israel y se comprometió a dedicar 3.300 millones de dólares en Financiación Militar Extranjera y 500 millones de dólares para programas cooperativos de defensa antimisiles durante cada uno de los siguientes diez años, entre 2019 y 2028. “Este Memorando de Entendimiento es una demostración concreta de nuestro compromiso con la capacidad de Israel para defenderse con una ventaja militar cualitativa sobre todos los adversarios regionales potenciales”, dijo el Departamento de Estado de EEUU en un comunicado en 2018.
Según fuentes occidentales citadas por el WSJ, el acuerdo de seguridad para Ucrania estaría vinculado a un proceso de avance hacia la futura adhesión a la OTAN, pero no llegaría a convertir a la alianza en parte de cualquier conflicto con Rusia.
De acuerdo con el mismo medio, la idea está ganando adeptos ahora entre los aliados occidentales como parte de la agenda de la cumbre de la OTAN que se celebrará el 11 y 12 julio en Vilna, Lituania, y “se espera que el acuerdo de seguridad” se firme tras este encuentro, al que se prevé que asista el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
WSJ cita a una fuente de la administración estadounidense que afirma que el debate basado en el “modelo israelí” ha emergido como una forma de abordar el núcleo de las preocupaciones de seguridad de Kiev, “reconociendo que no lograría pronto el ingreso en la OTAN”. “Todavía estamos discutiendo con Ucrania y los aliados y socios cómo será el modelo”, dice la fuente estadounidense. Según el WSJ, aunque “se base vagamente en el modelo de seguridad” de Israel, “los contornos del acuerdo de defensa de Ucrania siguen siendo fluidos”. El objetivo del acuerdo sería disuadir a Vladímir Putin de prolongar la guerra.
El 'Pacto de Seguridad de Kiev'
Ucrania ha reiterado que necesita garantías de seguridad “específicas y efectivas” que la protejan de la repetición de ataques como el perpetrado por Rusia. Es una idea que siempre ha sobrevolado a lo largo del conflicto aunque, a grandes rasgos, ha adoptado diferentes formas.
Durante las rondas de negociaciones al principio de la guerra, cuando Kiev se mostró abierta renunciar a entrar en la OTAN, demandó, a cambio, recibir garantías de seguridad de un grupo de países como condición previa para la neutralidad de cara a un posible acuerdo de paz. La posible pertenencia futura de Ucrania a la alianza fue una de las cuestiones que Moscú alegó como justificación para su invasión.
En septiembre del año pasado, con las conversaciones de paz ya rotas, Ucrania presentó el llamado Pacto de Seguridad de Kiev, cuya base es la idea de crear una coalición de garantes para reforzar su capacidad de defenderse y que fue tachado de negativo por Rusia.
A diferencia de las ideas expresadas en primavera de 2022, en virtud de esta propuesta, China a priori no estaría entre los Estados garantes, que, en cambio, serían todos miembros de la OTAN, incluido Turquía, con Australia como excepción. Otra diferencia importante respecto a las iniciativas anteriores es que Kiev insiste en que las garantías de seguridad no pueden sustituir la pertenencia a la OTAN, pero servirán “hasta que sea miembro de pleno derecho de la alianza”. El documento recalca que en “el periodo intermedio” de esta aspiración, “Ucrania necesita garantías de seguridad férreas” que “procederán predominantemente –aunque no de forma exclusiva– de los países de la OTAN”.
El Pacto de Seguridad de Kiev fue desarrollado por un grupo dirigido por el ex secretario general de la OTAN Anders Fogh Rasmussen y el jefe de gabinete de Volodímir Zelenski, Andrei Yermak. Persigue garantías “jurídica y políticamente vinculantes” que “deben comprometer explícitamente a los garantes con la autodefensa de Ucrania” y demanda a estos países ayuda financiera para apoyar el presupuesto de defensa, fondos para la reconstrucción, “transferencias de tecnología y exportación de armas”, ejercicios de entrenamiento regulares para las fuerzas ucranianas, un programa de cooperación en materia de ciberdefensa y el intercambio frecuente de inteligencia.
Según un análisis de la organización NATO Watch, el documento no propone que los países de la OTAN ofrezcan colectivamente sus tropas en defensa de la soberanía de Ucrania (como hacen entre sí en virtud del Artículo 5 del tratado de la alianza) pero dice que no debe excluir ninguna forma de apoyo para asegurar la autodefensa del país. No está claro lo que esto significa.
