Almeida: alcalde, portavoz del PP y todo su futuro en el aire
Tiene un pie en la alcaldía de Madrid, el otro en la portavocía del PP y ninguno de los dos pisa ya sobre seguro. La cruenta guerra abierta en el PP entre su presidente, Pablo Casado, y la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, salpica de lleno al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, después de conocerse que trabajadores de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo (EMVS), dependiente del Ayuntamiento de Madrid, pidiesen a un detective privado recabar más datos sobre la comisión recibida por el hermano de la dirigente madrileña derivada de la adjudicación de un contrato de 1,5 millones de euros por parte de la Comunidad de Madrid a un amigo de la familia Ayuso, por el que cobró al menos 55.850 euros.
El estallido de la crisis obligó el jueves pasado al alcalde a comparecer a primera hora ante la prensa para dar explicaciones, y ya desde ese primer momento dejó claro que iba a ejercer solo “como alcalde de Madrid”. Compatibilizar la condición de regidor de la ciudad y el papel de portavoz de una dirección nacional, en el que nunca ha estado a gusto y que ha declarado la guerra a Ayuso, la dirigente mejor valorada por los madrileños, se ha vuelto para el político del PP una tarea imposible. Más, cuando el propio Ayuntamiento aparece señalado como parte de la contienda por los contactos que algunos de sus empleados realizaron con agencias de detectives para investigar a la presidenta de la comunidad.
Sus socios de Ciudadanos no dan crédito, y la vicealcaldesa, Begoña Villacís, lleva dos días exigiendo que se esclarezca “la verdad”, dolida por no haber sido informada de todo este escándalo. De momento, ha anunciado que su grupo apoyará este martes en el Pleno la Comisión de Investigación que piden los grupos de la oposición. “No permitiremos que se use el Ayuntamiento para guerras internas y partidistas del PP”, dijo el pasado jueves. Pero por ahora ha descartado presentar una moción de censura. Según repite, su partido no se va a comportar de forma tan “desleal” como hicieron los populares con ellos, expulsándolos de los gobiernos autonómicos y convocando por sorpresa las elecciones primero en Madrid y después en Castilla y León para tratar de barrerlos del mapa.
Acorralado por las noticias publicadas ese día en El Confidencial y El Mundo, Almeida convocaba a primera hora del jueves a los periodistas en el Palacio de Cibeles. En esa comparecencia subrayó en varias ocasiones que lo hacía como alcalde de la capital y trató de colocarse en el bando de los no alineados dentro de la guerra civil que vive el PP.
Almeida explicó que tras recibir un primer aviso de que la EMVS estaba involucrada en un supuesto intento de espionaje a Ayuso –un mensaje que le trasladó el exministro y exalcalde Alberto Ruiz-Gallardón que hizo de emisario de la presidenta madrileña, con la que el alcalde ha perdido toda relación–, el Consistorio puso en marcha “una investigación interna”. “Hechas las averiguaciones, concluimos que el detective niega la reunión, el trabajador niega la reunión, que no hay ningún contrato y que por tanto no se ha podido producir ningún encargo ni pago para obtener información de esa naturaleza”, trató de zanjar la polémica el alcalde. Luego anunció que “si apareciera alguna prueba de conducta irregular, sería cesado inmediatamente”. A preguntas de los periodistas se refirió en concreto a Ángel Carromero, coordinador general del Ayuntamiento de Madrid y uno de los hombres de su máxima confianza en aquel momento, desvelando que se había reunido con él el día anterior y le había asegurado que no tenía nada que ver en esa trama.
Solo unas horas más tarde Carromero dimitía, noticia que fue confirmada en una escueta nota por el Ayuntamiento. “Tras la nueva información aparecida esta tarde en El Confidencial, y tras mantener una conversación con el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, Ángel Carromero ha presentado su dimisión con efecto inmediato a partir del día de hoy”. Esas nuevas noticias apuntaban a Carromero como instigador de otras investigaciones sobre contratos recibidos por la empresa donde ahora trabaja el exnovio de Ayuso Jairo Alonso, y gestiones parecidas para buscar vínculos también con el exmarido de la presidenta regional.
Carromero aseguró que se iba para poder “defenderse” de todo lo que se ha dicho de él y para no causar un perjuicio al Ayuntamiento de Madrid mientras negaba “haber actuado en nombre del PP ni de nadie”. Pero fuentes del Gobierno municipal aseguran que su marcha no es voluntaria, sino que fue forzada por el regidor, temeroso de que apareciese un goteo de noticias sobre las maniobras de Carromero, a quien Almeida considera un enviado de Génova 13.
Sea como fuere, la renuncia de Carromero echó por tierra la versión dada por el alcalde solo unas horas antes.
El viernes fue programada una reunión urgente y extraordinaria del consejo de administración de la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo, a peticón de Begóña Villacís y de otros grupos. El propio vicepresidente de esta empresa, y portavoz de Urbanismo en el Ayuntamiento, Mariano Fuentes, de Ciudadanos, aseguraba después de dos horas de reunión que salían “con más dudas que certezas” porque todo lo escuchado “más bien desmiente las palabras del alcalde sobre que se hubiera producido algún proceso de investigación interno” para esclarecer las gestiones destinadas a contratar desde la empresa pública a una empresa de detectives.
La vicealcaldesa, a su vez, adelantaba que a su partido “no le temblará el pulso si hay que depurar responsabilidades”. En un hilo de Twitter desgranaba lo que a su juicio se debe aclarar. “¿Se ha realizado una investigación sobre la contratación de servicios para seguimiento/recopilación de información sobre personas ajenas al objeto de la EMVS? ¿Quién la ordenó? ¿Quién era responsable?”. “¿Quién participó en ella? ¿En que consistió (labores realizadas, documentos analizados, que entrevistas/reuniones se mantuvieron? ¿Se recogieron actas, se realizaron notas/informes, hay conclusiones?”. “¿Por qué habló el Presidente de la EMVS con un detective privado? Si llamó como Presidente de la EMVS, ¿por qué no dio cuenta de ello al Consejo?”.
Ese es el ambiente puertas adentro en el Consistorio. Fuera, la batalla abierta en el PP no solo ha dinamitado la confianza entre Almeida y Ayuso, también ha alejado al regidor de la dirección nacional, que no acepta equidistancias en su enfrentamiento con la presidenta regional. El alcalde ha preferido no criticar a Ayuso, no actuar de portavoz de la cúpula del PP, y ésta de momento le ha devuelto el gesto sin incluirlo en los ataques que lanza a Pablo Casado y Teodoro García Egea.
El viernes, directamente, el alcalde desapareció del mapa. Si el día anterior decidió no actuar como portavoz del PP, en esta última jornada también ha decidido callar como alcalde. Y mientras, en su equipo cunde el pánico por si hay próximas entregas en la batalla, que amenaza con derribar a su gobierno si Ciudadanos accede a una moción de censura, a su candidatura y a la portavocía del partido, que dependen ambas de la dirección nacional.
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