Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
Mazón intenta reescribir su agenda de las horas clave del día de la DANA
Casa por casa con Cruz Roja: “Trabajé en dos tsunamis en Filipinas y esto es parecido”
Que la próxima tragedia no nos pille con un gobierno del PP. Opina Isaac Rosa

The Guardian en español

Culpan al Movimiento 5 Estrellas por el aumento de casos de sarampión en Italia

Beppe Grillo con el diputado Luigi Di Maio y la alcaldesa de Roma, Virginia Raggi.

Angela Giuffrida

Roma —

Una autoridad sanitaria italiana culpa al Movimiento 5 Estrellas por el alarmante aumento de casos de sarampión que se ha registrado en el país. El partido ha hecho campaña por un programa antivacunas y ha reiterado los desacreditados vínculos entre las vacunas y el autismo. Según el Ministerio de Sanidad, se han registrado más de 700 casos de esta enfermedad altamente contagiosa en lo que va de 2017. En el mismo periodo del año pasado, se registraron 220; en todo 2016, el número de casos ascendió hasta los 844.

El incremento en el número de casos se debe a una disminución en la proporción de niños de dos años vacunados. Del 88% de niños vacunados en 2013, se pasó a un 86% en 2014 y a un 85,3% en 2015, muy por debajo del umbral del 95% recomendado por la Organización Mundial de la Salud.

En 2015, el Movimiento 5 Estrellas propuso una ley contra las vacunaciones por “el vínculo entre las vacunas y enfermedades concretas como leucemia, intoxicaciones, reacciones inflamatorias, inmunodepresión, mutaciones genéticas hereditarias, cáncer, autismo y alergias”.

Ese mismo año, en su blog, Beppe Grillo publicó lo siguiente: “Las vacunas han tenido un papel fundamental en la erradicación de enfermedades terribles como la polio, la difteria y la hepatitis. Sin embargo, implican un peligro asociado a los efectos secundarios que normalmente son temporales y se pueden superar... pero que en algunos casos extraños, pueden ser tan grave como terminar con la enfermedad de la que tratabas de inmunizarte”.

Este año, el brote de sarampión se ha concentrado básicamente en las acomodadas regiones de Piamonte, Lazio, Toscana y Lombardía. Algunos doctores en esas zonas han estado animando a los padres de manera activa a no vacunar a sus hijos. Tanto en Turín (Piamonte) como en Roma (Lazio) se eligieron alcaldes del Movimiento 5 Estrellas en los comicios del pasado mes de junio.

“La gente del M5E dice que el sarampión es algo normal, y que cada tres años se produce un repunte, así que, ¿por qué es peligroso? Bien, lo que yo digo es que no es normal que haya repuntes o brotes. Se supone que estamos en un país en el que no hay sarampión”, explica a the Guardian Rainiero Guerra, el director general de Salud Preventiva en el Ministerio de Sanidad.

La semana pasada, Beatriz Lorenzin, la ministra de Sanidad italiana, hizo una gran defensa de las vacunas después de haberse conocido las nuevas cifras: “La única arma que tenemos contra las enfermedades graves como el sarampión es la vacunación. Basta de información falsa. No existe ninguna correlación entre las vacunas y el autismo”.

Por su parte, Andrea Liberati (del M5E en la región de Umbría), dijo que el aumento nacional de casos de sarampión era el resultado de la información confusa. “No se trata de que estemos completamente en contra de las vacunas, sino de que el Gobierno tiene que enviar un mensaje más claro. Los padres están muy confundidos con información tan contradictoria”, protestó. “Obviamente, aquí hay también un elemento comercial y la necesidad que tienen las grandes empresas farmacéuticas de seguir amasando dinero”.

Muchos ya no confían en las vacunas

Cuando preguntaron a la parlamentaria del M5E Laura Ferrera en noviembre del año pasado sobre las teorías que el partido apoyaba, negó que se opusieran a las vacunas. Dijo que lo que querían era instar a los padres a estar más atentos sobre qué vacunas dan a sus hijos.

La percepción de los italianos sobre la seguridad de las vacunas se vio muy influenciada por las afirmaciones (ahora desacreditadas) sobre una conexión entre la vacuna combinada contra el sarampión, las paperas y la rubeola, y el autismo. En un caso de gran repercusión en 2012, un tribunal de Rímini concedió una compensación a la familia de un niño con autismo después de sentenciar que el autismo del niño lo causó probablemente la inyección de esta vacuna. Esto jugó un papel determinante en los temores de los padres incluso cuando la sentencia fue anulada en la apelación tres años después.

Estos miedos, junto a la falta de confianza en los políticos tradicionales, han llevado a muchos padres a llegar a angustiarse por tomar la decisión de si vacunar o no a sus hijos.

A Michele Marchesani y a su esposa les costó mucho decidir si vacunar o no a su hija (que ahora tiene 15 años) contra el sarampión. Finalmente, estuvieron de acuerdo en no hacerlo pero esta decisión tuvo mucho que ver con que el padre, fisioterapeuta, había pasado siete años trabajando con un joven con autismo. “Los padres del joven creían que la vacuna contra el sarampión le había provocado autismo”, cuenta. “Hicieron campaña e intentaron llevar el caso a juicio pero no llegaron a ningún sitio. Confiaría más en las vacunas si un amigo me convenciera de que es lo correcto, pero no si lo dice un político”.

Elettra de Marches, una madre de gemelos que ahora tienen 16 años, tampoco los vacunó. “Mis dos hijos tuvieron sarampión”, explica. “Es una enfermedad controlable. No se necesita una inyección. Las vacunas solo tienen fines comerciales”.

Los primeros síntomas de sarampión son fiebre, ojos enrojecidos y sensibilidad a la luz, manchas blancas y grisáceas en la boca y en la garganta, y síntomas parecidos a un resfriado. Normalmente, los sarpullidos del sarampión aparecen después de los dos o cuatro días. El sarampión puede llegar a debilitar mucho a las personas y, aunque la mayoría se recuperan, puede tener graves complicaciones como la ceguera e incluso la muerte.

El Gobierno italiano está intentando abordar el miedo en torno a las vacunas como parte de una nueva estrategia enfocada en las redes sociales. “Las líneas de comunicación habituales no funcionan”, asegura Guerra. “Tenemos que comunicar la importancia de la vacunación con un lenguaje comprensible para los padres jóvenes, puesto que son los que más dudas tienen en estos momentos”.

“De lo que estamos hablado es de que puedan acceder a información apropiada y no a cualquier basura publicada en Internet, porque ese es otro problema”, protesta Guerra. El gobierno también está buscando formas de procesar a los médicos que persuaden a los padres contra las vacunas. “Es inaceptable... es casi un crimen”, concluye.

Traducido por Cristina Armunia Berges

Etiquetas
stats