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Juan, el jardinero de Pez

Juan Pérez explica lo que ha plantado en un alcorque de Carlos Cambronero | Foto: Somos Malasaña

Antonio Pérez

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Juan Pérez vive en la calle Pez desde hace 30 años y es el culpable de que esta vía luzca mucho más verde que otras del barrio. Se ha propuesto colocar plantas en todos los alcorques de la citada calle, creando pequeños jardines que aspira a mantener con la ayuda de todos. Cada día, tras ponerse el sol, él mismo riega las plantas y dos veces por semana repone las que algunos amigos de lo ajeno sustraen.

Jubilado ya, Juan participa en un huerto urbano a la salida de Madrid y, después de ver la intervención en algunos alcorques del barrio realizada gracias a los presupuestos participativos, decidió que él también quería plantar algo cerca de su casa y que había que actuar sobre unos espacios tan degradados como estos huecos para árboles. “Alguien tiene que empezar y me tocó a mí. Envié una queja sobre el estado de los alcorques al Área de Gobierno de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid. Ni me la han respondido. Me puse entonces manos a la obra yo mismo”.

“Lo digo para quien se quiera animar: para acondicionar un alcorque basta con comprar dos sacos de 20 litros de tierra (2 euros cada uno), echarlos en el alcorque en cuestión y comenzar a plantar lo que se quiera. Yo empecé comprando pequeñas macetas de flores. Al principio la gente se llevaba las plantas con flores, pero mientras más pongo, menos se quitan ya. Creo que se ha producido una normalización, ya no es novedad ver plantas en los alcorques de la calle Pez y eso también ayuda a que se respeten. También planto en ellos muchas berzas, semillas de césped y otras plantas que se pueden encontrar sin más en el campo y por las que no hay ni que pagar”.

Juan también es el responsable de una curiosa acción que no ha pasado desapercibida para quien pasea por la calle Pez: los pantalones-maceteros que han aparecido en distintos puntos de la calle. Ropa vieja, monos de trabajo, unos papeles de periódico impregnados en alquil que sirven para dar forma a las piernas, tierra, plantas y nada más. Es así como se crean unos divertidos y nuevos contenedores de vida verde.

Asegura Juan que a la gente le gusta lo que hace y le animan a continuar, aunque también haya algunos vecinos, que lo conocen bien, a quienes les extraña su afición. Dice que le encantaría tener ayuda y que más vecinos y comerciantes de Pez se comprometan con el cuidado de los pequeños jardines de la calle. “Con que me ayudaran a regar las plantas me conformaría”, afirma. Piensa que al pequeño comercio no le costaría nada dedicar unos minutos al cuidado del alcorque más cercano a su establecimiento. Algunos, como la Cafetería Bombón de la plaza de Carlos Cambronero, ya lo hacen. Si alguien quisiera formar equipo con él puede localizarlo en el siguiente correo electrónico: jpbellod@gmail.com

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Guillermo Matamala

La iniciativa es muy loable, y puede ser muy 'vendible' dentro de un contexto de 'story telling' para el barrio de moda que se explota pero no se cuida.

No obstante, al igual que en el resto de barrios, este tipo de iniciativas debe de estar consensuada con la administración, y no se pueden hacer excepciones, ya que cada ciudadano no es libre de andar poniendo lo que le dé la gana en el espacio público.

Si hay dejación de responsabilidades y funciones por parte del Ayuntamiento, las plataformas 'comprometidas' con el barrio deberían hacerse eco de la problemática e intentar tratar el asunto desde la seriedad y la responsabilidad.

Los alcorques que se están plantando son un peligro para el tránsito de personas, ya que en su mayoría se ha colocado una empalizada de madera que sobresale, se astilla y degrada en poco tiempo. ¿Qué responsabilidades se van a pedir cuando alguien se lastime con alguna de esas maderas?

Las plantas que se utilizan no son las adecuadas, la mayoría requieren luz y son muy delicadas para este tipo de espacios, toda plantación urbana debe de ir precedida de un estudio sobre las especies a usar, ya que de otro modo es tirar el esfuerzo y el dinero.

Dicho esto, es evidente que hay un maltrato general y permanente del arbolado urbano (y no sólo él), en esta zona del Centro de Madrid, que parece un campo de batalla día tras día.

Estas medidas ciudadanas han de ser tenidas en cuenta para fomentar la sensibilización y concienciación de todos. Pero por favor, seamos más rigurosos y maduros con estas cosas, que son muy serias ya que atañen a nuestra supervivencia en la jungla del Centro.

Holaquetal

Hola Guillermo Matamala, creo que hay problemas mas graves en madrid que unos trozos de madera puestos en la calle y unas plantas que no hacen daño a nadie. Muchas gracias

Ana

Guillermo, es una iniciativa preciosa y muy original que hace el barrio más bonito y lo distingue del resto de zonas de Madrid, no comprendo cómo puedes preferir unos alcorques vacíos que en la práctica sirven para abandonar trastos viejos y bolsas de basura (en estos días hay una plaga de termos eléctricos abandonados por estas calles, que serán de algún edificio en rehabilitación, no creo que a todos se nos estén estropeando a la vez.....) y si no piensas así debe ser que vives en otro barrio. Respecto a tu queja de que estorban, te sugiero que protestes también por todo el mobiliario urbano que entorpece el paso, incluidos los cubos de basura al atardecer, los kioskos de la ONCE que ocupan sitio cuando la mayoría no compramos nunca, las papeleras en aceras de medio metro, incluso a lo mejor deberías también protestar por el parque infantil en la plaza del Rastrillo, que quita mucho sitio para cuatro niños que hay en el barrio, que se vayan a jugar a los parques de bolas del extrarradio mejor, no???? (es irónico).... Quizá tú también deberías buscar alguna iniciativa que mejore tu entorno en vez de poner a caldo a este vecino por regalarnos su trabajo y su dinero de forma desinteresada
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