País, generación, partido
Es una constante histórica que, ante las grandes crisis o conflictos armados, se hagan grandes llamamientos a la lucha unitaria en nombre de la patria.
Por más que 'populismo' sea una palabra maldita en la política europea, el intento de encarnar la voluntad, los anhelos y aspiraciones del pueblo es un objetivo constante y común a todos los líderes y partidos políticos, y conviene, en este ejercicio, tener alguna brújula de lo que en verdad quiere el pueblo para orientar el rumbo.
Más allá de la pertinente polémica que rodea al CIS desde que lo dirige Tezanos, no deja de ser la herramienta sociológica más democrática, por lo abierto de sus datos, y certera, por lo amplio de sus casos, de la que disponemos.
Cruzando los datos relativos a la valoración del pueblo español sobre la gestión del Gobierno, sus principales preocupaciones y el anhelo que más consenso cosecha, diría que España está muy por encima de la mayoría de sus líderes políticos.
España sabe que esta crisis es mundial y ha pillado a la mayor parte de gobiernos por sorpresa, pero también sabe, y así lo refleja el cambio radical de temas de preocupación que expresa, que no solo importa cuan rápido aplanamos la curva, cuántas muertes evitamos y cuándo dispondremos de la vacuna, sino que va a ser crucial cómo atendemos los problemas económicos del día después, que han vuelto al top de las preocupaciones. No puede sorprender, por tanto, que ante las tareas colectivas que han de enfrentarse, durante la pandemia y al día siguiente de la salida de la misma, el mayor anhelo de la población sea que impere el sentido común que prioriza salvar vidas y no dejar a nadie atrás, y que esto se traduzca en un deseo de unidad de las fuerzas políticas.
Sorprende, por tanto, quien está convencido de que en mitad de esta crisis puede hacer una campaña político-personal haciéndose fotos “en los lugares del conflicto”. La imagen de una presidenta autonómica y del líder de la oposición de España en el hospital de campaña de IFEMA no aporta nada a la mejora de la salud ni a la planificación de la atención frente al impacto social y económico de la crisis; es más, genera rechazo a las familias que no han podido acudir a ese mismo sitio a estar con sus personas queridas, y a los profesionales del resto de centros hospitalarios que no entienden esta campaña publicitaria de una instalación que no ha sido, ni de lejos, la más importante en esta crisis.
Aún sorprende más que Ciudadanos se abrace al dogmatismo ideológico del PP y vote en Europa a favor de los intereses de Alemania, en lugar de posicionarse con España en algo tan crucial como la propuesta del Partido Verde de que la reconstrucción social y económica del día siguiente se pague de forma solidaria con los Eurobonos.
Nunca los autodenominados patriotas estuvieron tan lejos de apoyar a su pueblo como en estas semanas. Remata el top de la incoherencia la caricatura de Fuerza Nueva, que solo piensa en su posición electoral, desoyendo el reclamo de unidad y el espíritu solidario de toda España.
No toca esto, señores de la derecha. Se lo digo de corazón, desde quienes creemos compartir con ustedes que lo primero es el bienestar de la gente.
Salvar vidas y salir pronto y juntos de la crisis económica: esta es la base del pacto de generaciones que nos debemos en España, el que nos dará una oportunidad inmensa de ser mejores en el futuro.
Desde las generaciones a las que no nos cabe una crisis más en nuestra precariedad, nos queremos comprometer en cuidar a nuestros mayores, y en sembrar de nuevas generaciones nuestro país; fortalecer los servicios públicos sanitarios y de atención a las personas mayores; garantizar ingresos mínimos y vivienda, y reinventar nuestro sistema productivo para ser más competitivos, pero sobre todo más cuidadosos con nuestro planeta y con nuestras familias. Objetivos ineludibles, porque es el único camino que nos permite seguir siendo patria.
Ahora, más que nunca, hay que ordenar las prioridades, que para nosotras son claras: país, generación, partido.
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