Muere un cine histórico y nace un hotel, otra polémica demolición con riesgo de paralizarse en Madrid
- ¿Ha comenzado ya la demolición?
- Se está haciendo por plantas. Se va a tirar todo para hacerlo nuevo. Esto llevaba tiempo cerrado.
- Pero era un cine y ahora va a ser un hotel, ¿no?
- Al cine ya casi no se va.
Las obras para tirar abajo el Real Cinema, el primer gran cine de Madrid inaugurado hace 100 años, ya han arrancado. La conversación ocurre de un lado a otro de la valla que rodea el edificio, situado en la céntrica plaza de Isabel II mientras varios obreros ultiman la colocación de andamios en el exterior. Enfrente está el Teatro Real de Madrid y dentro, dicen los trabajadores, ya se han empezado a “romper” las primeras estructuras del inmueble.
El Real Cinema ha sido testigo desde que abrió sus puertas en 1920 de grandes eventos. Alfredo Kraus cantó allí Rigolleto, se estrenó El Dorado de Carlos Saura, con los reyes de España en el palco, y Howard Carter dio una conferencia sobre su escenario tras descubrir la tumba de Tutankamon. También sobrevivió a una bomba de la Guerra Civil que lo mantuvo años cerrado.
Ahora, lo que antaño fue un cobijo para la cultura madrileña del siglo XX está en vías de extinción. El edificio, obra del arquitecto Teodoro Anasagasti (1880-1938), está ya condenado a quedar reducido a escombros para dejar hueco a un hotel de cuatro estrellas de la cadena Ocean Drive, del empresario Marc Rahola, sobrino del exministro de Exteriores del PP Abel Matute.
Aunque hace casi una década que Alberto Ruiz-Gallardón no es alcalde de Madrid, una de sus decisiones políticas ha puesto al borde del precipicio a este cine y antes a muchos otros de la ciudad. El exregidor modificó en 2005 el plan de Ordenación Urbana para permitir el cambio de uso de cines y teatros. Desde entonces, más de una decena de salas de proyecciones se han sustituido por grandes cadenas de ropa o alojamientos hoteleros sin que existiera ninguna protección a esos bienes culturales.
En este caso, sin embargo, esta vía libre podría chocar con una ley autonómica del año 2013, impulsada por la expresidenta Esperanza Aguirre. La disposición transitoria primera de la norma 3/2013, de 18 de julio, de la Comunidad de Madrid, protege los “inmuebles singulares construidos antes de 1936” como “iglesias, conventos, lavaderos, bodegas, teatros, cinematógrafos, mercados, puentes...”. En este punto se va amparar la asociación Madrid, Ciudadanía y Patrimonio (MCyP), que trabaja por la conservación del patrimonio en la ciudad, para pedir la paralización del derribo. El escrito ha sido presentado este lunes en el registro.
Los planos y los expedientes de reforma, disponibles en el archivo de la Villa, revelan que el inmueble conserva muros originales de ladrillo que no se pudieron tocar en unas obras acometidas en 1964, según MCyP. “Una vez conseguida la licencia de obra se iniciará el derribo de todos los forjados, paleos, anfiteatro antiguo, pero teniendo en cuenta dejar siempre atada la estructura con los ladrillos resistentes para que no llegue a desplomarse”, dice uno de esos documentos. Con estos argumentos, la asociación pedirá la paralización ante la Dirección General de Patrimonio de la Comunidad de Madrid. “Los archivos demuestran que la estructura, la cubierta, los pilares metálicos e incluso las paredes de ladrillo, son originales”, añaden desde MCyP.
El Ayuntamiento de Madrid, gobernado hoy por José Luis Martínez-Almeida, avaló la demolición a través de un permiso para el derribo y la “sustitución” en septiembre, aunque ya antes, en 2018 y durante el mandato de Manuela Carmena, se había dado el visto bueno a las obras en la Comisión Local de Patrimonio Histórico, un órgano mixto entre Comunidad de Madrid y los ayuntamientos de la región cuyas decisiones son vinculantes. El inmueble además ha requerido un cambio de uso a terciario-hospedaje porque siempre fue cine o teatro.
El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso y también el equipo municipal de Martínez-Almeida sostienen que se trata de un edificio privado “que estaba abandonado y no está catalogado ni cuenta con protección”. Así que la única vía para salvarlo es la disposición transitoria primera de la ley de 2013, apunta MCyP.
Un precedente: el convento de las Damas Apostólicas
La asociación ya consiguió paralizar el derribo del convento de las Damas Apostólicas, también en Madrid, amparándose en el mismo artículo. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha declarado el conjunto del convento protegido este mismo mes de enero. En el fallo, el juez recuerda que según la ley de Patrimonio de la Comunidad de Madrid, de 2013, los ayuntamientos deben contar con un catálogo de bienes y espacios protegidos y, mientras los elaboran, quedarán sometidos al régimen de protección, entre otros, los inmuebles singulares construidos antes de 1936 que pertenezcan a determinadas categorías.
Fuentes de la Consejería de Cultura confirman a eldiario.es que las obras ya han comenzado y que desde el 22 de enero hay un grupo de arqueólogos para vigilar si encuentran algún elemento protegido. “De momento no han notificado nada”, aseguran las mismas fuentes. La ley obliga a esta supervisión en todas las obras en la ciudad donde se pueden encontrar restos arqueológicos.
Una portavoz de OD Hotels asegura que la compañía “está al 200% segura de que no está tocando un edifico con valor arquitectónico”. “No queda nada original”, señala en conversación telefónica con este medio. El edificio ha tenido tres reformas: la primera, después del bombardeo en 1936; la segunda, en 1964 cuando se cambió de sitio la pantalla y se hizo una gran modificación interior; la tercera, en 1992, para redistribuir el espacio y crear minicines. “Si en algún momento se encuentra algo, se conservará”, zanja la portavoz.
El inmueble es jugoso para el mercado hotelero. Son 900 metros cuadrados de solar en pleno corazón de la capital, en el Madrid de los Austrias. El grupo OD Hotels adquirió el espacio en 2017 por 17 millones de euros con el objetivo de expandir el negocio después de desembarcar con éxito en Ibiza, donde ya tiene tres alojamientos; Mallorca y Barcelona. Fuentes de la compañía aseguran que la compra es una “decisión estratégica y de negocio” para OD Hotels y remarcan que su proyecto tiene “todas las licencias” necesarias.
“Hay que proteger el hecho cultural”
Madrid, Ciudadanía y Patrimonio denuncia que “la ciudad es cada vez más un decorado para turistas y no para los habitantes” y consideran que la actitud de la Comunidad de Madrid ha sido en los últimos años “deliberadamente no proteger” el patrimonio.
“En este caso, además, no es solo el edificio sino el hecho cultural. Los cines que desaparecen no vuelven”, apuntan desde la asociación donde ponen en valor la singularidad del Real Cinema. “Sirvió como modelo a los cines sucesivos. 1920 era una época en la que el cine aún no estaba consolidado pero empezaba a ser considerado algo más que una atracción de feria”, añaden. De esos cines antiguos, posteriores al Real Cinema, han sobrevivido pocos en Madrid. Solo en la Gran Vía había 13. El último en desaparecer ha sido el Acteón, en la calle Montera. En el solar se construirá también un hotel.
Los trabajos de demolición del Real Cinema se iniciaron hace una semana, aunque los andamios y la estructura exterior no permiten apreciar cuánto se ha tirado ya abajo. La asociación trabaja contra la piqueta para frenar otro polémico derribo en Madrid.
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