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The Guardian en español

Los tiroteos masivos en Estados Unidos, cada vez más frecuentes y con más víctimas

Un grupo de personas en una concentración por el control de armas en Washington el 6 de junio.

Anastasia Valeeva, Wendy Ruderman, Katie Park

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A primera hora de la mañana del 4 de julio, Día de la Independencia de Estados Unidos, el presidente del país, Joe Biden, se refirió a la jornada como una ocasión para “celebrar la bondad de nuestro país”.

Menos de una hora después del tuit presidencial de las las 9:25 de la mañana (hora de Washington), un hombre armado abrió fuego desde un tejado contra una multitud de espectadores que se reunían para disfrutar de un desfile del 4 de julio en un suburbio de Chicago. Mató a siete personas e hirió a decenas.

El tiroteo del lunes en Highland Park, en el estado de Illinois, ha causado más conmoción a un país que este año ya se había visto sacudido por la masacre en la escuela de Uvalde, en Texas, y por la masacre en un supermercado en Búfalo, en Nueva York.

La percepción de que los tiroteos masivos son cada vez más frecuentes es correcta, según un análisis del Marshall Project, un medio especializado en cubrir asuntos de crimen y justicia.



De acuerdo con una de las definiciones más conservadoras de los “tiroteos masivos”, según la cual es la que se da cuando una persona armada mata a cuatro o más desconocidos en un lugar público, la cifra de este tipo de acciones ha aumentado en los últimos años junto con la de muertos.

Los tiroteos masivos representan solo una fracción del número de muertes diarias por armas de fuego en Estados Unidos, donde cada día mueren unas 124 personas por actos violentos con armas de fuego.

Más tiroteos masivos que nunca

Nuestro análisis se basa en los datos del Violence Project, un grupo de investigación sin ánimo de lucro que ha optado por una definición restringida de los tiroteos masivos adoptada por el servicio de investigación del Congreso, que asesora a los legisladores.

Entre 2017 y 2021, se produjeron 31 de estas masacres, frente a las 24 registradas entre 2012 y 2016, según los datos del Violence Project. Comparamos periodos de cinco años para poder medir las tendencias a lo largo del tiempo, en lugar de centrarnos en el descenso a dos incidentes en 2020, que los investigadores atribuyeron al confinamiento por la pandemia de COVID-19, o el pico causado por el tiroteo masivo de 2017 en Las Vegas, en el que murieron 58 personas. En los últimos cinco años se han producido más tiroteos masivos que en cualquier otro periodo desde que hay registros comparables. Es decir, desde 1966.

El Violence Project define los tiroteos masivos como incidentes únicos en los que mueren cuatro o más personas (sin incluir al autor del tiroteo) en lugares públicos, como escuelas, tiendas o lugares de trabajo. Excluye los asesinatos que se producen a causa de la violencia doméstica o en el curso de otro delito, como el robo a mano armada o la violencia de las bandas.

Según esta definición, en lo que va de 2022 se han producido cuatro tiroteos masivos: Highland Park, Uvalde, Búfalo y Tulsa (Oklahoma), donde un hombre armado irrumpió en la consulta de un médico en un hospital y mató a cuatro personas antes de quitarse la vida. El ritmo de incidentes indica que este año la tendencia es igual al del anterior en el cual hubo seis tiroteos masivos, según esta definición.



Al igual que los tiroteos masivos en Estados Unidos han alcanzado una cifra récord, también lo ha hecho el número de muertos y heridos. Entre 2017 y 2021, los autores de los tiroteos mataron a 299 personas, aproximadamente un tercio más que las 221 víctimas mortales del periodo de los cinco años anteriores. El número de heridos fue cinco veces mayor.

Gran parte del aumento, tanto de muertos como de heridos, se atribuye al tiroteo masivo más mortífero de la historia moderna de Estados Unidos, ocurrido en 2017 en un festival de música en Las Vegas. Un hombre cargado con varias armas de asalto mató a 58 personas. Según los datos del Violence Project, otras 887 personas resultaron heridas, muchas de ellas en la estampida. Pero incluso excluyendo la matanza de Las Vegas, la cifra de muertos y heridos siguió siendo mayor en el último lustro si se compara con el anterior.

El tiroteo masivo del 4 de julio representa la cuarta matanza en menos de tres meses. Según fuentes policiales, en las cuatro, los autores de estas masacres utilizaron armas de gran calibre. El presidente Biden promulgó el mes pasado la medida de seguridad de armas más importante en décadas, aunque la nueva ley no incluye la prohibición de las armas de asalto y los cargadores de alta capacidad, una cláusula que Biden y los demócratas querían incluir.

