La Iglesia vasca ha inscrito como propios 530 bienes desde 1978 solo con la certificación del obispo
Cuando el Gobierno central acaba de anunciar que en breve va a publicar el listado de bienes registrados por la Iglesia católica, ese inventario ya es conocido en Euskadi desde hace un par de años. Y es que los Registros de la Propiedad, en cumplimiento con un mandato del Parlamento vasco, enviaron a la Cámara de Vitoria el listado de los bienes que la Iglesia Católica ha inscrito a su favor en la comunidad autónoma desde 1978. El inventariado de esas propiedades que la Iglesia ha registrado a su favor en Euskadi sin hacerlo público, sin pagar impuestos de transmisión patrimonial y sin acreditar ser la titular de los bienes- con la sola certificación del obispo- alcanza los 530. En el caso de Gipuzkoa constan en los registros vascos 387 bienes inmatriculados por la Iglesia; en Bizkaia son 75 y en Álava, 69.
Sin embargo, el obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, no sabe con exactitud el número de bienes inscritos por la iglesia guipuzcoana. “Somos una diócesis que en ese punto fue especialmente resolutiva, lo cual no quiere decir que estén todas las cosas absolutamente concluidas porque el patrimonio de la Iglesia es suficientemente complejo como para que podamos decir está todo inscrito”, respondió a preguntas de los periodistas sobre el anuncio del Ministerio de Justicia.
Y en esta línea, ha precisado que la Iglesia católica “no es una institución absolutamente piramidal” en la que se tenga conciencia de todo“. ”En España hay unas 40.000 instituciones que son reconocidas como parte de la Iglesia Católica, pero no todas ellas están gobernadas por el Obispo. Desde el derecho canónico, bien sean órdenes religiosas, bien sean cofradías, bien sean otras instituciones no tienen el gobierno directo del obispado, por eso la complejidad también de la estructura de la Iglesia Católica hace que no sea tan fácil que nosotros mismos tengamos conciencia de ese registro“.
La Cámara vasca aprobó en junio del 2015 una propuesta de EH Bildu y respaldada por PSE y PNV, en la que se reclamaba con urgencia un listado de todo lo inmatriculado por la Iglesia desde 1978. El objetivo, en teoría, era recuperar los bienes. De momento, esa enumeración de propiedades pretende sacar a la luz las inscripciones realizadas en la comunidad vasca por la Iglesia sin acreditar titularidad y verificar así a quién deberían corresponder de dichos inmuebles.
De todo un poco
La institución católica aumentó de manera notable su patrimonio, sobre todo, a partir del año 2003, favorecida por la reforma de la Ley Hipotecaria realizada durante el Gobierno de José María Aznar en 1998, y que venía a amoldar la Ley Hipotecaria franquista de 1946. En dicha norma se equiparaba la figura del eclesiástico, el obispo, con un fedatario público. Mientras que un ciudadano para registrar una propiedad familiar por primera vez, debe presentar pruebas y testigos a la administración, la Iglesia estaba exenta de esas obligaciones. Se le permitía solo a esta institución inscribir lugares de culto y otras propiedades que previamente no estuvieran registradas sin rendir cuentas a la administración y este privilegio no quedó derogado hasta la entrada en vigor de nueva Ley Hipotecaria del Gobierno de Mariano Rajoy, que equipara los criterios para las inmatriculaciones de la Iglesia con el procedimiento generalizado entre el resto de la ciudadanía.
La fórmula que se repite en muchas notificaciones archivadas en los registros vascos, algunas manuscritas, es similar. Se alega que “el obispo posee en plena propiedad y en pacífica posesión desde tiempo inmemorial, sin que exista título alguno que lo acredite”, el bien descrito y así lo declara el cargo eclesiástico mencionado.
Entre las propiedades escrituradas figuran dedes templos parroquiales hasta ermitas pasando por basílicas, pero también viviendas, caseríos, locales comerciales- uno destinado a un horno de panadería-, casas agrícolas, cementerios, fincas, solares en los que se ubican aparcamientos, huertas, terrenos y frontones.