La “guerra” entre Reino Unido y Francia en la isla de Jersey: pescadores enfadados, amenazas de cortes de luz y envío de buques
En las últimas horas un conflicto por los derechos de pesca alrededor de Jersey, una isla británica frente a la costa francesa, ha provocado la movilización de los países vecinos. La protesta de los pescadores franceses terminó este jueves después de unas horas, pero el enfrentamiento de fondo sigue sin resolver.
¿Por qué Francia y Reino Unido han enviado patrulleras?
La amenaza inmediata a la que aparentemente respondió el primer ministro británico, Boris Johnson, con el envío de patrulleras el miércoles por la noche fue la propuesta de bloqueo por parte de pesqueros franceses del puerto de St Helier, el acceso principal para los suministros de Jersey. Francia envió sus patrullas en respuesta a la decisión de Johnson.
Los pescadores franceses acusan a las autoridades de Jersey de limitar el acceso a las aguas que rodean esta isla del canal de la Mancha incumpliendo el acuerdo comercial y de cooperación firmado por la Unión Europea y Reino Unido la pasada Nochebuena para ordenar las relaciones tras el Brexit.
El jueves por la mañana, una pequeña flota de barcos llenos de pescadores enfadados se reunió en el puerto de St Helier bajo la atenta mirada de dos buques patrulleros de la marina real británica. Una imagen que no se explica sin los rencores y las tensiones acumuladas entre Reino Unido y los Estados miembros de la UE en los difíciles años que han seguido al referéndum de junio de 2016. La protesta ha terminado tras una primera conversación entre los pescadores y las autoridades de Jersey.
¿Está rompiendo Reino Unido los acuerdos del Brexit?
Cuando Reino Unido abandonó el mercado único y la unión aduanera de la UE el 31 de enero de 2020 (el llamado periodo de transición tras el fin de la pertenencia a la UE), también abandonó la política común de pesca que desde la década de los 70 ha repartido pacíficamente las capturas en aguas europeas.
Esa fecha también puso fin al acuerdo de la Bahía de Granville, firmado en 2000 por Reino Unido y el gobierno de las Islas del Canal, que otorgaba derechos de pesca a los barcos franceses a una distancia de hasta tres millas de las costas isleñas.
Dentro del acuerdo de comercio y cooperación del Brexit alcanzado la pasada Nochebuena hay un nuevo pacto pesquero entre la UE y el Reino Unido: los pescadores que puedan demostrar haber estado operando en esas aguas con anterioridad pueden mantener hasta 2026 el derecho de pesca a una distancia de entre 6 y 12 millas de las costas británicas.
Jersey publicó el viernes el listado con las licencias expedidas a 41 barcos franceses de más de 12 metros de eslora capaces de demostrar que en los últimos tres años habían pescado en aguas de la isla durante al menos 10 días en un período de doce meses. Las licencias incorporaban el detalle de las especies que estaban pescando y el número de días que habían pasado en el mar.
Para los barcos más pequeños se ha ampliado el plazo de presentación de estas pruebas, pero hay 17 barcos más grandes que no han podido presentar las pruebas exigidas y aquellos que han recibido autorización se quejan de la imposición de condiciones adicionales para asegurar sus licencias..
Esas condiciones adicionales son limitacions sobre las dragas de pesca de los barcos y que las embarcaciones deben respetar la exclusión de las zonas de cría de la dorada durante un breve período de tiempo para investigaciones científicas.
El Gobierno francés ha dicho que esas condiciones son “nulas” y alega que “no fueron acordadas ni negociadas” con ellos. La Comisión Europea también ha dicho que las condiciones infringen el acuerdo de comercio y cooperación.
¿Qué tiene que ver el corte del suministro energético con esto?
El acuerdo de comercio y cooperación estipula que en 2026 finalizarán tanto el acuerdo de pesca que mantiene el statu quo en el canal de la Mancha como el acceso de Reino Unido al mercado único de energía de la UE.
El acuerdo también incorpora un mecanismo de resolución de disputas que permite a una de las partes suspender in extremis unilateralmente algunas de sus obligaciones, siempre que se haga de una manera proporcional.
En este sentido, la ministra francesa de Asuntos Marítimos, Annick Girardin, vinculó el martes los tres cables submarinos franceses que aseguran el suministro energético de Jersey con el buen funcionamiento de los acuerdos de pesca.
“El acuerdo incluye medidas de represalia”, dijo en la Asamblea Nacional francesa. “Pues bien, estamos dispuestos a utilizar estas medidas de castigo. Europa, Francia tiene la forma de hacerlo, está escrito en el acuerdo. Así que en lo que respecta a Jersey, les recuerdo, por ejemplo, el transporte de electricidad por cables submarinos. Así que tenemos los medios y, siento que se haya llegado a esto, lo utilizaremos si es necesario”.
¿Es grave?
Por pequeño que sea, siempre existe el riesgo de cometer errores y que las cosas se salgan de su cauce cuando las fuerzas armadas se involucran en conflictos de este tipo.
Entre la década de los 50 y la de los 70, la disputa por aguas de pesca entre Reino Unido e Islandia conocida como la “guerra del bacalao” provocó varios episodios de violencia en alta mar, con numerosas embestidas y cortes de redes. A principios de los años 70, el primer ministro islandés de entonces, Ólafur Jóhannesson, llegó a pedir a Estados Unidos el envío de aviones para bombardear fragatas británicas.
Pero la disputa actual tiene todos los visos de ser remediable y las autoridades de Jersey ya están buscando una solución intermedia.
Traducido por Francisco de Zárate
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