Carta abierta de más de 140 investigadores españoles sobre la inversión pública en I+D
El pasado 10 de abril se celebró la ceremonia oficial de entrega de becas de las que posiblemente sean las becas más prestigiosas entregadas por una entidad privada en España. Dicha entidad lleva desde 1982 invirtiendo anualmente en este programa de ayudas, con una inversión que ha atravesado generaciones, y ha facilitado la formación de cientos de investigadoras e investigadores que hoy, desde los ámbitos e intereses más diversos, contribuyen activamente a la mejora de la sociedad. Dicha apuesta contrasta con una realidad opuesta: las dificultades a las que nos enfrentamos al tratar de proseguir nuestra carrera académica o profesional en España.
La semana pasada, investigadores, académicos y vocales del Consejo Asesor y del Consejo Rector de la Agencia Estatal de Investigación entregaban en el Congreso de los Diputados una iniciativa firmada por más de 275.000 personas que denunciaba el “progresivo abandono de la ciencia española provocada por los recortes aplicados por el Gobierno”.
Pero esta situación hace tiempo que dura. Hace justo dos años, el 23 de abril de 2016, la Asociación de Estudiantes Españoles en la Universidad de Harvard organizó en Boston unas jornadas para analizar la “fuga de cerebros” en España bajo el título “Spain’s Brain Drain”. Los motivos que afloraron en estas jornadas para explicar esta fuga de talento no son nuevos ni desconocidos: condiciones laborales precarias y muy por debajo de la media europea, carencia de políticas de repatriación del talento, escasa inversión en I+D, falta de financiación para el emprendimiento y rigideces administrativas que ahogan la innovación.
En este contexto, un grupo de estudiantes, investigadoras/es y profesionales, que hemos podido formarnos en las mejores universidades y centros de investigación del mundo, queremos sumarnos a la iniciativa presentada en el Congreso la semana pasada. Queremos denunciar a un Gobierno que sitúa a España, año tras año con sus recortes, a la cola de Europa en lo que a inversión pública en educación e investigación se refiere. El bajo gasto social, reflejo de las prioridades de un gobierno que ni valora ni facilita el desarrollo del talento, merma las oportunidades de nuestra generación y, por ende, nuestro futuro colectivo. Añadimos, así, nuestra voz a la de quienes denuncian la precariedad de becarias y becarios en las universidades españolas, a la de quienes se oponen a la represión de la cultura, y a la de quienes destacan la diferencia entre dejar el país por voluntad propia y verse obligado a hacerlo, en un exilio tristemente normalizado.
Nuestras opiniones sobre el color del gobierno son diversas, pero en algo estamos de acuerdo: nos sentimos ante la necesidad de denunciar a un Gobierno que recorta los recursos públicos, encarece el acceso a la educación superior para el conjunto de la población y dificulta el avance de la investigación en nuestro país. Nos preocupa dar, con nuestro silencio, carta de validez a sus políticas y actuaciones. Unas políticas públicas que denigran materialmente aquello que en teoría dicen apoyar. Es por ello que pedimos al Gobierno que, si quiere mostrar su apoyo al talento joven de este país, se dedique a financiar dignamente la educación e investigación públicas.
Por ello invitamos a los máximos responsables del Gobierno en materia de Educación e Investigación a reconsiderar sus políticas y a atender así a la petición de innumerables colectivos que llevan años denunciando la necesidad de encontrar soluciones que den oxígeno a las/os jóvenes que quieren estudiar, investigar y trabajar en este país.
