Javier Ceruti, portavoz de Ciudadanos en Santander: “Nos tratan como a una ciudad de cuarta y tragamos”
Javier Ceruti García de Lago es un abogado de 52 años que tuvo hace un mes en sus manos cambiar el signo político de Santander. No lo consiguió. In extremis, la intervención directa de la dirección nacional de Ciudadanos hizo que los dos concejales del Grupo en el Ayuntamiento de Santander entraran a formar parte del equipo de gobierno junto al Partido Popular. Como portavoz de la formación de Santander, Ceruti acató la decisión y ahora se dedica a poner en pie una estructura para desarrollar el Urbanismo de la ciudad con el objetivo de tener al final de legislatura aprobado un nuevo Plan General. Pero mientras tanto tendrá que tomar decisiones, como la que afecta al traslado del Colegio de La Enseñanza, enclavado en el centro de la ciudad, un ya viejo proyecto que no descarta replantearse.
Un mes después de la toma de posesión, ¿es como se esperaba? ¿Se cumple lo que se pactó?
Todos los términos se están cumpliendo, a la velocidad en que se cumplen en la administración. Están surgiendo problemas burocráticos. El director general de Urbanismo va a ser nombrado esta semana con un perfil puramente técnico y muy ilusionante de una persona con experiencia en el área, que saque adelante la participación ciudadana y el Plan General de Ordenación Urbana. Tenemos más problemas para nombrar al director general de Innovación porque no es funcionario y tenemos que modificar el reglamento. Desde 2013 los directores generales tienen que ser funcionarios y solo excepcionalmente pueden no serlo. Lo cierto es que en cuatro años la Dirección que tengo que cubrir ha estado vacante, porque ningún funcionario quiere venir aquí por el escaso margen de beneficio que le supone ser director general y no podemos fichar a personas que son válidas. Como la nueva dirección va a ser 'multipropósito', porque va a ser de Innovación, de Contratación y de apoyo a Urbanismo, creo que podemos tener pronto un director.
¿Cómo enfoca la redacción del nuevo Plan de Urbanismo después de que la Justicia tumbara el de 2012?
Vamos a intentar solapar el proceso de participación ciudadana con los primeros trámites del modelo de Plan General que queremos. Cuando tengamos la información de la participación ciudadana trazaremos las directrices del Plan y lo licitaremos para que el que gane el concurso lo vaya redactando con la supervisión del personal de Urbanismo. La diferencia radical con el Plan del 2012 es que aquel no se contó para nada con Urbanismo. Se va a seguir el estilo que se siguió para el Plan de Ordenación Territorial, que se basaba en mesas sectoriales en los que participarán asociaciones, colegios profesionales, partidos...
Luego todo es reescribible...
Absolutamente. Estamos ahora con el Plan de 1997, que es obvio que tenía que modificarse.
¿Qué es lo que no le gustaba del plan de 2012?
A mí personalmente no me gustaba nada.
Colmatar todo el suelo aprovechable para desarrollo inmobiliario, tal vez.
Una ciudad que ha perdido 20.000 habitantes preveía llegar a 250.000 habitantes. Las bases eran absolutamente irreales y tenía un enfoque muy finalista. Un Plan tiene que ser finalista, tiene que tener unos objetivos, pero han de ser los objetivos de la ciudad, no de determinados sectores.
¿Qué horizonte baraja?
Si la gestión es rápida, la aspiración es llegar al final de legislatura con una aprobación inicial. Es un plazo realista si se dan todas las circunstancias. Iremos tan rápido como podamos, pero para mí es inexcusable el proceso de participación.
Mientras, el urbanismo se gestionará mediante modificaciones puntuales. ¿Cuáles son las más urgentes?
Hay varias previstas. Mientras se redactaba el Plan General de 2012, hubo una decisión de no seguir con las modificaciones, pero a la fuerza ahorcan. Hay modificaciones sensibles que quiero valorar con el nuevo director general, como es la del colegio de La Enseñanza. Creo que son 14 años de tramitación y he tenido una reunión el otro día en la que se me daba a entender que de mí dependía la salvación del colegio. Querían que presentáramos a aprobación inicial en el próximo pleno una modificación puntual. Han tenido muy mala suerte, también ha habido retrasos por parte de las otras 'patas', ya que es un proyecto que impulsa una comunidad religiosa y un grupo de profesores y padres... Es una labor admirable pero hay que ver cómo lo valora el nuevo director general y cómo afectará al próximo Plan General. Sé que va a provocar polémica. Son decisiones duras, de las que dependen puestos de trabajo, pero la labor de la Concejalía es hacer el urbanismo de la ciudad, no de un caso concreto.
Pero han pasado 14 años y me imagino que las previsiones de entonces hayan cambiado.
Sé que de la propuesta inicial a lo que hay ahora ha mejorado muchísimo la posición del Ayuntamiento, pero no sé si lo suficiente a la hora de impulsar esa modificación puntual. Yo tengo que velar por el interés general y tengo que valorar con mi equipo cómo afecta al interés general que el colegio se vaya a Corbán y la solución urbanística. Sobre esto hay una sentencia muy clara referida a una modificación puntual que se planteó a GSW en la que se postulaba el interés público para salvar una empresa y la respuesta fue que el urbanismo no está para salvar una empresa privada sino para desarrollar un modelo de ciudad.
