Osakidetza ya vivió otro fraude más espectacular en 1990
Las sospechas de fraude que sobrevuelan algunas de las especialidades médicas de la OPE de Osakidetza tiene un precedente, más espectacular y con derivaciones políticas.
Euskadi, 1990. Un dura crisis provocada por la reconversión industrial azota a la comunidad autónoma. Las oposiciones organizadas por el Servicio Vasco de Salud-Osakidetza se presentan como una oportunidad de lograr un empleo estable para miles de vascos. Más 50.000 ciudadanos aspiran a una de las 2.500 plazas que se ponen en juego. La dirección de Osakidetza se encontraba entonces en manos socialistas, partido que compartía el Gobierno vasco con el PNV.
En total, se manipularon 581 exámenes en beneficio de 363 opositores, la mayoría de ellos vinculados al PSE y UGT. Algunos de los beneficiados por el fraude consiguieron obtener plaza en todos los puestos a los que se habían presentado. Cuatro años después, la justicia condenó al vicesecretario general del PSE-EE, José Luis Marcos Merino, y a otras 11 personas más, entre ellos varios ex responsables socialistas del Servicio Vasco de Salud.
El Parlamento vasco también se pronunció. Tras un primer intento fallido, a la segunda logró constituir una comisión de investigación. Su dictamen resultó demoledor: El fraude de las oposiciones vascas de 1990 tenía como objetivo beneficiar masivamente a personas afines al PSOE y a UGT, y fue realizado por varias personas respaldadas por “una estructura de poder político paralelo”, a cuyo frente estaba el entonces director general de Osakidetza, Mario González. La otra finalidad de la manipulación era, según el dictamen parlamentario, colocar de manera indefinida una estructura de control en la administración sanitaria.
