“Los viticultores riojanos queremos seguir viviendo de producir uvas”

Viñas de La Rioja

Roberto Salinas Bezares, responsable vitivinícola de la UAGR-COAG

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“Queremos vivir de la tierra”. Es el lema de la Unión de Agricultores y Ganaderos de La Rioja desde 1977. Pero a finales de 2024, el producto señero del campo riojano, las uvas que tanto prestigio dan a nuestra Comunidad a través de la DOC Rioja, están más que amenazadas. Bueno, en realidad quienes estamos amenazados somos los miles de viticultores que hasta la fecha hemos podido vivir, a veces bien, a veces no tan bien, gracias al cultivo de nuestras viñas. Porque, o mucho cambia la cosa, o seguirá habiendo viñas, pero ya no serán nuestras, sino todas de las bodegas. Y es una pena, pero la figura histórica del viticultor riojano pasará al olvido, convirtiéndonos los pocos que quedemos en tractoristas o personal cualificado en el campo de las grandes bodegas.

No es alarmismo, sino tristeza lo que sentimos en la Unión ante el oscuro futuro para los viticultores de la DOC Rioja. Triste situación a la que hemos llegado, no solo por la coyuntura internacional y el descenso del consumo de vino, sino por las erróneas decisiones tomadas dentro de las instituciones que gobiernan la DOC Rioja: su Interprofesional y su Consejo Regulador. Decisiones que tienen sus responsables, pero no es este el objeto único de este artículo, sino profundizar en las propuestas de la Unión para regresar a la senda del equilibrio en nuestra Denominación. Pero un equilibrio no exclusivamente entre ventas y existencias, sino que desde la UAGR-COAG entendemos que también los viticultores tenemos que retornar a la rentabilidad económica perdida en los últimos años, ese es el equilibrio que deseamos.

Llevamos un par de años recibiendo ayudas para reducir las existencias en la Denominación, pero los viticultores riojanos no queremos depender de ellas, sino vivir de un precio digno y justo para nuestras uvas. En los próximos meses, además de las citadas ayudas puntuales, habrá que decidir otras medidas estructurales para disminuir las existencias en las bodegas. Mientras se acuerdan y llegan los resultados, lucharemos por tener unas normas de campaña ajustadas y que contribuyan a retornar a la deseada rentabilidad, de existencias-ventas, y económica para los viticultores.

Pero eso será dentro de unos meses, porque antes hay que tomar otras decisiones, como la de los presupuestos del Consejo Regulador para 2025. Desde la Unión advertimos que no los aprobaremos hasta que no haya un compromiso serio con la rentabilidad de los viticultores. Porque, tras 4 años sin rentabilidad, los viticultores no podemos costear nada menos que 8,6 millones de euros para el presupuesto extraordinario de promoción, dado el injusto reparto del valor que genera la venta de vino debido al abuso de posición dominante por parte de las bodegas. 

Como llevamos defendiendo desde hace años, cuando los viticultores afrontamos graves pérdidas económicas, no podemos aprobar que financiemos el presupuesto extraordinario para promoción de las bodegas. Bastante tenemos con contribuir a los presupuestos ordinarios para el funcionamiento del Consejo. No tenemos nada que celebrar y no estamos para fiestas.

En nuestra opinión, cualquier cantidad que se pusiera fuera del presupuesto ordinario debería ir enfocada única y exclusivamente a medidas urgentes para solventar la agudísima crisis que atraviesa el sector productor. Todo lo demás es dinero para una promoción que solo ha servido para financiar las campañas publicitarias de las grandes bodegas, sin que después se reparta justamente con los viticultores el valor generado por la venta de vino.

Hay otras dos razones más para rechazar la propuesta de presupuestos para el Consejo Regulador: Por un lado, el incremento del coste de la tarjeta de viticultor, mientras que para las bodegas el aumento es mucho menor. Desde la Unión ya nos vemos venir la jugada: Se anuncia la subida, y cierta organización que negocia con las grandes bodegas primero dice que no lo va a aceptar, para contentarse luego con que las bodegas y la administración autonómica se hagan cargo del incremento este año. De manera que la subida queda establecida, y a partir del año que viene la tendremos que afrontar los viticultores en su totalidad. 

Y el otro motivo, el porcentaje de financiación de los presupuestos asignado a cada sector, por el que se nos obliga a los viticultores a financiar al 50% el presupuesto extraordinario de promoción, mientras que para el ordinario nuestra contribución es del 30%. Retomando el tema de la recuperación del equilibrio en Denominación más antigua de España, el día 20 presenté en la Junta Directiva de la Organización Interprofesional del Vino de Rioja nuestras propuestas, que a continuación detallo:

Proponemos que las bodegas reduzcan el rendimiento de transformación uva/vino en la misma proporción que lo hacemos los viticultores en las viñas, bajando del 69% aprobado al 67%. Eso sí, excluyendo de esta rebaja a cooperativas y cosecheros (que se verían doblemente penalizados al tener que cumplir la reducción de rendimientos en viña y esta reducción del porcentaje en el prensado).

Es necesario intensificar los controles en las bodegas, al igual que se ha hecho en el viñedo, para detectar las entradas fraudulentas de uva y vino sin amparar y poner en marcha el sistema de control del fraude en bodega mediante la técnica ya disponible de Resonancia Magnética Nuclear (RMN).

Hay que conseguir que se cumpla la Ley de la Cadena Alimentaria para un reparto justo del valor generado por la venta de vino mediante un acuerdo entre las partes integrantes de la DOC Rioja de un pago de la uva por encima de los costes de producción reales (para lo que se tomarán como referencia los costes de producción publicados por las diferentes Administraciones públicas, no pudiendo ofertarse contratos con precios de la uva inferiores a dichos costes medios publicados). Además, proponemos crear en el seno de la Interprofesional de un Observatorio de la Cadena que estudie el reparto de valor en la cadena de producción y comercialización del vino de la DOC Rioja mediante un Registro propio de contratos de compraventa de uva y vino.

Defendemos la eliminación total de la generación de vino de mesa en la DOC Rioja, tanto por la entrada de uva para este destino, como por el exceso de transformación uva/vino (prensado).

Todo esto contribuirá a que podamos seguir viviendo de la tierra, cultivando nuestras viñas y consiguiendo esas uvas que dan al vino de Rioja fama internacional. En ello estamos y por ello seguiremos luchando desde la Unión, no participando en ningún acuerdo que vaya en contra de los intereses de los viticultores.

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