Acertamos si somos valientes
Los movimientos sociales no están en el seno de los partidos políticos, son actor activo e imprescindible para impulsar demandas y propuestas sociales mediante una ciudadanía organizada civilmente; el papel de los partidos es articular propuestas concretas e incardinadas en un modelo de conjunto de propuestas consiguiendo que se materialicen en leyes y políticas públicas. Su relación es necesaria, su cooperación deseable y su convergencia en procesos es lo que produce los grandes avances. Los socialdemócratas somos testigos y defensores de cómo estos procesos de convergencia han permitido entre otras cosas la construcción del estado de bienestar y el avance en los derechos civiles.
Los movimientos sociales han crecido en variedad como el reflejo de una sociedad que reconoce y no renuncia al necesario reconocimiento de su diversidad y de igual manera, en el PSOE nos hemos ido también adaptando a esta realidad, conscientes de su fuerza para avanzar en el progreso de la sociedad y del hecho de la necesaria confluencia para lograrlo. Como secretaria de Movimientos Sociales del PSOE sabía que no podíamos ni debíamos dejar de ser valientes, para articular una propuesta jurídica coherente y rigurosa impulsar, desde el imprescindible consenso en el seno del Gobierno y con los colectivos, para la aprobación de una Ley LGTBI que atienda a las necesidades específicas de las Personas Trans.
Convertir en Ley el anteproyecto de igualdad efectiva y real que arranca esta semana, tras meses de intenso trabajo junto a las organizaciones más representativas del colectivo LGTBI, será un proceso largo y complejo, pero nadie podrá frenarlo. Encontrar el consenso necesario y haber logrado la fórmula que aporta las garantías jurídicas que permitirán conseguir su aprobación, evitando así que sea cuestionado desde el poder judicial, no ha sido fácil. Un arduo trabajo en equipo en el que todas las partes hemos tenido que hacer concesiones, siendo necesaria mucha valentía, como en su momento ocurrió para lograr la ley de Identidad de Género o el Matrimonio Igualitario. Pero si queremos seguir acortando las desigualdades entre las personas, no podemos permitir que el activismo y las demandas sociales se conviertan en una competición en el seno de la izquierda, porque debilita nuestras luchas compartidas.
Nos llena de orgullo continuar reivindicando que somos el partido que modernizó España al aunar las distintas voluntades de una inmensa mayoría que llevaba décadas reclamando sus derechos; y que años después articuló la conversión de todas las minorías discriminadas, que se reconocieron a sí mismas como una gran mayoría empoderada. Un empoderamiento con el que volvimos a conquistar derechos que hoy entendemos como consolidados y que forman parte del acervo del Estado de derecho en España, cuya adquisición supuso un auténtico desafío en su día.
Si en esta legislatura, con el Gobierno liderado por Pedro Sánchez, además de haber logrado cambios de gran calado como la Ley de Eutanasia o la de Protección de la Infancia, entre otras, aprobamos la Ley Integral para la Igualdad de Trato y la No discriminación por cuya materialización llevamos trabajando más de 10 años, así como la recientemente iniciada Ley Para la Igualdad Real y Efectiva de las Personas Trans y Derechos LGTBI, podremos afirmar que hemos dado un paso de gigante y fundamental en la construcción más completa y avanzada del Estado de derecho y que nos permite afirmar que España avanza en ser una sociedad más justa e inclusiva con la diversidad social y sexual, habiendo cumplido las resoluciones del 39º Congreso.
Negar que la diversidad es un rasgo inherente de nuestra sociedad es una necedad, así como no luchar por alcanzar consenso entre quienes expresan una postura reacia a legislar en nuevos derechos y quienes se plantan con principios de máximos inalcanzables que jurídicamente se caerían en el intento. La hoja de ruta nos la marca Europa, con la primera Estrategia Europea para la igualdad de las personas LGBTIQ 2020-2025, llamada a ser el camino para nuestras políticas en los próximos años. Estrategia cuya finalidad es promover una Unión de la Igualdad para todas las personas, donde las personas LGTBI se sientan seguras de participar plenamente en la sociedad.
Dos leyes que fueron y se mantienen como compromiso socialista, que no fueron impuestas, ni pretenden apoderarse de nadie, que alcanzarán el consenso para su aprobación definitiva únicamente desde el trabajo en conjunto con los Movimiento Asociativo. Nadie puede arrebatar al PSOE una de sus señas de identidad: la igualdad en la diversidad.
Un buen ejemplo es la Ley Zerolo, para la Igualdad de Trato y la no discriminación, actualmente en ponencia en el Congreso, establece que nadie puede ser discriminado por razón de nacimiento, origen racial o étnico, sexo, religión, convicción u opinión, edad, discapacidad, orientación e identidad sexual, expresión de género, enfermedad, situación socioeconómica o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.
Y el anteproyecto de ley LGTBI, representa mucho más que un nuevo procedimiento de rectificación registral del sexo en el registro civil, ya que reconoce la voluntad libremente manifestada para dicha rectificación registral sin documentación o requisitos médicos patologizantes, y a su vez de manera garantista. Avanza en derechos para un colectivo con las suficientes garantías para que no puedan ser revertidos, atendiendo las necesidades de quienes son menores, buscando en definitiva pasar de los eslóganes a la realidad, así como alcanzar la Igualdad real y efectiva para todas las personas LGTBI, sin importar donde hayan nacido.
Nos toca vivir el momento de consolidar los derechos conquistados, amenazados por la convivencia entre la derecha del PP y la ultraderecha de Vox, con la que nos quieren atar a un pasado peor e injusto. Porque los derechos no solo hay que conquistarlos, los derechos “se conquistan, se disfrutan y se defienden”, tal como expresaba Pedro Zerolo en sus discursos que hoy se vuelven de máxima actualidad.
Es el momento de recuperar los espacios y reforzar desde un enfoque trasversal cada uno de los ámbitos sectoriales de la diversidad que conforma la sociedad española; con estas dos leyes cumplimos con los movimientos sociales, compartiendo su lucha y convirtiéndola en nuevas conquistas para todos y todas. Con valentía, no pararemos hasta su aprobación definitiva.