¿La mejora para el Ayuntamiento afecta a las cesiones al municipio?
Sí, se reduce la edificabilidad [de las viviendas a construir] con respecto a lo que solicitaban inicialmente y además se cedería el gran edificio del colegio, la parte antigua, no los añadidos posteriores. Se conservaría la parte antigua y se entregaría en perfecto estado al Ayuntamiento. Desde los servicios de Urbanismo se ha luchado para afinar el proyecto, pero a lo mejor hay que plantearse si es la única posibilidad. A lo mejor no hay que ajustarse a la solución tasada.
¿A qué se refiere? ¿Quiere decir que se puede replantear el proyecto?
Pasa, por ejemplo, como con la integración ferroviaria. Se firma un convenio ambicioso que cae y se firma otro mucho menos ambicioso y con unas medidas muy agresivas como la cobertura de las vías a 13-14 metros de altura, una gran nave industrial en definitiva en la que no está definido siquiera el cerramiento. He visto las propuestas de Urbanismo y lo mejoran muchísimo, pero probablemente hay un error de planteamiento. ¿Por qué tenemos que aceptar un proyecto peor de lo que podemos reclamar? Hemos pasado de un proyecto de 600 millones a otro de 180 millones por la crisis, se nos dice, pero en Gijón se ha firmado un convenio de 1.000 millones para el soterramiento, en Bilbao se van a invertir 800 millones, en Vitoria 600, en el Llobregat habrá tres soterramientos que pagará íntegros el Estado cuando aquí el Ayuntamiento también pagará. Se nos trata como una ciudad de segunda o tercera y a lo mejor tenemos que hacer que nos traten como a los demás.
¿Esto lo han hablado con los socios de gobierno?
Esto está en el acuerdo de gobierno, en el proceso de participación ciudadana para la ordenación ferroviaria que supone no acatar la actual solución del soterramiento.
Santander pierde población. ¿El nuevo Plan está llamado a revertir la tendencia?
Esa es la aspiración, pero una vez más hay que tener paciencia para ver lo que dicen los expertos. Es impensable que la ciudad recupere industria si no tiene suelo para industria que era una de las carencias del plan de 2012. Creo que el PRC consiguió arrancar una zona enfrente del Pctcan. Si no fuera por eso, Santander estaría abocada a ser una ciudad de servicios y de promoción urbanística. Eso tiene que cambiar. Tenemos que atraer población en términos de desarrollo industrial acorde con los tiempos. Me sorprende mucho que llevemos años hablando de polígonos y que luego tengan anchos de banda de un mega. En el mundo moderno el gran problema ya no es el terreno, sino las conexiones logísticas y de comunicaciones.
¿Es consciente de que va a recibir muchas presiones?
No soy tonto (ríe). Me preocupan más las presiones personales en las que tienes que poner en la balanza cómo afectas a personas de bien que ese otro tipo de cosas, que me preocupan muy poco. Hace 15 años fui de sustituto a la Gerencia de Urbanismo de Castro Urdiales. Nunca hubo el menor acercamiento de nadie para intentar influir en la toma de decisiones.
¿En qué estado se encuentra el desmantelamiento de las escolleras de La Magdalena?
En el acuerdo de gobierno hay un punto clarísimo: exigir al Gobierno central la retirada de la escollera ya instalada y la restitución de la playa a su estado anterior. Hay una cuestión de fondo y es que otra vez nos tratan como una ciudad de cuarta y tragamos. Me explico. Esa barbaridad de proyecto de escollera, esa chapuza, un cúmulo de piedras mal tiradas, cuesta lo mismo que 50 años de rellenos. Entiendo que el Ayuntamiento se sienta forzado a aceptar esa decisión porque Costas le ha comunicado que no va a seguir haciendo rellenos, que cuestan 50.000 euros. Pero el año pasado, después de los temporales que hubo en el sur, el Gobierno de España invirtió 20 millones en reposición de arenas de playa en Cádiz y otros 10 en las de Huelva. 30 millones de euros son 600 años de reposición de arena en la playa de Los Peligros. A veces no entiendo por qué hemos aceptado este papel de ciudad de cuarta en un aspecto tan esencial como son las playas. El Estado tiene obligación de mantener las playas, de su competencia, que son un valor turístico. Y que por no cumplirlo destrocemos una playa, que aparte de su valor natural tiene un valor cultural innegable, es absolutamente inaceptable. De momento hay que exigir al Estado que cumpla sus obligaciones y no estar todos los años exigiendo los rellenos.
En todo caso, me pongo en el papel de la Demarcación de Costas y tengo que sentirme al menos un poco perplejo. Se le pide una senda costera que ha costado un millón de euros y luego se le pide que se retire; y se le pide unas escolleras y ahora se le pide que las retire. ¿No damos una imagen poco seria?