Rasmussen, que presentó el plan a Gobiernos de la OTAN, describió el pacto como una codificación formal del apoyo occidental a Ucrania desde el inicio de la invasión y estableció comparaciones entre el pacto de seguridad propuesto y la relación en materia de seguridad entre Estados Unidos e Israel. “Estudiamos distintos modelos de garantías de seguridad, como Taiwán, Israel, garantías de seguridad históricas, etc.”, dijo Rasmussen en una entrevista con la revista Foreign Policy. “Este se parece bastante a lo que se ha visto entre Estados Unidos e Israel”.
Según el WSJ, Estados Unidos sería el principal garante de los acuerdos de seguridad, con la participación de los miembros europeos de la OTAN, mientras que altos cargos de varias capitales europeas, “entre ellas París y Berlín, dijeron estar de acuerdo en principio con el plan, que implicaría una serie de garantías bilaterales dentro de un marco multilateral. La OTAN, Ucrania y otros funcionarios afirmaron que esperan que entre las partes de un pacto de garantías de seguridad figuren EEUU, Reino Unido, Alemania y Francia”.
En respuesta a una pregunta sobre las informaciones del WSJ, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores francés ha dicho esta semana: “Francia está dispuesta a acordar con Ucrania garantías de seguridad que le ayuden a defenderse a largo plazo y a prevenir posibles agresiones futuras”. No es la primera vez que el país galo muestra su disposición a brindar garantías de seguridad a Kiev. Sin ir más lejos, en la cumbre franco-británica del pasado marzo, el presidente francés, Emmanuel Macron, y el primer ministro británico, Rishi Sunak, reafirmaron en una declaración que están “dispuestos a llegar a acuerdos con Ucrania sobre la provisión de compromisos de seguridad que ayuden a Ucrania a defenderse a largo plazo y a disuadir futuros actos de agresión”.
También el canciller alemán, Olaf Scholz, señaló en una entrevista en marzo con la CNN que Occidente está listo para brindar “una determinada forma de garantizar la seguridad” de Ucrania una vez termine la guerra de Rusia. “Creo que ellos (los ucranianos) saben que estamos dispuestos a organizar una determinada forma de garantizar la seguridad del país en un periodo de paz que llegará. Pero aún no hemos llegado a ese punto”, aseguró.
Andriy Yermak dijo en marzo que cree que Ucrania recibirá garantías de seguridad en la cumbre de Vilna. “Definitivamente habrá garantías de seguridad, ya no oímos 'no' cuando hablamos de ellas. Ahora la cuestión es quién será el primero en firmarlas con nosotros”, aseguró a la prensa.
Ucrania insiste en el mensaje de que no contempla una alternativa a su pertenencia a la OTAN y que, en la próxima cumbre, espera una señal fuerte sobre su futuro en la alianza, no “otra repetición de las declaraciones sobre 'puertas abiertas”
“La OTAN es la garantía clave de la seguridad de Ucrania. Tras la victoria, la disposición de Ucrania para que el precio de una nueva agresión de los rusos sea igual a la amenaza a la existencia del propio Estado ruso es nuestra prioridad”, ha repetido Yermak este miércoles. Según el WSJ, se espera que, en la cumbre de Lituania, la alianza constituya un nuevo órgano conocido como el Consejo de la OTAN para Ucrania, “que serviría de puerta de entrada para una futura adhesión”.
Stoltenberg, por su parte, ha explicado que, previsiblemente, los aliados acordarán en la cumbre de Vilna un paquete de varios años para permitir la transición de estándares, doctrinas y equipos de la era soviética a los estándares y doctrinas de la alianza militar y “la interoperabilidad total con la OTAN, que luego ayudará a proporcionar la seguridad que Ucrania necesita para evitar más agresiones”. “Y, por ejemplo, el Pacto de Seguridad de Kiev se centra mucho en cómo construir la propia defensa y seguridad de Ucrania, eso es parte de eso”, ha señalado.
“Las guerras son por naturaleza impredecibles, y nadie puede decir hoy cuándo y cómo termina esta guerra. Pero lo importante es que cuando termine, aseguremos que se detenga y no sea solo una pausa antes de una nueva guerra agresiva de Rusia contra Ucrania. Y por lo tanto, existe la necesidad de fortalecer la propia disuasión y defensa de Ucrania”, ha asegurado. En un evento, el jefe de la OTAN ha señalado que el Pacto de Kiev y “diferentes tipos de seguridad, cosas bilaterales” han estado sobre la mesa, “pero es demasiado pronto para” llegar a una conclusión.
