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The Guardian en español

Grupos de derechos humanos critican a la ONU por sacar a Arabia Saudí de su lista negra

Un hombre observa fotografías de víctimas en el conflicto de Yemen, en el que se acusa a Arabia Saudí de miles de muertes.

Ian Black

Varias organizaciones de Derechos Humanos han criticado la decisión de la ONU de sacar a Arabia Saudí de su lista negra por violar los derechos de los niños, a pesar de que se calcula que la campaña saudí contra los rebeldes hutíes de Yemen ha provocado el 60% de las muertes infantiles del conflicto.

La ONG Human Rights Watch acusó a Ban Ki-Moon, secretario general de la ONU, de ceder a la “manipulación política” por las furiosas protestas de Riad. La ONG está impresionada por “el impactante y repentino cambio”. 

De acuerdo con Amnistía Internacional, el organismo internacional “hace el juego descaradamente” a Riad, algo que “daña la credibilidad de la ONU en su totalidad”. En Oxfam calificaron a la decisión de Naciones Unidas de retractarse de sus hallazgos como “fracaso moral”.

Pero el Gobierno saudí dijo que “se exageraba salvajemente” al asegurar que la coalición que lidera causó el 60% de los niños heridos y muertos el año pasado en Yemen. Un informe de la ONU que se conoció la semana pasada culpaba tanto a la coalición como a las fuerzas rebeldes “por una gran cantidad de transgresiones”, incluidos ataques a escuelas y hospitales. 

A la coalición se le atribuyeron 510 muertes de niños y 667 heridos. A los hutíes, 142 muertos y 247 heridos. No se pudo identificar a los responsables en otros 324 casos. El lunes, la ONU anunció que revisaría junto a la coalición los casos del informe. Pero el embajador saudí ante la ONU, Abadallah al-Mouallimi, insistió en que la exclusión de la coalición de la lista negra era “irrevocable y absoluta”.

La guerra en Yemen 

En marzo de 2015, la coalición liderada por Arabia Saudí lanzó una campaña de apoyo al presidente de Yemen, Abd Rabbu Mansour Hadi, para hacer retroceder a los hutíes, tras la captura de la capital yemení, Saná, y otras partes del país. La guerra ha dejado 6.400 muertos y a más del 80% de la población con la apremiante necesidad de ayuda humanitaria

Los grupos internacionales de ayuda humanitaria expresaron su preocupación acerca de los bombardeos saudíes y acusaron a la coalición de atacar deliberadamente objetivos civiles con bombas de racimo, lo que se considera un crimen de guerra. El gobierno británico dijo estar investigando las acusaciones de que esas bombas de racimo hayan sido fabricadas en el Reino Unido.

Para Oxfam, el informe de la ONU sobre los niños y el conflicto es otra muestra de que países como el Reino Unido y los Estados Unidos tienen que dejar de vender “indiscriminadamente” armas a todos los que participan en el conflicto. 

Según el director de Oxfam en Yemen, Sajjad Mohamed Sajid, “se ha permitido que el poder político y la influencia diplomática se impusieran sobre la obligación de la ONU de denunciar a los responsables por la matanza y la mutilación de más de 1.000 niños en Yemen”: “La matanza de niños en sus hogares, en colegios y en hospitales no se debería esconder bajo la alfombra. Cuando la ONU detecta crímenes de este calado, tiene que actuar sin importar quienes son los autores”.

De acuerdo con Phillippe Bolopion, director adjunto para la defensoría global de Human Rights Watch, “el año pasado ya habían hecho la vista gorda con Israel”. “Ahora, al rendirse ante la presión desvergonzada de Arabia Saudí y al sacar a ese país de la nueva lista de la vergüenza, la oficina del secretario general de la ONU no puede caer más bajo. Los niños de Yemen merecen algo mejor”. En su informe de 2014, la ONU había dejado fuera de la lista a Israel y al grupo palestino Hamas, después de haber sido incluidos en una versión preliminar.

Para Richard Bennett, máximo responsable de la oficina de Amnistía Internacional en la ONU, “este es un crudo ejemplo de por qué la ONU necesita defender los derechos humanos y sus propios principios”: “De no ser así, el organismo se convertirá en parte del problema más que de la solución”.

El informe de la ONU publica cada año en una lista negra a los grupos que “se dedican a reclutar y usar niños; los que ejercen violencia sexual contra menores; los que matan y mutilan niños; los que atacan escuelas y hospitales, o los que atacan o amenazan con atacar a personal protegido y los que secuestran a niños”.

Ban Ki-Moon expresó su preocupación acerca de las violaciones en Afganistán, Irak, Somalia, Sudán del sur y Siria.

Según varios funcionarios de Arabia Saudí, el informe no ayudaría en las negociaciones de paz que se llevan a cabo en Kuwait y “complicaría la misión” del enviado de la ONU en Yemen, Ismail Ould Cheikh Ahmed. A menudo, Riad describe a los hutíes como representantes de Irán, el rival de Arabia Saudí en la región. 

Para Abdulaziz Bin Saqr, presidente del centro de estudios saudí Gulf Research Centre, la matanza de civiles en Yemen era el resultado del bombardeo arbitrario de los rebeldes. Bin Saqr se refirió también a los crímenes cometidos por las “marionetas bélicas de Irán” en Siria y en Irak y se preguntó si la ONU estaba al tanto de la situación.

Traducción  de Francisco de Zárate

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