Trump sufre para recaudar dinero de cara a su nueva campaña presidencial
Con su candidatura para las elecciones presidenciales de 2024 oficialmente en marcha, Donald Trump en apariencia partía con ventaja en la carrera republicana. Los grupos que le apoyan presumen de tener unos 95 millones de dólares (casi 90 millones de euros), suficiente para que los republicanos que compiten contra él se lo piensen dos veces.
Pero la realidad es otra en cuanto se escarba un poco bajo la superficie. Según un análisis de su red de recaudación llevado a cabo por el periódico The Guardian, dentro de esos 95 millones hay unos 78 millones que no pueden destinarse directamente a su campaña presidencial.
Es más, hay indicios de que se está agotando el flujo de pequeños donantes que financiaron sus campañas anteriores. Algunos grandes donantes muy conocidos lo han abandonado. Y una organización que supervisa la financiación de campañas electorales ha presentado una queja contra Trump ante la comisión electoral federal por una supuesta violación de las leyes de “dinero blando” [donaciones que aprovechan una laguna jurídica para eludir la regulación estadounidense para la financiación electoral] ante lo que parece un esquema para esconder el dinero recaudado.
“Son un montón de variables, pero hay muchas razones para creer que a Trump le está costando recaudar dinero más que en los últimos años”, dice Robert Maguire, director de investigación de Citizens for Responsibility and Ethics, una organización dedicada a la transparencia de las instituciones públicas en Washington.
En los últimos años, los fondos recaudados por Trump han alcanzado sumas impresionantes. Para las elecciones de 2020 recaudó 882 millones de dólares (unos 834 millones de euros) y desde entonces, ha recaudado otros 500 millones (unos 473 millones de euros). Pero los ahorros se han esfumado con la defensa legal del propio Trump, las facturas personales de Melania Trump y la ayuda a los protagonistas del asalto al Capitolio del 6 de enero.
Fondos para otras elecciones
En los últimos años, Trump y sus aliados se han beneficiado de una red de financiación cada vez mayor, compuesta por al menos una docena de grupos de apoyo (lo que en Estados Unidos se conoce como “comités de acción política” o PACs, por sus siglas en inglés) con nombres similares: el “comité conjunto de recaudación de fondos Trump salvar a Estados Unidos” y “comité conjunto de recaudación de fondos salvar a Estados Unidos” como ejemplos típicos.
En este ciclo el más prolífico ha sido el comité “de liderazgo salvar a Estados Unidos”: de los 111 millones de dólares que recaudó aún quedaban 21 millones tras las elecciones legislativas de mitad de mandato. Pero la regulación federal estadounidense prohíbe que Trump utilice esos 21 millones en su campaña porque pertenece a esos grupos “de liderazgo” que solo se pueden emplear para lo que fueron creados (en este caso el apoyo a candidatos republicanos que se presentaban a esas elecciones de noviembre), aunque sí está permitido su uso en la financiación de grandes mítines, un pilar central de la campaña electoral.
Hay otros 57 millones de dólares distribuidos en varios grupos de apoyo llamados súper PAC, que pueden apoyar de manera más genérica a una causa. Aunque estos fondos pueden emplearse en apoyar la campaña de Trump o en atacar a sus rivales, hay una restricción legal que impide usarlos de manera coordinada con su estrategia de campaña.
En total, todo eso significa que de los 95 millones de dólares disponibles a 28 de noviembre hay unos 78 millones que no pueden destinarse directamente a la campaña de Trump.
Maniobras
Pero estas leyes no han impedido que el ex presidente tratase de transferir hacia los grupos de apoyo a su campaña el dinero recaudado por los grupos en teoría para otros candidatos, en una maniobra legalmente cuestionable. El 3 de octubre, el grupo “de liderazgo salvar a Estados Unidos” hizo una donación de 20 millones de dólares al grupo de apoyo a Trump “Make America Great Again” (“restaurar la grandeza de Estados Unidos”) que tiene menos restricciones para gastar su dinero. Pero la maniobra llamó la atención de organizaciones de supervisión jurídica, que denuncian una violación evidente de las disposiciones sobre “dinero blando” previstas en la Ley Federal de Campañas Electorales.
El 14 de noviembre, la organización Campaign Legal Center se basó en numerosas declaraciones y en el total de fondos recaudados para denunciar ante la comisión electoral que la transferencia desde el grupo de liderazgo hacia el grupo de apoyo al expresidente se hizo cuando Trump ya era candidato a la presidencia. “Es decir, que Trump violó la ley federal que prohíbe ese tipo de transferencia de 'dinero blando'”, asegura Saurav Ghosh, que dentro de su organización es responsable de la división que trabaja a favor de una reforma en la financiación de las campañas federales.
