Las Marchas de la Dignidad toman hoy a las calles de Murcia
El cartel de la jornada de protesta del '22-O' es elocuente: las Marchas de la Dignidad se atan de nuevo las cordoneras de sus zapatillas y salen hoy a la calle, reconociendo implícitamente lo que muchos colectivos llevan meses admitiendo y a la vez lamentado, y es que la movilización social se ha ido apagando con el paso del tiempo.
Todos los que participan en esta convocatoria coinciden en que, a menos de dos meses de las elecciones generales, procede recordar una vez más qué es lo que provocó la crisis y de qué forma se ha intentado salir de ella, qué políticas se han aplicado con la excusa de combatirla y qué efectos han tenido. Y más: qué puede pasar en el futuro si la sociedad desmovilizada permite que se lleven a cabo proyectos como el del tratado de libre comercio, conocido como TTIP. “La movilización en las calles es la única herramienta que tiene el pueblo para cambiar la sociedad, y por eso volvemos a salir a la calle para pedir pan, techo, trabajo y dignidad, y no al pago de la deuda”, explican.
La jornada de protesta de este 22 de octubre está coordinada en el ámbito estatal, y los colectivos que integran las Marchas de la Dignidad de la Región de Murcia se sumarán con marchas locales matutinas en Águilas -a las 12:30 horas desde la Plaza de la Glorieta-, en Cartagena -a las 10:30 horas en la Plaza de España- y en Murcia -desde la Plaza de La Merced a las 12:00 horas-, así como con una concentración por la tarde en Yecla -a las 20:00 horas en el Ayuntamiento-, una huelga estudiantes convocada por el Frente de Acción Estudiantil, y la gran manifestación regional que quiere reunir a las marchas de los distintos municipios en la Plaza de la Fuensanta, en Murcia, a las 19:00 horas.
La manifestación discurrirá esta tarde por la Gran Vía Salzillo hasta la Plaza Martínez Tornel, donde se leerá el manifiesto, pudiendo continuar después hasta la Delegación del Gobierno, en la avenida Teniente Flomesta.
A juicio de los convocantes, el rastro de desigualdad y precariedad que sigue dejando a su paso la crisis se debe a las “políticas neoliberales impuestas por la 'troika', el FMI y sus títeres, la Unión Europea y el Gobierno de España, que ponen en práctica sus exigencias mediante la reforma del artículo 135 de la Constitución Española, en el que se prioriza el pago de la deuda a los especuladores al bienestar y los derechos de la mayoría social, e hipoteca la soberanía popular a sus dictados”.
“Es por ello que las marchas renacen para demostrar que los problemas son comunes y que la unidad popular frente al capital es posible”, proclaman, para después enumerar los efectos de las políticas que está aplicando el poder: “Nos dejan sin trabajo, sin casa, sin sanidad, sin pensiones, sin educación, sin futuro y sin vida”. Las Marchas de la Dignidad niegan que haya recuperación y señalan que, en todo caso, el trabajo que se ha generado en estos meses es precario, con contratos temporales y bajos salarios, que sigue habiendo desahucios y que la deuda pública no deja de crecer.
En el caso concreto de la Región de Murcia, y como ejemplos de los errores en los que ha incurrido el Gobierno autonómico en el pasado -y que todavía pesarán sobre la ciudadanía-, han puesto los “proyectos faraónicos que en nada benefician a la ciudadanía” como el aeropuerto de Corvera, la desalinizadora de Escombreras, el caso Umbra, el Palacio de los Deportes de Cartagena “y un largo etcétera”.
En su lista de elementos a combatir y de derechos a reivindicar están, entre otras cosas, la derogación de las 'leyes mordaza'; luchar contra violencia machista; combatir pobreza; reclamar pan, techo y trabajo; no pagar la deuda; no a la Europa del capital y sí a la Europa de la solidaridad y de los derechos sociales; por el trabajo digno y estable, y contra la precarización laboral y social; no a la reforma laboral; por el derecho a la renta básica; no a los abusos financieros; por los servicios 100% públicos como educación, sanidad y servicios esenciales; por el derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo; por el derecho de la juventud a tener futuro; por el derecho de los emigrados al voto; por la puesta en libertad de los represaliados por motivos políticos; no al TTIP; derecho a la vivienda; contra la pobreza energética; no a la OTAN; por el acogimiento de los refugiados sirios; por el cierre de los CIE's -Centro de Internamiento de Extranjeros-; ningún ser humano es ilegal; por los derechos ambientales, no al 'fracking'; y para exigir que los corruptos vayan a la cárcel. “Es el momento de decir '¡ya basta'!”, sentencian.