El Parlamento armenio desafía a su viejo aliado ruso con el voto para unirse a la Corte Penal Internacional
El Parlamento armenio ha votado este martes a favor de adherirse a la Corte Penal Internacional, lo que obligaría a la antigua república soviética a detener al presidente ruso, Vladímir Putin, si visita el país.
La decisión tensa aún más las relaciones con Moscú, tradicional aliado de Armenia. Los lazos ya están muy deteriorados por la invasión de Ucrania por el Kremlin y la reconquista de Nagorno Karabaj por Azerbaiyán.
El Kremlin advirtió la semana pasada a Armenia de que su decisión de unirse al tribunal, que ha emitido una orden de detención contra Putin por supervisar el secuestro de niños ucranianos, es “extremadamente hostil”.
Armenia ha tratado de asegurar a Rusia que solo se ocupa de lo que considera crímenes de guerra cometidos por Azerbaiyán en el largo conflicto con su vecino, y que no apunta a Moscú.
Rusia, con una base militar en Armenia, ha sido durante mucho tiempo su garante de seguridad, incluida la gestión de las tensiones sobre Nagorno-Karabaj, pero cuando Azerbaiyán lanzó su ofensiva sobre la montañosa región separatista, Moscú dejó claro que sus tropas no tenían intención de intervenir.
Mientras las tropas azerbaiyanas rodeaban Nagrono-Karabaj, el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, criticó a Moscú y cuestionó la eficacia de los 2.000 soldados rusos desplegados desde 2020 para mantener la paz en la región.
En un discurso pronunciado el pasado fin de semana con motivo del día de la independencia de Armenia, Pashinyan afirmó que “los sistemas de seguridad y los aliados en los que ha confiado el país durante muchos años” eran “ineficaces”, y que los “instrumentos de la asociación estratégica armenio-rusa” no eran “suficientes para garantizar la seguridad exterior de Armenia”.
Richard Giragosian, director del Centro de Estudios Regionales de Ereván, la capital armenia, afirma que la decisión del país de ratificar el tratado fundacional de la Corte Penal Internacional es la última señal de que Pashinyan intenta reducir la influencia de Moscú.
“La ratificación por Armenia está motivada principalmente por su deseo de preparar desafíos legales contra Azerbaiyán. Pero también envía un claro mensaje a Moscú”, afirma. “Forma parte de una escalada constante de medidas adoptadas por Armenia para defenderse y desafiar su relación con Moscú... Ereván busca diversificar su seguridad”.
El mes pasado, Ereván acogió a tropas estadounidenses en un ejercicio militar conjunto sin precedentes. También ha enviado ayuda humanitaria a Ucrania, entregada personalmente por la esposa de Pashinyan, Anna Hakobyan.
La ministra de Asuntos Exteriores de Francia, Catherine Colonna, voló el martes a Armenia para evaluar las necesidades urgentes del país, que se enfrenta a una afluencia de refugiados de Nagorno-Karabaj y al riesgo de operaciones militares azerbaiyanas en su territorio, según dijeron algunos diplomáticos.
La incapacidad de Putin para viajar a Armenia, país que visitó por última vez en 2022, es un símbolo evidente de su menguante influencia en el Cáucaso Sur.
El líder ruso se saltó la cumbre de los BRICS en Sudáfrica en agosto en medio de especulaciones de que podría ser detenido en virtud de la orden de la CPI.
“El papel de Rusia como proveedor de seguridad en su entorno más próximo se ha visto gravemente mermado como consecuencia de su desastrosa guerra contra Ucrania”, escribía recientemente en el Financial Times Alexander Gabuev, director del Carnegie Russia Eurasia Centre de Berlín. “Los efectos desestabilizadores seguirán sintiéndose en toda la vasta masa continental euroasiática”.
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