Son “malos tiempos para la lírica”, como anunciaba Germán Coppini en su mítica canción ochentera al auspicio de Golpes Bajos.
La desafección con la acción política de nuestros representantes públicos va creciendo a golpe de despropósito de una clase política muy por debajo de la media deseable. Una clase política que, al tiempo que es necesaria para gestionar el momento, antepone egos personales y aspiraciones individuales a los intereses colectivos, a los verdaderos problemas de la ciudadanía. No en vano, la última encuesta del CIS de septiembre de este año recoge que para la ciudadanía española los políticos, los partidos y la política son el principal problema, después del paro. Nuestra clase política es percibida como parte del problema y no de la solución. Y sobran los motivos.
La rabia que emana del sentimiento que provoca esta desafección, puede llevar a sectores más desengañados de la sociedad a no acudir al llamamiento de la fiesta de la democracia el próximo 10N: el ejercicio del derecho al voto.
Pero, por un momento, en un ejercicio de responsabilidad y compromiso ciudadano, pensemos en algunos de los “titulares” que pueden tener las consecuencias de la opción del #YoNoVoto:
Si #YoNoVoto, doy la espalda a 118 millones de personas que se encuentran en riesgo de pobreza o de exclusión social en Europa. Esto significa que una cuarta parte de la ciudadanía europea está en situación de exclusión.
Si #YoNoNoto, traiciono a más de 12 millones de personas –mis vecinos y vecinas- que viven actualmente en riesgo de exclusión social en España. De estas, 10 millones están en situación de pobreza.
Si #YoNoVoto, estoy ignorando a más de 6 millones de mujeres que están en riesgo de pobreza en España.
Si #YoNoVoto, estoy siendo parte del problema que afecta a 2,8 millones de pensionistas en España que tienen ingresos por debajo del umbral de la pobreza.
Si #YoNoVoto, poco estoy contribuyendo a la mejora de la situación de una/o de cada dos jóvenes entre 16 y 29 años que tienen un contrato temporal y a ese 27,5% que sólo trabaja a tiempo parcial.
Y si #YoNoVoto, no aporto alternativa alguna a uno de cada tres niñas/os que en España están en situación de pobreza.
Y ese no es el proyecto de sociedad, el proyecto de país por el que trabaja la Red de Lucha Contra la Pobreza y Exclusión Social en la Región de Murcia (EAPN-RM). Por eso, el próximo 10N, es imprescindible que acudamos a la cita con las urnas, por encima del desánimo. Porque sólo desde el compromiso antepuesto al desánimo, podremos avanzar.
#YoSíVotoEl10N, porque con “mi voto”, convertido en “nuestro voto”, tenemos que:
Modificar la tasa de pobreza, exclusión social y desigualdad, lo que a efectos prácticos debe suponer:
Además, con nuestro voto, debemos favorecer la inversión en las personas y promover un modelo de desarrollo económico sostenible, al servicio de la ciudadanía, que suponga:
Y hemos de promover un modelo de protección social como motor de desarrollo inclusivo, a través de:
#YoSíVotoEl10N porque no quiero ceder mis objetivos y reivindicaciones ciudadanas exclusivamente al ámbito del cabreo, de la pancarta y de la “conversación de café”; porque quiero cambiar, transformar y contribuir a una sociedad más justa e igualitaria; porque creo en esa España solidaria, construida a base de gestionar la riqueza de la diversidad en su sentido más amplio y, por qué no, construida desde la discrepancia; porque creo en una España inclusiva y comprometida con su gente y que ve en “los otros”, una oportunidad para aprender, para crecer, para construir juntos y, nunca, un problema.
#YoSíVotoEl10N porque quiero construir una sociedad que brinde las mismas oportunidades a todas y a todos, que no deje a nadie en “la cuneta”, porque quiero un Mar Menor que sea patrimonio de todas y de todos los murcianos, porque quiero un presente y un futuro sustentado en la sólida base que nos proporcionan los derechos humanos que han de ser la base de la convivencia.
Pero, sobre todo, #YoSíVotoEl10N por todas aquellas personas que lucharon, hasta con su vida, para que yo pudiese votar y por todos quienes aún en el día de hoy no pueden hacerlo y lanzar su aliento de libertad. Sí, vecinos, vecinas, #YoSíVotoel10N.
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