Trump también parece estar eludiendo las normas que prohíben la coordinación de los grupos de recaudación externos con su estrategia de campaña. “Los súper PAC son nominalmente independientes del candidato, pero con Trump hay que poner muy entre comillas lo de independiente”, denuncia Ghosh. “Claramente, cuando tienes un súper PAC como este, organizado por aliados de Trump y por gente que trabajó en sus campañas anteriores, lo de la independencia es una ilusión”, dice.
El expresidente ha dejado claro su desprecio por estas normas. “Las leyes de financiación de campañas son increíblemente estúpidas y extremadamente complicadas”, dijo en agosto de 2021 al canal de noticias Fox News. Una entrevista en la que aprovechó para insinuar claramente su presentación como candidato. Según Ghosh, esa “entrevista te dice todo lo que necesitas saber”.
Números rojos
El nuevo grupo que recaudará oficialmente los fondos de la campaña presidencial de Trump se llama 'Donald J Trump para presidente 2024'. Pero es posible que dotarlo de fondos acudiendo a los donantes habituales sea ahora más difícil que antes.
Esta dificultad creciente se debe, en parte, a la aparente disminución en las donaciones de poca cuantía que sirvieron para financiar las campañas anteriores, algunas de ellas mediante unos cuestionables planes de pagos recurrentes. El 'comité conjunto de recaudación de fondos Trump salvar a Estados Unidos' ha fusionado su grupo de “liderazgo salvar a Estados Unidos' y el oficial del candidato.
El comité conjunto presumió de haber recaudado 24 millones de dólares entre julio y septiembre, pero una revisión posterior de los registros demostró que había gastado 22 millones para conseguirlo. En los tres meses previos a las elecciones, los números rojos de su red de grupos de apoyo de recaudación ascendían a un total de 13 millones de dólares, alimentando los rumores sobre el agotamiento de los pequeños donantes.
Además, antes de las elecciones del pasado noviembre, la campaña mostró recibos por 111 millones de dólares, una cantidad que se ha reducido a unos 95 millones después, ya que los gastos superan a la capacidad recaudatoria de fondos.
Donantes para DeSantis
Según Maguire, Trump aún “cautiva a un grupo enorme de pequeños donantes dispuestos a seguir dándole dinero”. “Todavía tiene capacidad para recaudar dinero de la multitud de MAGA [por las siglas en inglés de Make America Great Again], pero la pregunta es si eso se va a enfriar y si hay suficiente en la caja, eso está por ver”, asegura.
Entre los desertores del batallón de grandes donantes figuran los que en 2016 fueron sus donantes principales, Robert y Rebekah Mercer, según la CNBC. En lugar de apoyar al expresidente, los multimillonarios están donando esta vez al gobernador de Florida y probable rival de Trump en las primarias, Ron DeSantis.
El gestor de fondos de inversión Ken Griffin, que metió 67 millones de dólares en las elecciones legislativas de mitad de mandato, también está respaldando a DeSantis. “Me gustaría pensar que el Partido Republicano está listo para dejar atrás a alguien que en tres ocasiones ha significado una derrota para este partido”, dijo en septiembre durante el Foro de Nueva Economía de Bloomberg.
En esa línea está también la opinión del financiero y consejero delegado del fondo de inversión Blackstone, Stephen Schwarzman (que gastó 34 millones de dólares en las elecciones de mitad de mandato). “A Estados Unidos le va mejor cuando sus líderes se centran en el hoy y en el mañana, no en el hoy y el ayer”, dijo en un comunicado. “Es hora de que el Partido Republicano recurra a una nueva generación de líderes y tengo la intención de apoyar a uno de ellos en las primarias presidenciales”.
Bloqueo comisión electoral
Pero DeSantis afronta un problema similar al de Trump. Gracias a su grupo de apoyo para su campaña en el estado de Florida, ha recaudado una cantidad enorme de dinero, pero es un dinero que no puede transferirse a una campaña federal. La sospecha de Ghosh es que DeSantis tratará de transferir ese dinero a otro grupo de apoyo, igual que Trump.
Eso podría provocar otra queja del Campaign Legal Center, aunque es poco probable que llegue lejos. El número de miembros de la comisión electoral elegidos por los demócratas es el mismo que el de los elegidos por republicanos, y las diferencias entre los dos partidos han hecho que la institución lleve años estancada en un punto muerto.
“Se trata de infracciones graves porque el sistema federal se ha diseñado para aislarlo de los gastos que superan los límites”, indica Ghosh. “Pero la comisión electoral rara vez hace cumplir las leyes, y en el caso de Trump su historial es especialmente nefasto, así que no espero que vayan a cambiar ahora. Por supuesto, espero que lo hagan, ya que se trata de una violación evidente, pero sabemos a qué nos estamos enfrentando”, dice.
Traducción de Francisco de Zárate
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