El 'coliving' también echa vecinos del centro de Madrid
Cuando Madrid aún no tiene una respuesta efectiva para frenar la plaga ilegal del alquiler turístico vacacional que diezma la población de residentes de sus zonas centrales y provoca un movimiento que afecta a la vivienda en el conjunto de la ciudad, nuevas amenazas habitacionales se ciernen sobre sus vecinos: atentos al coliving.
El llamado coliving es un nuevo modelo de negocio inmobiliario y una pretendida forma innovadora de vivir temporalmente en la ciudad para un cliente joven de buen nivel adquisitivo. En un mismo edificio de pequeños apartamentos en alquiler se habilitan zonas comunes para que los inquilinos socialicen entre sí y, además, se les ofrece a estos otro tipo de servicios adicionales y experiencias.
Desarrollada en países como Estados Unidos, Reino Unido o Francia, es una propuesta aún incipiente en España, de la que poco a poco se comienza a hablar, aunque siempre para loar la rentabilidad que ofrece al inversor, su alta previsión de crecimiento y, en otro orden de cosas, la solución que supone para aquellos jóvenes profesionales -su público objetivo- que buscan alojamiento en una ciudad para un periodo de tiempo inferior a un año y que, por ello, tienen dificultades a la hora de optar a un alquiler convencional.
Sobre que el coliving, al menos en Madrid, también echa habitantes de los barrios nada se dice y, sin embargo, en Malasaña encontramos un ejemplo de esto en el edificio del número 5 de la calle Reyes, un inmueble catalogado como residencial gestionado por la empresa francesa Urban Campus, pionera de esta fórmula del coliving en España.
Para poner en marcha este negocio, a los inquilinos que anteriormente vivían en la citada dirección, en pisos amplios de carácter familiar y rentas mensuales no precisamente bajas, se les comunicó que no se les renovarían sus contratos de alquiler y que debían abandonar sus domicilios. Tras una profunda remodelación del inmueble, actualmente en Reyes 5 se ofrecen 36 pequeños alojamientos: unos de dos habitaciones, otros de una habitación y otros, estudios.
De este modo, en Reyes 5 se ha cambiado una población estable por otra que puede vivir en él desde un mínimo de un mes, si bien suele quedarse una media de entre seis meses y un año, según afirma Urban Campus Madrid a través de su departamento de comunicación.
¿Puede chocar el coliving con el PGOU de 1997 que regula el uso de los edificios en la capital? La ley dice que en un edificio residencial no se puede desarrollar ningún tipo de actividad económica. Habría que aclarar si este nuevo negocio puede ser considerado o no una actividad económica, o si su oferta es equiparable en cambio a la de un alquiler de larga duración; ¿quizá debería aplicársele una normativa propia como a las residencias de estudiantes? Todas estas preguntas y dudas han sido motivo de consulta por parte de este periódico al área de Desarrollo Urbano del Ayuntamiento de Madrid, sin que hasta el momento hayamos recibido contestación alguna.
En cualquier caso, Urban Campus Madrid aclara que ellos no son los propietarios de los inmuebles residenciales -dos por el momento en Madrid- en los que gestionan su propuesta de coliving y que, por lo tanto, no son quienes deciden lo que se hace o no con un edificio. Eso sí, esta empresa ofrece una solución diferente a aquellos dueños de edificios que desean hacer con ellos algo fuera de lo habitual, algo más rentable. Tentador para, entre otros, los fondos de inversión y las socimis que están invirtiendo en la compra de residencial en rentabilidad.
Actualmente, el alquiler de una vivienda de un dormitorio y unos 50 metros cuadrados en Reyes 5, totalmente equipada y con todos los gastos incluidos -también los de limpieza-, cuesta desde 2100 euros al mes; un estudio, desde 1600 euros al mes; mientras que una habitación con baño, en piso de 2 habitaciones compartido con otra persona, se encuentra desde 900 euros mensuales.
Estos alquileres incluyen, además, acceso a los más de 200 metros cuadrados de zonas comunes que hay en el edificio y también al amplio programa de actividades para inquilinos que organizan desde Urban Campus Madrid, que pone además en valor la posibilidad real que tienen quienes optan por este tipo de alojamientos de hacer contactos y de conocer personas de similar perfil.
Son precios bastante más elevados que los que se pagan de media en la zona por un alquiler en alojamientos de parecido tamaño, aunque incluyen gastos, servicios y facilidades: no es necesario aportar nóminas ni avales para formalizar un contrato que llegará tras pasar una selección en la que, de entrada, se descarta a estudiantes y se valora positivamente el hecho de que los candidatos sean jóvenes profesionales mayores de 25 años, según Urban Campus Madrid, que no considera caras sus tarifas.
Urban Campus es una compañía fundada en 2016 que, por el momento, gestiona dos edificios de coliving en Madrid, además de tres espacios de coworking y eventos situados en el distrito Centro, en las áreas de Chueca, Cortes y Palacio. El primero de sus edificios de coliving se encuentra en la calle Andrés Mellado, en Chamberí, funciona como tal desde 2018 y cuenta con 70 habitaciones individuales y 350 metros cuadrados de espacios comunes.
Esta star-up ha confirmado a Somos Malasaña que su idea es la de realizar nuevas aperturas de edificios de coliving en Madrid y siempre en el centro de la ciudad.
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