El fabuloso negocio de la guerra, sin salir de casa
La guerra es un gran negocio, pero solo para unos pocos. A partir del año que viene, el canon que aporta el Ministerio de Defensa a los entes congozantes por el polígono de tiro de las Bardenas, en la Ribera de Navarra, pasará de los 7 millones anuales -aunque en 2017 fueron 7,7, por las subidas del IPC- al doble: 14 millones cada 365 días. 38.356 euros diarios que se embolsará la Junta de Bardenas todos los años hasta 2028. Un total de 140 millones sin contar con las actualizaciones del índice de precios al consumo. Un negocio fabuloso, y sin salir de casa.
El presidente de la Comunidad de Bardenas Reales, José María Agramonte, destacó en la última junta general, celebrada este mes de septiembre, que la Comunidad “es totalmente sostenible, sin tener en cuenta el reparto que se hace a los pueblos congozantes” con los que será necesario trabajar “el posible reparto tras la actualización del canon a percibir por parte del Ministerio de Defensa”. El año pasado cada uno de los 22 entes que componen la Junta recibió 195.000 euros por este concepto.
El resto se invierte en huertas solares, infraestructuras para regadío, actividades para potenciar el turismo, educativas, culturales... el mayor problema de gestión parece ser decidir qué hacer con tanto dinero. Eso sí, la singularidad de ser un espacio único en Europa no solo aporta dinero, también molestias y peligros. Y es que si el dinero se lo reparten entre unos pocos, el hecho de ser escenario de ejercicios de guerra con munición real afecta a muchas más poblaciones, que solo reciben las externalidades negativas del negocio, como se expresa en la jerga.
La última junta General de la Comunidad de Bardenas aprobó modificaciones presupuestarias por valor de 4.059.686 euros, entre las que se incluye la amortización de un préstamo de casi 3 millones, solicitado para la instalación de una huerta solar. Una amortización igual a la efectuada el año pasado. El remanente de tesorería ronda los 15 millones de euros, y cierran con superávit los ejercicios, por lo que parece que los excesos sonados son cosa del pasado.
Gracias al convenio renovado con el Ministerio de Defensa en 2008 -lo firmó la ministra socialista Carme Chacón-, el polígono generá el doble de ingresos a partir del año que viene, por lo que no es de extrañar que los miembros de la Junta adelanten la necesidad de decidir qué hacer con el estipendio.
Desde el Ministerio de Defensa defienden la necesidad de contar con un polígono de tiro en suelo patrio, tanto para probar armamento como para entrenar a las tripulaciones de los aviones. “Están por cumplir lo pactado, por lo que no hay ningún problema”, advertía José María Agramonte tras la Junta General.
El baño de millones resulta suficiente para minorizar las voces críticas, y sin tanto revuelo como en el caso de la venta de armas a Arabia Saudí. De hecho, el Ministerio de Defensa “asegura” que gracias al polígono de tiro -donde se realizan habitualmente maniobras militares con fuego real- “se conserva mejor el medio ambiente, es más ecológico y hay más población de aves”, denuncia Milagros Rubio, de la Asamblea Antipolígono.
Un sistema de voto “injusto y obsoleto”
“Y la Junta de Bardenas se presenta como adalid de la buena gestión, lo que no dicen que es que ese dinero sale del uso militar del polígono de tiro”, insiste Rubio, que además recuerda que las instalaciones se hallan en medio de un parque natural. También denuncia que el último reparto del comunal de Bardenas se realizó entre los entes congozantes en 1705, y entre los posibles usos “no estaba el militar”.
La alusión histórica no es baladí, pues la Junta de Bardenas se rige por un sistema “obsoleto” de voto que data de entonces. Así por ejemplo, uno de los entes congozantes es la ciudad de Tudela, de 35.000 habitantes, que tiene el mismo poder de voto que el monasterio de la Oliva, en el que viven unos 13 monjes. “Muy injusto”, resume Rubio.
El terreno fue declarado Parque Natural en 1999 y Reserva de la Biosfera en 2000, movimientos orientados a su cierre definitivo. Pero el Gobierno Aznar reaccionó declarando el polígono Zona de Interés para la Defensa, por lo que si los entes congozantes no se lo alquilaran, el Ministerio podría llegar a expropiar el terreno.
Aunque ecologistas y antimilitaristas reconocen tener poca esperanza de que las cosas cambien, no dejan de denunciar una realidad que “compra voluntades”, argumenta Milagros Rubio. En la junta están representados el principal partido de Navarra, Unión del Pueblo Navarro, y el Partido Socialista de Navarra, que no “mueven un dedo” por que las cosas cambien. “Más allá de que nuestra posición parece minoritaria, exigimos que se cambie el sistema de votación, que haya un voto ponderado por población, porque ahora no es democrático, pero el dinero todo lo puede”, lamenta la también exparlamentaria foral.