Brindo por todos aquellos seres que piensan, sienten y actúan en consecuencia. Que piensan que vivimos en un planeta que hay que cuidar y que no viven sólo ellos, sino con otros animales y plantas que hay que respetar y a los que hay que otorgar el lugar que les corresponde. Y por supuesto, por los que intentan hacer lo mismo con sus congéneres los humanos. Brindo por asociaciones, protectoras, ONG's y personas particulares que me hacen creer en el ser humano. Y esto que es tan fácil de decir, no lo es tanto de hacer, porque por desgracia, a muchos les es muy difícil de llevar a la práctica, dejándose arrastrar por el egoísmo y la codicia.
Hay muchas clases de animales. Y yo me pregunto qué tipo de animal somos nosotros los seres humanos. Nosotros que abandonamos a nuestras criaturas recién nacidas, que celebramos nuestras fiestas con el sufrimiento de animales, y que para lavar nuestras conciencias nos justificamos, diciendo que esos animales iban a morir igualmente, y entonces nosotros aprovechamos esa muerte necesaria por el ciclo de la vida, para convertirla en una fiesta nacional... O lo último que he oído: que el negocio de los toros multiplica los ingresos por diez. Esto es una barbaridad, pero está más cerca de la realidad de porqué todavía se celebran dichas “fiestas”.
Otros se escudan que es algo especial que el arte y la literatura ha tenido muy presente, porque están al mismo nivel artístico de un buen cuadro o un buen libro –dicen que si a Hemingway le gustaba la fiesta seria por algo-. Lo que es, es y lo que no es, no es. Ya lo decía Parménides. Pero una cosa es matar por hambre y otra muy distinta por negocio y hacer una fiesta y una profesión de ello. Qué poder tan grande tenemos los seres humanos sobre los animales en el planeta. Porqué el resto de los animales están a expensas de nosotros, qué derecho nos ampara para tal dominio sobre el resto.
Brindo por todos los seres humanos que son conscientes de dicha barbaridad y están luchando por mantener y proteger los derechos de los animales, de esos seres que tanto nos dan incondicionalmente, esos seres que jamás te abandonan, aunque seas la persona más mísera o miserable sobre la faz de la Tierra. Porque esos seres a los que llamamos animales, se guían por el corazón y no por intereses económicos. Lo que tú le das a un animal, te lo devuelve multiplicado por un millón y no lo puedes comprar en ninguna parte.
Brindo por el ser humano que se siente uno más en el planeta, y que lucha por mantenerlo lo más saludable posible, respetando a sus vecinos que tienen los mismos derechos a vivir tan dignamente como él mismo. Y por supuesto también brindo por todos esos animales que viven a nuestro alrededor y que nos ayudan a ser mejores personas.
Muchas gracias Nieve, Luz... Por vosotros.
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