La portada de mañana
Acceder
El Gobierno da por imposible pactar la acogida de menores migrantes con el PP
Borrell: “Israel es dependiente de EEUU y otros, sin ellos no podría hacer lo que hace”
Opinión - Salvar el Mediterráneo y a sus gentes. Por Neus Tomàs

La agonía vale para aumentar la ilusión

La agonía vale para aumentar la ilusión

Rioja2

0

Agónico final pero con desenlace deseado. El pase de eliminatoria. Resultaron 45 minutos, más tiempo añadido, eternos, interminables. Cualquier cosa servía para tratar de perder tiempo. Calambres por aquí y por allí. Pere Milla dejaba a los suyos, momentáneamente, con nueve tras una falta lateral que costó 5 minutos en sacarse. Se ansiaba llegar al minuto 96 y parecía que nunca iba a ocurrir. Miguel se hacía grande: sacaba con los puños un tiro de Carlos López y repelía otro de Adrián Marín. Todo ello en el descuento. El Villarreal B estaba desquiciado, sin ideas y ponía corazón. Pero el de la Unión Deportiva Logroñés fue más grande.

En este sentido, el gol de Íker Alegre fue clave para entender que la UDL esté en el bombo del martes. Pero también el extraordinario trabajo defensivo que realizó el equipo cuando actuó toda la segunda parte con diez futbolistas por la expulsión, en la última acción del primer tiempo, de Adrián Cruz. Curiosamente, los blanquirrojos no pasaran tantos apuros como en la primera cuando el Villarreal B hizo méritos para ser el ganador. Borja y Santelices se multiplicaron, pero también Adrián Cruz y Chevi, que acabó extenuado. Por no hablar de Miguel Santos o Paredes, que taponaron las llegada de los extremos del filial. Pero Titi, Íker Alegre y Pere Milla, así como los que actuaron después -Muneta, Luis Morán y Carlos Fernández- se emplearon a fondo por un mismo fin; se olvidaron de atacar y supieron apretar y estar más pendientes de ayudar.

Pouso siempre sorprende con el once. En esta ocasión, la ubicación de Adrián León permitía la superioridad defensiva de los blanquirrojos y que siempre hubiera ayudas. De este modo, el cántabro se encargaba de Carlos Martínez y Paredes marcaba casi al hombre a Leo Suárez, que acostumbraba a jugar mucho por dentro. Así que Borja y Santelices tapaban a Fran Sol, mientras que Miguel Santos intentaba impedir la amplitud que daba Alfonso.

Disposición que obligaba a Chevi y Adrián Cruz a pegarse con Larrea y Rodri, a la vez que Íker Alegre y Titi debían tapar las llegadas de los laterales Edgar Lé y Adrián Marín. El aspecto defensivo estaba trabajado. Todo para impedir que hubiera espacios a la espalda y con la intención de jugar con las líneas juntas y así esperar la opción de contragolpe. Predisposición que fue inmaculada cuando Titi, en banda derecha, vio el desmarque de ruptura de Íker Alegre, de la izquierda hacia el centro. El extremo no se lo pensó, recortó y tiró a portería con la fortuna de que el balón tocó en un defensor para desviar la trayectoria, despistar a Aitor y provocar que la pelota entrara mansamente a gol.

GOL DE ÍKER ALEGRE

Diez minutos de juego, primera aparición ofensiva de los riojanos y objetivo más o menos cumplido, marcar un gol. Previamente, la verdad, es que las sensaciones no eran buenas. Fran Sol ya había avisado del peligro del Villarreal B: balón a la espalda y tiro escorado que atrapó Miguel. Y Carlos Martínez, burlando sin dificultad a Santelices, se había presentado dentro del área y probado que los reflejos del capitán blanquirrojo iban a ser fundamentales. Apenas dos llegadas, suficientes para atisbar que iba a ser un partido de vuelta complicado en el que iba a ser clave el acierto rematador.

Por suerte, la conexión asturiana facilitó que la UDL se colocara pronto por delante en el marcador. El Villarreal B no se asustó y continuó a lo suyo. Movilidad de Carlos Martínez y Leo Suárez, amplitud con Alfonso, remate con Fran Sol y dominio con Larrea y Rodri. Leo Suárez hacía una conducción en diagonal y probaba desde la frontal. Otra vez, Miguel sacaba una buena mano. Pese a que los de Paco López iban por debajo, llevaba la iniciativa y generaban peligro.

Tanto que Alfonso recibió con ventaja en su perfil, llegó hasta línea de fondo y cedió atrás. Por ahí llegaba Rodri que, con el interior, ajustaba para ponerla lejos del alcance de Miguel. Empate en el ecuador de la primera mitad. Entró el duelo en una fase de dudas. Los locales habían hecho lo complicado y se veían dominadores. Los visitantes necesitaban una tregua y la forma de conquistarla era durmiendo el ritmo. Adrián Cruz asumió galones para dirigir a los suyos. Edgar Lé ganaba protagonismo en el ataque del filial, pero Íker Alegre, en labores de ayuda, estaba impecable. Se iba por el buen camino.

