Reino Unido no paró la venta de armamento a Arabia Saudí tras el bombardeo de un funeral en Yemen
El gobierno de Reino Unido autorizó que se exportara armamento valorado en 283 millones de libras esterlinas (317 millones de euros) a Arabia Saudí en los seis meses siguientes a un bombardeo contra un funeral en el que murieron más de un centenar de personas y que fue condenado por las Naciones Unidas.
El ataque aéreo tuvo lugar el 8 de octubre de 2016 y destruyó un tanatorio de la capital del Yemen, Sana’a. Se trata de uno de los ataques más sangrientos de la ofensiva saudí contra el Yemen; 140 personas murieron y muchas más resultaron heridas.
Desde que estalló el conflicto en Yemen, parlamentarios británicos y activistas han condenado el hecho de que Reino Unido venda armamento a Arabia Saudí. Pese a las críticas, Arabia Saudí sigue siendo el principal comprador de armas del Reino Unido.
Tras la masacre, el Secretario de Comercio del Reino Unido, Liam Fox, optó por posponer la autorización de licencias de exportación y sus subordinados asumieron que se suspendería la venta de armamento a Arabia Saudí. Sin embargo, the Guardian ha tenido acceso a documentos que revelan que el Secretario de Exteriores, Boris Johnson, le aconsejó que no paralizara la venta de armamento por considerar que no sería utilizado en ataques que violaran la ley internacional humanitaria.
Según información difundida por la Campaña contra el Comercio de Armas, en los seis meses siguientes, el gobierno británico autorizó que se exportara material armamentístico a Arabia Saudí. Una de las licencias autoriza la venta de componentes de portaaviones, valorada en 263 millones de libras esterlinas (294 millones de euros), y otra autoriza la venta de bombas y misiles, y está valorada en 4 millones de libras esterlinas (4,5 millones de euros).
Aunque las ventas son menores, preocupan igual
Aunque es una cifra mucho más baja que la registrada durante el trimestre de verano de 2015, cuando se vendieron bombas y misiles por valor de mil millones de libras esterlinas (1.119 millones de euros), los responsables de la campaña indican que estas operaciones siguen siendo preocupantes.
“La masacre cometida durante un funeral debería habernos hecho reflexionar y el Reino Unido debería haber reevaluado su apoyo militar y político a Arabia Saudí”, indica Andrew Smith, portavoz de la Campaña contra el Comercio de Armas: “No obstante, ha seguido vendiendo al régimen aviones de combate, bombas y armas mortíferas”.
“Si matar a 140 personas y convertir una escena de duelo en una masacre no es suficiente para parar la venta de armamento, ¿qué la puede detener? Yemen está sacudido por una terrible catástrofe humanitaria. ¿Cuánta gente tiene que morir para que el Reino Unido haga lo correcto y no proporcione munición al régimen?”, pregunta.
Jo Swinson, la portavoz de Asuntos Exteriores de los Liberales Demócratas, ha pedido que se paralice la venta de armamento a Arabia Saudí. “Tenemos pruebas sólidas de que en Yemen, Arabia Saudí ha atacado a civiles a propósito”, ha explicado a the Guardian: “Y, a pesar de ello, el Gobierno británico ha seguido haciendo operaciones valoradas en millones de libras esterlinas como si nada hubiera pasado”.
“Liam Fox debe asumir la responsabilidad por lo ocurrido y debe interrumpir la venta de armamento a Arabia Saudí y poner fin al papel que ha desempeñado Reino Unido en este conflicto terrible”, señala.
La cifra de 283 millones de libras esterlinas no incluye los equipos de los cañones de las aeronaves, programas para apuntar al objetivo, componentes de los aviones de combate, rifles de asalto y otro tipo de material que ha sido incluido en 24 licencias de exportación que no registran el valor de la venta.
Smith ha indicado que las licencias abiertas son todavía menos transparentes que las licencias de exportación estándar aplicables a ciertas mercancías restringidas.
Este mes, el Tribunal Supremo del Reino Unido dictaminó que el gobierno no había infringido las leyes relativas a la exportación de armas al continuar vendiendo armamento a Arabia Saudí, a pesar de que en Yemen cada vez son más las denuncias contra los ataques indiscriminados contra civiles. La normativa del Reino Unido y de la Unión Europea relativa a la venta de armas establece que no se pueden conceder licencias a la exportación de armas si existe un riesgo evidente de que el arsenal será utilizado para vulnerar las normas de derecho internacional humanitario.
El Tribunal desestimó la denuncia interpuesta por la Campaña contra el Comercio de Armas por considerar que el gobierno tiene suficiente información y acceso a altos cargos del gobierno saudí como para saber con certeza que las armas vendidas por el Reino Unido no se utilizarán para cometer atrocidades.
El Gobierno se defiende
“El gobierno del Reino Unido se toma muy en serio sus responsabilidades en materia de exportación de arsenal de defensa y gestiona uno de los sistemas de control a la exportación más sólidos del mundo”, ha subrayado una portavoz del Departamento para el Comercio Internacional: “Examinamos rigurosamente todas y cada una de las solicitudes conforme a los criterios de concesión de licencias de exportación de armas de la UE y del Reino Unido”.
“Consultamos toda la información disponible, incluidos los informes de las ONG y de nuestra red en el extranjero, y nuestro sistema de concesión de licencias de exportación nos permite responder rápidamente a la realidad cambiante sobre el terreno. Cuando el nivel de riesgo se eleva suspendemos o revocamos las licencias y constantemente revisamos la situación”.
Las estadísticas más recientes también indican que desde el intento de golpe de Estado en Turquía, en julio de 2016, hasta finales de marzo de 2017, el Reino Unido vendió arsenal al gobierno turco por valor de 86 millones de libras esterlinas (96 millones de euros): trajes blindados, cascos y placas de blindaje (25 millones de libras esterlinas, 28 millones de euros), y vehículos blindados (16 millones de libras esterlinas, 18 millones de euros). Se trata de un fuerte incremento en relación al material exportado durante el mismo periodo del año anterior, valorado en 45 millones de libras esterlinas (50 millones de euros).
Desde el intento de golpe de Estado, el Reino Unido ha mostrado su apoyo al presidente turco. En septiembre, Johnson hizo un viaje oficial a Turquía e indicó que el Reino Unido “respalda completamente” al presidente Erdoğan.
El jefe de la diplomacia británica indicó que ha sopesado “la importancia de una respuesta comedida y proporcionada” y añadió que tras el golpe de Estado era “extremadamente importante que Reino Unido apoyara la democracia en Turquía”.
Las medidas de Erdoğan tras el golpe han sido muy criticadas ya que ha sido autoritario y partidario de la mano dura. Ha detenido a decenas de miles de personas, incluidos jueces, periodistas, políticos y defensores de los derechos humanos.
Los responsables de Amnistía Internacional, Human Rights Watch y otras organizaciones de derechos humanos han firmado una carta abierta en la que califican estas medidas de “masivas e implacables” y señalan que son una “señal inquietante” del rumbo que tomará Turquía en el futuro.
Traducido por Emma Reverter