La principal candidata de la oposición en Bielorrusia rechaza los resultados electorales tras una noche de disturbios
La principal candidata de la oposición en las elecciones de Bielorrusia, Svetlana Tikhanovskaya, ha rechazado los resultados oficiales que otorgan la victoria al presidente Alexander Lukashenko con un 80,23% del voto. “Me creo a mis propios ojos: la mayoría era nuestra”, ha afirmado la candidata este lunes en una rueda de prensa en la capital, Minsk. Tikhanovskaya se considera la ganadora y ha prometido permanecer en el país para hacer campaña a favor de un cambio de régimen. Lukashenko lleva 26 años ocupando la presidencia del país y es referido a menudo como el último dictador de Europa.
Tras el anuncio de los resultados preliminares el domingo, multitud de manifestantes salieron a la calle a protestar contra el presidente en varias ciudades del país. Una persona ha fallecido y cerca de un centenar han resultado heridas, según ha informado vía Telegram Olga Chemodánova, portavoz del Gobierno, durante los violentos enfrentamientos ocurridos tras el cierre de los colegios electorales en Minsk entre la policía antidisturbios y manifestantes opositores indignados con la victoria del presidente. Los servicios sanitarios han informado del ingreso de varios heridos en hospitales de la capital, aunque la policía local no lo ha confirmado. Las detenciones ascienden a más de 3.000 siendo Minsk, la capital, el epicentro del conflicto. Sólo en la capital del país se han detenido a cerca de 1.000 manifestantes.
Lukashenko, de 65 años y en el poder desde 1994, buscaba un sexto mandato presidencial en medio de las tensiones con su principal aliado, Rusia, y el deshielo con Estados Unidos, que envió este domingo una segunda partida de petróleo para cubrir el vacío dejado por el crudo ruso. Su victoria ha quedado empañada por las detenciones de opositores y periodistas, el bloqueo de internet y las sospechas de fraude.
En un vídeo publicado por la prensa local se puede ver cómo un camión de la policía atropella a un grupo de manifestantes en el centro de la capital, accidente en el que habrían resultado heridas varias personas. La policía recurrió a balas de goma, mangueras y granadas ensordecedoras para dispersar a los miles de manifestantes, que en una de las avenidas de la ciudad levantaron una barricada con bidones y otros objetos del mobiliario público.
También se informa de la llegada de numerosas ambulancias a las zonas de la ciudad donde se han producido los choques más violentos, que también se han registrado en otras ciudades de este país, presidido por Lukashenko desde 1994. La prensa habla de protestas en Brest, Gomel, Grodno y Vitebsk, entre otras, aunque la líder opositora, Svetlana Tijanóvskaya, había instado a los bielorrusos, “civiles y de uniforme”, a no recurrir a la violencia tras las presidenciales.
Una vez estallaron los enfrentamientos, Tijanóvskaya se dirigió de nuevo a manifestantes y fuerzas de seguridad para frenar la violencia. “Quiero pedir a la policía y a las tropas (de Interior) que recuerden que son parte del pueblo. Y a mis votantes que abandonen las provocaciones y no den motivos para el uso de la violencia en su contra. Por favor, cesen la violencia”, dijo.
Lukashenko, cuyo poder se sustenta en el Comité de Seguridad del Estado (KGB), había advertido al votar en la mañana del domingo que no permitiría una revolución a la ucraniana y descartó que el país se pudiera ver abocado a una “guerra civil”.
Mientras el sondeo oficial encargado por el Gobierno otorgaba a Lukashenko una victoria con el 79,7% de los votos y a Tijanóvskaya apenas un 6,8%, el recuento paralelo de la oposición daba un resultado muy diferente: un 80% a favor de la candidata de la oposición unificada. El exiliado candidato opositor Valeri Tsepkalo, que apoyó a Tijanóvskaya en los comicios, advirtió que la opositora podría no reconocer los resultados y recurrir a los tribunales.
El alto representante para la Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, había pedido a las autoridades que garantizaran unas elecciones “pacíficas, libres y justas”. Las elecciones tuvieron lugar en medio de las tensiones con Rusia y la normalización de las relaciones con EEUU, que acordó con Minsk el envío de un embajador tras 12 años de ausencia.
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