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Zapatos de Arnedo para que niñas explotadas y abusadas sexualmente en Brasil puedan recuperar la inocencia

Niñas del Lar de Santa Mónica volviendo del colegio

Laura Olave Lozano

21 de octubre de 2024 19:54 h

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Estrella, Maribel, María José, Blanca, Carmen, Rocío, Teresa, Puri, Ester, Delia, Isabel y Anabel, son de Arnedo. Doce mujeres a las que les ha unido un proyecto, tratar de que niñas explotadas y abusadas sexualmente en Brasil puedan recuperar la inocencia que les han robado demasiado pronto. Un proyecto que comenzó en 2010 y al que al cabo de estos años se han ido sumando personas: algunas continúan, otras han emprendido otros proyectos y también las hay nuevas. Todas ellas tienen un recuerdo especial para Inma, una mujer que también trabajó por estas niñas de Fortaleza hasta el final de sus días. A lo largo de estos 14 años, continúan con el mismo espíritu con el que comenzaron, recaudar forndos a través un sinfín de iniciativas, la próxima en Logroño, en la parroquia Santo Domingo de Silos los días 26 y 27 de octubre.

Todo comenzó en 2010, recuerda Anabel Jiménez de la mano del misionero arnedano José Alberto Moreno en Fortaleza, un municipio de Brasil y una de las tres ciudades más importantes de la región nordeste de Brasil. En la actualidad, Fortaleza cuenta con unos 2,6 millones de habitantes, lo que la convierte en la ciudad más poblada del país, después de Sao Paulo, Río de Janeiro, Brasilia y Salvador de Bahía. Allí, en Fortaleza, cuenta Jiménez, “una señora donó una importante superficie de terreno, varias hectáreas de tierra en medio de más de 500 puntos de favelas, algo parecido a un parque en mitad de Logroño”. Y allí, en esa superficie donada, hasta 18 asociaciones benéficas están están llevando a cabo distintos proyectos sociales, y el Lar de Santa Mónica es uno de ellos.

Algunas de las niñas que han pasado por estas casas han encontrado un trabajo y están viviendo dignamente

Anabel Jiménez, voluntaria de Arnedo

Comenzó con una sola casa. Ahora ya hay cuatro. Y es que a lo largo de estos años, cuenta Jiménez, hemos conseguido habilitar cuatro casas para niñas: la primera para las de entre seis y ocho años; una segunda para niñas de entre nueve y doce ; la tercera adecuada para adolescentes y una cuarta casa de transición donde permanecen hasta los 18 años. “En esta cuarta casa de transición, las niñas continúan estudiando y a la vez realizan prácticas remuneradas, una casa de tránsito hasta que estas menores pueden ser reinsertadas”. Y casos hay. “Algunas de las niñas que han pasado por estas casas han encontrado un trabajo y están viviendo dignamente”, relata orgullosa la arnedana, “aunque también las hay que se escapan y vuelven a su vida anterior”.

Desde su puesta en marcha en 2010, este proyecto ya se ha consolidado y continúa fiel a su objetivo de rescatar y cuidar de la vida de estas niñas ante la dramática situación de vulnerabilidad y violencia, principalmente explotación y abuso sexual, que viven.

El Lar Santa Mónica es para ellas como el paraíso al que vienen a salvarse, un paraíso al que llegan sin sueños

Anabel Jiménez Voluntaria arnedana

Pero hasta llegar a la cuarta casa, el camino de estas niñas es largo, duro y complicado. Ahora, el personal del Lar de Santa Mónica acuden al rescate de las niñas a las favelas amparadas por el Consejo Tutelar, el órgano colegiado encargado de velar por los derechos de los niños, niñas y adolescentes en Brasil, para evitar problemas con los proxenetas.