Ese tipo de cosas no se pueden decidir en un despacho entre un Ayuntamiento y la Demarcación de Costas. No se puede decidir sin contar con la gente. La gente no está al tanto de lo que sale en el Boletín Oficial, pero cuando lo ve se moviliza. Hay que hacerlo con los procesos que la legislación europea exige. Si se hubiera preguntado de verdad no se hubiera hecho la senda costera ni los espigones. Estarán perplejos pero los primeros incitadores son los que no cumplen cada año en plazo la reposición de arenas. En Ciudadanos hemos pedido reiteradamente una partida para constituir una Mesa Integral de la Bahía, en la que estén Costas, Puertos, los ayuntamientos limítrofes y las organizaciones ciudadanas para hacer un planteamiento global de la bahía y dejar de poner parches.
¿Entre diques y rellenos no caben más alternativas?
Tenemos que aplicar ya el principio de precaución. No podemos tirar y a ver qué pasa. Pudieran haberse realizado actuaciones menos agresivas y retirables. Pero el criterio que imperó a la hora de elegir entre las soluciones... Se eligió el de las escolleras porque era el más barato.
Cultura depende de Ciudadanos y ustedes son los encargados de la aplicación de la Ley de Memoria Histórica en la capital. ¿Con qué espíritu van a retomar los trabajos?
No estoy encima del asunto. Hay una comisión que hizo unas valoraciones y habrá que someterse a la ley. Y lo digo en todos los sentidos. También de restricción de determinadas actuaciones. Creo recordar que en Madrid ha habido sentencias en contra del cambio de nombres de calles que no están afectados por la Ley de Memoria. Creo que es imprescindible que hagamos memoria pero que por una vez en 80 años no sea la de un bando. Durante 40 años hubo la memoria de un bando, durante un período inferior se ha institucionalizado la memoria del otro y lo que tenemos que enseñar a los jóvenes es el desastre que fue la Guerra Civil y cómo hubo intransigentes en todos los bandos y partidos. Lo que tenemos que hacer es que cuando detectemos eso ponerle freno cuanto antes para que no nos lleve otra vez a una locura similar.
Mirando más allá de Santander, ¿cómo explica la postura de Ciudadanos ante la investidura de Pedro Sánchez?
Sobre la postura de Ciudadanos, me parece claro que lo que se promete al ciudadano hay que cumplirlo. Los expertos podrán pronunciarse sobre la decisión de no pactar con el PSOE, pero si has dicho al votante que no vas a pactar con el PSOE, no se puede pactar. Sería una traición al votante.
¿Esto es aplicable solo al Estado o también a las administraciones locales?
A lo que haya prometido el partido. Ciudadanos prometió que no pactaría con el PSOE en las elecciones generales, no lo hizo en municipales y autonómicas y por tanto no hicimos ninguna toma de posición en ese sentido.
De hecho hay varios pactos en la comunidad en que Ciudadanos ha llegado a acuerdos con casi todas las formaciones. ¿Por qué en Santander solo podía ser con el PP?
Estuvimos abiertos a pactar no solo con el PP. Tuvimos reuniones también con el Partido Regionalista y el Partido Socialista. Hubo después de las elecciones una directriz central que habló de que el PP era socio preferente. Cuando he estado en asociaciones he defendido mi posición en asambleas, pero cuando la asamblea se pronunciaba, esa era mi decisión. Cuando estás en un grupo, cuando se adopta una decisión de grupo, hay que defenderla. Si te es inaceptable en términos morales te vas y si no la defiendes.
¿Y si esa directriz cambiase?
Esa directriz no dice que tengamos que mantenernos... Supongamos que el PP incumpliese el pacto de gobierno [en Santander]. En esa tesitura tendríamos la obligación de dejar de participar en este equipo de gobierno. No hace falta que cambie ninguna directriz. El acuerdo no es tan preciso como el que habíamos trazado en la negociación, pero nos da posibilidad de cambiar muchas cosas en la ciudad. Hemos pactado con el PP y va a haber cambio y, si no lo conseguimos, es que no se habrá cumplido el acuerdo de gobierno.
¿Cómo se puede hablar de cambio cuando el 80% de la foto es la misma que se hizo hace cuatro años?
Hay un dicho de la Guardia Civil: Paso corto y vista larga. Mi objetivo como concejal de Urbanismo es sacar un Plan General muy distinto al que estaba planeado en 2012. ¿Será un cambio si lo conseguimos? Será un cambio radical. Cuando tengamos el organigrama se verá ese cambio. No estamos ejercitando todavía la portavocía y lo vamos a hacer. Y en el tono político se nota un cambio. Tenemos muy buena relación con todos porque somos conscientes de que como no lleguemos a acuerdos no sacamos las cosas, lo que dulcifica mucho el carácter.
Esa cohabitación se pondrá a prueba con los próximos presupuestos.
Será una prueba de fuego. La cohabitación es muy difícil y también muy beneficiosa, del mismo modo que la competencia estimula. Cada decisión que tomemos ahora ha de ser consensuada.
¿No tiene la sensación de estar en casa ajena?
A lo mejor hay quien cree que esta es su casa y no la de todos. Yo creo que esta es la casa de todos.
0