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Pacientes y trabajadores, víctimas del caos en urgencias del San Pedro

Pacientes y trabajadores, víctimas del caos en urgencias del San Pedro

Laura Olave Lozano

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A pesar de que aún no se puede hablar de repuntes en los casos de gripe, las urgencias del San Pedro están colapsadas. Acudir a urgencias y esperar una media de tres horas puede que sea el mal menor porque si la cosa es realmente grave y el paciente debe ingresar, el peregrinaje hasta llegar a una habitación puede ser realmente duro.

De hecho, fuentes del Hospital San Pedro han confirmado a Rioja2.com que no es nada raro que pacientes tengan que permanecer durante 72 horas en los boxes. No hay que irse muy lejos. “Esto sucedió el pasado domingo día 5 de enero. Empezaron a faltar camas para hacer ingresos. Ayer por la mañana había en urgencias cerca de cuarenta pacientes pendientes de hospitalización”, cuenta un trabajador.

Muchos de los trabajadores de Urgencias del San Pedro describen su día a día como un caos. “Lo que se encuentran los médicos y enfermeras son pacientes saturando las urgencias, muchos de ellos obligados a permanecer en los boxes porque no hay sitio en las habitaciones que se mantienen abiertas del hospital y, a la vez, con más pacientes que llegan. El resultado es que el caos se multiplica”.

A la hora de las comidas, más de lo mismo. “Hay mucha gente que no debería estar en Urgencias porque se supone que es una zona de paso previa para los que tengan que ingresar y subir a planta, pero no. Ayer por la mañana, nos explican, dimos 37 desayunos y 34 comidas cuando lo normal, un día de mucho trabajo, es repartir unas diez o doce”.

Pero lo peor de todo, reconocen, “es que trabajamos con personas, con personas que están enfermas y que, lamentablemente, son los que salen perdiendo. Hay muchas veces que, o no tenemos comida, o la que tenemos igual no es la más adecuada y tenemos que hacer algún apaño. Y qué decir de los que están ingresados en los boxes de urgencias. Son habitáculos pequeños en los que incluso se han llegado a meter a dos pacientes, sin baño ni un lugar íntimo en el que los enfermos puedan asearse o hacer sus necesidades. Y todo esto solos porque las familias no pueden acompañarles hasta que pasan a observación”.

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