“El Lar Santa Mónica es para ellas como el paraíso al que vienen a salvarse, un paraíso al que llegan sin sueños. Las menores llegan de las favelas sin saber leer ni escribir y en Lar de Santa Mónica van por la mañana al colegio y por la tarde cuentan con clases de refuerzo escolar”. Pero quizás lo de menos sean estas carencias académicas. “Las niñas que llegan a estas casas cuentan también con apoyo y atención psicológica y ginecológica porque han sido abusadas, explotadas sexualmente. Llegan muy pequeñitas, con siete años no saben qué les han hecho, pero saben que es malo. Les han robado la inocencia y llegan al Lar Santa Mónica a salvarse. Llegan sin sueños y estas casas se convierten en un hogar en el que poder recuperar su inocencia”. Y en ese proceso, las niñas están acompañadas por un equipo multidisciplinar. “Contamos con trabajadoras sociales, profesionales de la psicología, de la educación social, docentes... a lo que hay que añadir otros profesionales que cuidan a estas niñas de una forma altruista: médicos, dentistas, psicopedagogos...”.

Soy madre y cuando Alberto nos habló de este proyecto, me imaginé a mi hija con doce años en una situación similar a la de estas niñas y se me pusieron los pelos de punta

Anabel Jiménez voluntaria de Arnedo

Jiménez y las otras once arnedanas están totalmente implicadas en esta iniciativa solidaria. “Soy madre y cuando Alberto nos habló de este proyecto, me imaginé a mi hija con doce años en una situación similar a la de estas niñas y se me pusieron los pelos de punta”. Y desde entonces, este grupo de mujeres busca cualquier excusa, aprovechan cualquier oportunidad para recaudar fondos con los que poder hacer la vida más fácil a esas niñas de Fortaleza. “En Pradejón, por ejemplo, vamos conseguir sacar adelante un miniproyecto para financiar el cambio de seis cambiar seis camas porque hay niñas que siguen orinándose por la noche y continúan durmiendo en posición fetal...”. Un proyecto en el que han involucrado a la familia y mucho más. “Hasta mi ginecóloga, Vanesa Oliván, colabora cada año con estas niñas”. Y es que Jiménez ha hecho del Lar de Santa Mónica el lugar en que cada año disfruta de sus vacaciones. Es muy gratificante, confiesa con la voz entrecortada, “las vacaciones que he pasado en el Lar de Santa Mónica han sido las mejores porque han logrado sacar lo mejor de mí y es lo mejor que le he podido enseñar a mi hija que también me ha acompañado. Con este proyecto he descubierto que cuando tú das, recibes más”.

Mercadillo solidario de calzado en Logroño

Desde su inauguración, Lar Santa Mónica ha acogido ya a más de 300 niñas y adolescentes. Cuatro casas con capacidad para 36 niñas de entre 7 y 18 años que deben seguir abiertas. Y para eso, estas arnedanas piden la colaboración de todas las personas que quieran echar una mano. La ocasión más inmediata, los días 26 y 27 de octubre en la parroquia Santo Domingo de Silos en la calle Las Gaunas de Logroño. “Volvemos a la parroquia con el mercadillo solidario de calzado, vamos a llevar unos mil pares de zapatos de Arnedo, zapatos con los que vamos a poder hacer mucho allí porque todo el dinero que recaudamos aquí, allí se multiplica por 6”.

Pero además, si hay personas interesadas en colaborar con el Lar de Santa Mónica, estas mujeres tienen un número de cuenta en el que reciben donaciones ES68 2100 4272 0213 0000 3822. Donaciones económicas y de cualquier otro tipo porque ahora también están recabando productos para una cesta de Navidad que aseguran será muy atractiva y cuyos boletos ya están a la venta.

Y es que lo que a estas mujeres les falta son horas en el día, no ganas de trabajar ni imaginación para sacar adelante un mercadillo de zapatos de Arnedo en Logroño, la rifa de una cesta de Navidad, un chocolate solidario, una cata solidaria o incluso un curso de kárate benéfico. Cualquier motivo es válido para devolver un poco la inocencia robada demasiado pronto.

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