¿Qué es un tiroteo masivo?

Nuestro análisis muestra que en los últimos cinco años, las armas de asalto se han utilizado en casi la mitad de los tiroteos masivos. En los cinco años anteriores, se habían utilizado en un tercio de los tiroteos.

No existe una definición nacional y legal de “tiroteo masivo”. Varias organizaciones llevan a cabo un seguimiento de los tiroteos masivos, pero utilizan diferentes criterios: algunas solo cuentan los incidentes en los que mueren tres o más personas; otras miden las acciones con al menos cuatro personas muertas o heridas.

Jacob Kaplan, criminólogo de la Escuela de Asuntos Públicos e Internacionales de la Universidad de Princeton, señala que la falta de consenso en la definición de “tiroteo masivo” genera confusión cuando se habla de este problema, por no hablar de los intentos por abordarlo.

“Si usted tiene una definición de tiroteo masivo y yo tengo otra, se hace complicado incluso iniciar la conversación”, señala Kaplan. “No es que una de ellas sea correcta y la otra, equivocada. Es sólo que es necesario ser preciso. Y eso es algo que tiende a perderse en los medios de comunicación y sin duda en el debate político”, apunta.

Algunos investigadores insisten en la importancia de incluir tanto a los heridos como a las víctimas mortales a la hora de analizar los tiroteos masivos. Jaclyn Schildkraut, profesora de justicia penal de la Universidad Estatal de Nueva York en Oswego, afirma que en los últimos años es más probable que las víctimas resulten heridas que muertas debido a la mayor rapidez de la respuesta policial y de los servicios de urgencias y a los avances médicos. Schildkraut es la directora interina del Consorcio Regional de Investigación sobre la Violencia por Armas de Fuego, con sede en el Instituto Rockefeller de Gobernanza, un centro de estudios sobre políticas públicas con sede en Albany (Nueva York).

Schildkraut define un tiroteo masivo como un acto en un lugar público con múltiples víctimas, heridas o muertas, y el autor apunta a las víctimas al azar o “por su valor simbólico” como, por ejemplo, los feligreses negros de una iglesia. Según esta definición, se han producido 402 tiroteos masivos con 3.590 personas muertas o heridas desde 1966 hasta 2020, con un fuerte aumento en los últimos años. Más de la mitad de estos tiroteos, 219, se produjeron en el lugar de trabajo o la escuela del autor de la masacre.

Uno de los años más mortales

El Gun Violence Archive, un grupo de investigación independiente, utiliza una definición amplia de tiroteo masivo: una acción en la que mueren o resultan heridas cuatro o más personas, sin incluir al autor. Incluye los tiroteos relacionados con la actividad de las bandas, las peleas callejeras o la violencia doméstica.

El grupo ha contabilizado 2.403 tiroteos masivos entre 2017 y 2021, con 2.495 muertos y 10.225 heridos. Los datos del grupo revelan un fuerte aumento en los últimos años: 692 tiroteos masivos en 2021, un 66% más que los 417 de 2019.

El grupo ha contabilizado 318 tiroteos masivos hasta las 15:00 horas del 5 de julio. Esto hace que 2022 esté en camino de convertirse en uno de los años más mortales desde que el grupo comenzó a hacer un seguimiento de estos delitos en 2014.

Al igual que el Violence Project, la iniciativa Everytown for Gun Safety define un tiroteo masivo como un incidente en el que cuatro o más personas son asesinadas con un arma de fuego, excluyendo al atacante. Everytown cuenta los incidentes que “ocurren tanto en lugares públicos como privados, con independencia de la cantidad de atacantes y son el resultado de una gran variedad de motivos, como la violencia de grupo, la violencia doméstica o la violencia terrorista”. Según el recuento del grupo, se han producido 110 incidentes en los últimos cinco años, en comparación con los 96 registrados entre 2012 y 2016.

El FBI hace un seguimiento de lo que llama “pistoleros activos”: uno o más individuos que se dedican activamente a matar con armas de fuego o intentar matar a personas en una zona poblada. Esos casos casi se han duplicado desde 2017, hasta llegar a 61 incidentes en 2021 que dejaron 103 muertos y 140 heridos.

Este artículo se ha publicado en colaboración con el Marshall Project, un medio sin ánimo de lucro que cubre el sistema de justicia penal estadounidense.

Traducción de Emma Reverter

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