¿Un modelo israelí para Ucrania?
La posibilidad de aplicar un modelo Israelí para Ucrania suscita debate entre los expertos. “Me sorprende que se centren tanto en Israel como si fuera un caso único. EEUU mantiene diferentes niveles de defensa con distintos países. El más alto es la OTAN, después viene un grupo de países, entre los cuales está Israel, pero también está Marruecos y muchos otros a los que EEUU trata bien y transfiere armas cada vez más sofisticadas”, dice a elDiario.es Jesús A. Núñez, codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH).
“Es un mensaje negativo que se vende como positivo. El negativo: 'Ucrania no vas a entrar en la OTAN'. El positivo: 'Pero te vamos a tratar bien porque nos haces falta para intentar frenar a Rusia, por lo que buscaremos un tipo de relación que facilite la transferencia de armamento. Pero nadie va a concretar cuál sí o cuál no, porque no existe una lista así con ningún otro país. Habrá una relación que entre en esa categoría de aliado importante que no es de la OTAN. Por lo menos hay una decena de países que tiene una relación así con EEUU”, dice Núñez. “¿Qué significa garantías de seguridad? No es un concepto matemático. Hace décadas que EEUU da garantías de seguridad al régimen saudí, pero no es una fórmula de seguridad. ¿Se darán garantías a Ucrania? Sí. ¿Cuales? Ya se verá en cada caso adónde llegan esas garantías. No significa palabra de Dios que se vaya a cumplir siempre ni se concretan en un listado exacto”, afirma.
El pasado enero, investigadores del think tank estadounidense Rand Corporation sugirieron en un informe que EEUU “podría prometer más ayuda para el periodo de posguerra con el fin de disipar los temores de Ucrania sobre la durabilidad de la paz”. “Washington lo ha hecho en otros casos, proporcionando grandes cantidades de ayuda a Israel después de que firmara los acuerdos de Camp David y un tratado de paz bilateral con Egipto, asegurándose de que las capacidades de Israel superaran a las de sus vecinos”.
En este sentido, subrayan que aunque este ejemplo difiere en aspectos importantes del conflicto entre Rusia y Ucrania, “sugiere que Estados Unidos tiene formas de calibrar los compromisos de ayuda a largo plazo para tranquilizar a sus socios cercanos sobre su capacidad para defenderse. Hacerlo en este caso, señalando al mismo tiempo los límites de la ayuda en tiempo de guerra, podría hacer frente al optimismo a corto plazo de Ucrania sobre la continuación de la guerra, al tiempo que aumentaría su confianza en la longevidad de cualquier acuerdo para poner fin a los combates”.
En un artículo reciente, Lise Howard, profesora de la Universidad de Georgetown, y Michael E. O'Hanlon, director de Investigación del centro de investigación Brookings, explican que las ideas actuales sobre arquitecturas de seguridad para ayudar a Ucrania se centran, por un lado, en la integración en la OTAN y, por otro, en lo que llaman una estrategia de “puercoespín”, “según la cual los países de la OTAN aumentarían las exportaciones de armamento a Ucrania para maximizar las probabilidades de éxito de su autodefensa”.
Según indican, el concepto puercoespín “está modelado de alguna manera según el compromiso de Estados Unidos de dar a Israel, que no es aliado, una 'ventaja militar cualitativa' en tecnología de defensa”. Pero subrayan que Israel “tiene ventajas (como las armas nucleares) en sus relaciones con sus vecinos fracturados que Ucrania no tiene contra el gigante ruso”.
“Por lo tanto, este concepto debe ir acompañado de mejoras en la seguridad y compromisos institucionales de las potencias occidentales y orientales, dado el grado de duplicidad y falta de confianza de Putin. Como han argumentado algunos cargos ucranianos, solo China (y posiblemente India) puede ejercer una presión amistosa, adecuada y a largo plazo sobre Rusia para que se aleje de Ucrania. Sin embargo, depender de Beijing para asegurar la paz es un puente demasiado lejano. Por esa y otras razones, la estrategia del puercoespín es insuficiente”, dicen.
25