“Sentimos impotencia porque los bancos lo tienen todo a su servicio”
Mantienen la energía pero eso no les impide ponerse “nerviosos”, ni estar “preocupados”, ni sentir “rabia e impotencia cuando los bancos tocan el botón de la ley que les protege”. Así se ha expresado el cura Joaquín Sánchez en conversación telefónica con el diario.es Región de Murcia, desde dentro de la oficina del BBVA en la que se encontraba en la tarde del lunes.
Joaquín, junto a otros activistas de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, ha vuelto a ocupar una sucursal bancaria en la ciudad de Murcia, tal y como hicieron hace varias semanas en la avenida de La Libertad. Esta vez ha sido en la Gran Vía Escultor Salzillo de la capital regional, donde han reclamado una solución para las 15 familias que tienen sobre sí una espada de Damocles en forma de desahucio.
“Cuando les pedimos que nos den una solución, nos dicen, '¡pero si ya os la hemos dado!'. Entonces les preguntamos, ¿de qué solución habláis? Y nos responden: 'Que no aceptamos la dación en pago ni la condonación de la deuda'”, relata Joaquín Sánchez. Según el cura activista contra los desahucios, “emplean el cinismo, pero un cinismo hiriente”. Le preguntamos si en esta ocasión les han atendido, y nos responde: “Sí, el director es joven y se ve que es bueno, pero ha hablado con sus superiores y como ya sabían que estábamos aquí...”, cuenta Joaquín. “Nos ha dicho que no puede hacer nada”, sentencia el cura.
“Ahora mismo estamos cansados y nerviosos”, explica mientras de fondo se escuchan ruidos y movimientos. “La Policía Nacional nos ha identificado, y se iban al juzgado. Pronto vendrán a echarnos y no sabemos si habrá detenciones, porque ya estamos imputados por la anterior ocupación”, cuenta Joaquín. En la voz se le nota que están viviendo un momento desagradable. La jornada acabó poco después de hablar con este medio, y de manera pacífica. No hubo detenciones “menos mal”, respira Joaquín Sánchez, aliviado), aunque se les denunció por “usurpación”.
“Como tenemos avalista, son aún más duros”
También por teléfono nos atiende Sandra, una madre de 32 años que cobra una ayuda de 426 euros, que tiene dos hijos de 3 y 8 años y cuyo marido está en paro y ya no recibe prestación. Su caso no está en Murcia, pero ha venido a apoyar a sus compañeros. Reconoce haber tenido “problemas” con el anterior director de la oficina, y que “el nuevo es una persona con la que al menos se puede hablar”. “Sin embargo, nos dice que no puede hacer nada”, cuenta Sandra. “Y yo le digo que sí puede tirar un poco de la cuerda”, añade.
“Como tenemos avalista, el banco es aún más duro con nosotros”, nos cuenta. Preguntamos, ¿quién les avaló? “Mis padres”, responde Sandra, y por eso desde el banco aceptarían la dación en pago que les solicitó hace quince días, pero con dos condiciones adicionales de entre las que tendría que elegir una: “La casa, y además, que mis padres les paguen 20 mil euros, pero mis padres tampoco cobran nada...; o bien la casa y una finca que tiene mi padre junto a sus tres hermanos”.
La deuda de la familia de Sandra es de 130 mil euros con una hipoteca a 40 años. Llevan sin pagar desde hace un año. “Hace tres meses que nos llegó la denuncia por impago, y aún no han puesto fecha a nuestro desahucio pero ya hemos tenido que buscarnos un abogado de oficio”, relata, aunque fuentes de la entidad financiera defienden que se le han ofrecido varias soluciones desde que comenzó a tener dificultades de pago además de las dos expuestas.
Por otro lado, este medio se ha puesto en contacto con el departamento de comunicación del BBVA, entidad a la que competen algunos de los casos representados por la PAH, y desde dicho banco se afirma que cada caso se evalúa de manera individualizada, no permitiéndose que ninguna familia en riesgo de exclusión social se quede sin vivienda, y proponiendo, según las circunstancias de los afectados, otras soluciones como el alquiler social.