El Pentágono confirma un bombardeo masivo sobre Yemen con decenas de víctimas
Estados Unidos ha perpetrado un ataque aéreo masivo sobre Yemen que ha asesinado, según el balance del Pentágono, a “docenas” de personas, convirtiéndose en la segunda operación con más víctimas por parte del Ejército estadounidense.
Ambas acometidas, que han acabado con la vida de más de 200 personas en los campamentos que el Pentágono considera de entrenamiento terrorista, difieren tanto de los ataques de años anteriores, con una cifra de muertes relativamente baja, que los analistas se preguntan si las políticas de EE.UU no estarán cambiando poco a poco.
Peter Cook, portavoz del Pentágono, anunció en la noche del martes que Estados Unidos había bombardeado un refugio en las montañas de Yemen ocupado por la rama local de Al-Qaeda, Al-Qaeda en la Península Arábiga (AQAP). El representante ha ratificado que se trataba de un “campamento de entrenamiento” para “más de 70 terroristas del AQAP.
El cálculo exacto de las consecuencias del ataque, incluyendo un balance total de víctimas civiles, no se encuentra disponible por el momento. El Pentágono tampoco aportará más detalles sobre la localización exacta del campamento en Yemen. “Seguimos evaluando los resultados de la operación, pero en un principio estimamos que docenas de guerrilleros del AQAP han sido extraídos del campo de batalla”, ha declarado Cook en una comparecencia.
El bombardeo ha tenido lugar horas después del atentado múltiple que ha provocado 31 muertes y más de 200 heridos en Bruselas, aunque no se ha corroborado que exista una conexión entre ambos hechos. El Estado Islámico, por su parte, ha reivindicado la autoría de los atentados en la capital belga.
El 5 de marzo, 150 personas murieron durante un ataque aéreo perpetrado por EE.UU en Somalia, en el que el Pentágono también dijo haber derribado un campo de entrenamiento de al-Shabab. El Ejército declaró que el bombardeo, ejecutado con drones MQ-9 y aviones de guerra pilotados, fue necesario para prevenir que el movimiento yihadista atacase a las Fuerzas Aéreas de Somalia, aliadas de EE.UU. Un testigo independiente entrevistado por The Guardian describió cómo los combatientes de al-Shabab “recogían los cadáveres”.
Sospechas de ataques menos selectivos
Aunque todos los ataques antiterroristas cometidos durante la presidencia de Obama han estado envueltos en un halo de secreto oficial, los análisis externos han revelado durante años que estos asaltos no suelen provocar doce víctimas de una vez, ya sea por una cuestión de planteamiento o por el menor tamaño de los misiles Hellfire. Pero el Pentágono rara vez anuncia que sus objetivos sean campamentos de entrenamiento terrorista u otros puntos de encuentro mayores.
Micah Zenko, un analista de misiones antiterroristas en el Consejo de Relaciones Exteriores que sigue la pista de los ataques, estima que EE.UU ha ejecutado 575 bombardeos aéreos en Yemen, Somalia y Pakistán, con un recuento aproximado de 4.000 víctimas, tanto militares como civiles. El balance de daños de esos ataques anteriores ofrecen una media de siete muertes por misión.
Zenko sostiene que los dos ataques más recientes en Somalia y Yemen se asemejan más a las operaciones en guerra que a misiones con “asesinatos selectivos”, el término preferido por la Casa Blanca para referirse a sus letales medidas antiterroristas.
“Los bombardeos en Somalia y Yemen sugieren que la Casa Blanca ha autorizado una apertura significativa de los objetivos sospechosos de terrorismo, más que una búsqueda individualizada de nombres que supongan una amenaza inminente”, declara Zenko.
La presidencia de EE.UU remitió al Pentágono para hacer declaraciones, y este negó cualquier cambio de políticas. “Este ataque se ha llevado a cabo según las medidas que anunció el presidente en mayo de 2013 sobre misiones antiterroristas”, ha manifestado el portavoz Maj Ben Sakrisson.
Cook, por su parte, ha mencionado en su discurso inicial que el bombardeo en Yemen “pone de manifiesto nuestro compromiso para luchar contra Al-Qaeda y arrebatarle su paraíso seguro”.
Traducción de Mónica Zas