EL PELIGRO DE ALFONSO

Sin embargo, Alfonso, de nuevo, se marchaba de Miguel Santos y pasaba atrás. Menos mal que Fran Sol no atinaba en el primer palo. Pero ahí estaba el encuentro. Ese acercamiento animó a los castellonenses hasta el punto de que Edgar Lé era el que pisaba área rival y dejaba para que Carlos Martínez tirara. La pelota se le enroscó y vio a un compañero suyo mejor colocado, Rodri. El autor del gol hizo lo mismo que en el tanto, pero si con anterioridad atinó con el interior de la izquierda, ahora, con la misma zona de impacto, pero con la pierna derecha se encontraba con el poste. Alivio. Lo mejor era alcanzar el descanso.

En eso andaban ambos equipos cuando Adrián Cruz perdía una pelota en la medular, se rehacía y trabaja al atacante del Villarreal B. Falta... y amarilla. Como previamente ya había visto otra, era expulsado en la última acción del primer tiempo, lo que trastocaba, y mucho, los planes de Carlos Pouso.

Había que reponerse en la segunda parte. Tocaba sufrir, aguantar en inferioridad y tratar de poner nerviosos a un filial que iba a volcarse sorbe Miguel. La mejor noticia fue que el Villarreal B quería, pero que no podía. Esos metros que se echó atrás la UDL provocaron que los de Paco López no gozaran de tantos espacios, que no tuvieran tanta libertad de tres partes de campo hacia delante. La idea era llevar el balón de un lado a otro, buscar la superioridad y a raíz de ahí cambiar la marcha, aumentar la velocidad del juego y tratar de pisar área.

Les faltaba el remate, ya que el pase de la muerte de Alfonso no encontró rematador. Justo en esa acción, los riojanos montaron una contra casi perfecta. Faltó el gol. Chevi y Titi se entendieron a la perfección, el asturiano esperó el momento para centrar, el madrileño la dejaba pasar y por la izquierda estaba Íker Alegre. La paró, se la acomodó y la tiró arriba.

EMOCIÓN HASTA EL FINAL

El tiempo pasaba y lo mejor era que no sucedía prácticamente nada. Íker Alegre, acalambrado, dejaba su lugar a Muneta -la UDL agradeció su presencia- y el Villarreal B finalizaba la mayoría de sus acciones en faltas en ataque. ¡Estaban ansiosos! El único acercamiento peligroso fue un pase sobre Fran Sol, pero entre Miguel, que tapó perfectamente, y Santelices, que le impidió el remate a la primera, se quedó en un susto sin consecuencias.

Quince minutos para el final y la UDL lo veía más cerca. Estaba trabajando, a destajo, para ello. Rezagados, sin conceder espacios, evitando la alegría del filial cerca del área y sabiendo parar el partido cuando fuera necesario. Aun así, se acercaba el minuto 90 y cualquier llegada era un susto. Más cuando se añadieron 6 minutos. Un tiempo extra en el que el Villarreal B probó a Miguel en dos oportunidades. La más clara fue un tiro de Carlos López dentro del área., mientras que la otra fue más precipitada, con un golpeo lejano de Adrián Marín, que acabó despejando Borja.

La agonía tuvo su recompensa cuando el árbitro pitó el final. Los jugadores blanquirrojos lo celebraban como merecía la ocasión. Que se guarde algo para las dos siguientes rondas. Ahora toca disfrutarlo y esperar al rival que deparará el sorteo el próximo martes. La ilusión sigue viva. La agonía mereció la pena.

FICHA TÉCNICA

UD Logroñés: Miguel; Miguel Santos, Borja, Adrián Léon, Santelices, Paredes; Titi (Luis Morán, min. 79), Adrián Cruz, Chevi (Carlos Fernández, min. 83), Íker Alegre (Muneta, min. 65); y Pere Milla.

Villarreal B: Aitor; Edgar Lé, Pablo Íñiguez, Mauro (Carlos López, min. 83), Adrián Marín; Leo Suárez, Larrea (Ramiro, min. 61), Rodri, Alfonso (Iván Alejo, min. 73); Fran Sol y Carlos Martínez.

Goles: 0-1, min. 10: Íker Alegre. 1-1, min. 22: Rodri.

Árbitro: Sergio Pérez Muley (colegio Madrileño), acompañado por Héctor Loeches Jorge y Manuel Carralero Calvo. Expulsó por dos amarillas al visitante Adrián Cruz (mins. 18 y 45) y con roja direca a León Suárez, una vez terminado el encuentro. Amonestó a los locales Edgar Lé (min. 19), Fran Sol (min. 66) y Aitor (min. 77) y a los visitantes Íker Alegre (min. 31), Chevi (min. 58), Pere Milla (min. 77), Titi (min. 78) y Paredes (min. 87).

Incidencias: Unos cinco mil espectadores en el Mini Estadi de la Ciudad Deportiva del Villarreal, con cerca de 300 aficionados riojanos. Partido de vuelta de la primera eliminatoria de la fase de ascenso a Segunda división.

Etiquetas
stats