Han pasado días desde que saltara el escándalo del codirector del Centro de Estudios Murciano de Opinión Pública (CEMOP) Ismael Crespo: a la vez codirector del CEMOP, una empresa privada inserta en la Universidad, profesor y actual director del Departamento de Ciencia Política y de la Administración de la UMU y asesor a sueldo del Partido Popular. Por ahora ninguna formación política con representación en la Asamblea Regional ha dicho nada en defensa del prestigio de la UMU como institución pública, y nada en denuncia del chiringuito político/privado del CEMOP en la UMU. Tampoco el Rector Magnífico de la Universidad de Murcia José Luján ha salido al paso en defensa de la institución pública que preside, anunciando apertura de investigaciones en aclaración de lo que está ocurriendo. Claro, que es el mismo que ha permitido la apertura de diligencias de investigación 85/19 por el Fiscal Superior de la Región de Murcia, José Luis Díaz Manzanera, a la Universidad de Murcia por un presunto delito de prevaricación por no aportar información sobre el mismo Ismael Crespo, ni de su supuesta actividad como asesor político a tiempo completo de un candidato a la presidencia de Perú.
Seguramente algunos porque lo controlan colocando a sus afines en el “CIS” murciano: Ismael Crespo fue alto cargo con el PP de Aznar, Alberto Mora, profesor asociado de la Universidad de Murcia y exasesor de seguridad en la Delegación de Gobierno cuando estaba allí Diego Conesa; aparte de otros nombres relacionados con el Partido Popular y el Partido Socialista.
Seguramente sospecho otros para recibir algo de información confidencial. En este sentido la Asamblea Regional por unanimidad de todas las formaciones políticas desembolsó 80.000 € de dinero público para la relación de barómetros en primavera y otoño de 2018 y una gran encuesta previa a los comicios locales y autonómico de este mayo de 2019; citando al CEMOP como organismo de la UMU cuando no aparece como Grupo de Investigación Especial hasta enero de este año 2019.
Solamente Ciudadanos recientemente ha pedido paralizar más encargos al CEMOP cuando ya su credibilidad está por los suelos y pidiendo un concurso de empresas privadas cuando es precisamente el chiringuito privado dentro de la UMU el problema. Destrozan la credibilidad de una institución pública con tejemanejes político/privados para justificar entregar el dinero público a empresas privadas, donde no se garantiza que no vuelva a ocurrir este doble juego de medidores de la opinión pública y a la vez asesores de partidos políticos.
La Universidad de Murcia, como centro público de enseñanza superior de carácter generalista y por su tradición de más de cien años en la Región de Murcia, es el organismo adecuado para realizar y coordinar estudios de tipo sociológico, político y electoral. Además, en la Universidad de Murcia en el ámbito docente hay dos grados oficiales (Sociología y Ciencia Política) y varios másteres relacionados con esos temas. En el ámbito investigador también hay varios grupos de investigación que trabajan en esas líneas y proyectos de investigación. En el ámbito de la gestión universitaria existen al menos dos departamentos (Sociología y Ciencia Política, Antropología Social y Hacienda Pública) con profesorado relacionado con esa temática.
No obstante, lo que no se puede permitir ni consentir, como al parecer ha ocurrido hasta ahora, es que existan chiringuitos controlados por profesorado que usa la Universidad de Murcia y sus instalaciones con fines privados, que no cumple la normativa de la propia Universidad, que se le permite mantener situaciones extraordinarias, no dar cuentas públicas de los ingresos y los gastos, no hacer contratos adecuados y legales al personal que hace los trabajos electorales, no cumplir el código ético de la Universidad de Murcia, etc.
Para que existan las condiciones que se acaban de mencionar, más las necesarias transparencia, calidad, concurrencia pública basada en capacidad y mérito, el órgano que debe liderar esos estudios debe estar dentro de lo que es la estructura universitaria. El más adecuado es el que se conoce como Centro de Estudios. Además permitiría la participación de toda la comunidad universitaria en el tratamiento e investigación de los datos de opinión pública, incluido el alumnado hasta ahora solamente usado como trabajadores de bajo coste.
Los centros de estudios son estructuras internas de la Universidad de Murcia, que nacen con la finalidad de fomentar actividades de tipo interdisciplinar de formación, investigación, proyección, asesoramiento o cooperación de alta especialización científica, técnica o artística, que sobrepasen el ámbito de los Departamentos (art. 1 de las Normas reguladoras de los centros de estudios de la UMU).
En el listado de centros de estudios de la UMU no aparece el CEMOP, pese a que se denomina centro de estudios. Se le ha dado un trato de favor, considerándolo recientemente grupo de investigación especial, cuando en esa categoría solo estaban los grupos de investigación que han conseguido ese reconocimiento en convocatoria pública y supercompetitiva de la Fundación Séneca.
Lo que estamos sabiendo del CEMOP no es ni más ni menos que el uso habitual que el Partido Popular, con sus sucesivos Gobiernos, hacen de las instituciones públicas, las de todos y todas. El uso partidista y en beneficio privado de instituciones como la Universidad pública con el menudeo político destrozan su prestigio. Y pareciera que para sobrevivir políticamente en esta Región uno se tiene que conformar y adaptar al status quo actual. Pues ni nos conformamos ni nos adaptamos, sacad vuestras manos de la Universidad pública.
