Más personas que mujeres
Ayer, una vez más después de unas elecciones, dio la impresión de que ganaron todos. Ya escribimos por aquí un artículo hace 3 años, con motivo de las anteriores elecciones catalanas, fascinados por el hecho de que las pudieran haber ganado todos y cada uno de los partidos, y hasta un periódico (entren y vean). Como en aquella ocasión, ayer todos los candidatos corrieron a autofelicitarse y a señalar con condescendencia a los que quedaron detrás de ellos, incluso Iceta (PSC) se unió al carro, y su valoración se basó en hacer hincapié en lo mal que había quedado Catalunya Sí que es Pot. Sí que es cierto que este último no festejó demasiado haber quedado a la cola, y Pablo Iglesias, Coleta Morada, no estar muy contento con resultados, culpando de ellos a los votantes por no haber sabido valorarles, con frases como “parece que nuestro error ha sido defender los derechos humanos (...) y querer que los niños no estudien en barracones”, demostrando una vez más que la autocrítica no es su punto fuerte.
Pero como hoy leerán muchos análisis sobre las elecciones y sus correspondientes resultados, se me ocurre que en este rincón hagamos una reflexión con una perspectiva de género sobre el tema y su posterior análisis mediático, para no perder la costumbre.
Todos los cabezas de lista de los partidos que se presentaban eran hombres, menos la candidata de Ciudadanos, que era mujer, Inés Arrimadas. Inés cumplía estéticamente con todo lo necesario para representar a su partido: blanca, delgada, vestida de marca y bien parecida. Como suele ser norma en las candidatas de este partido.
(De izquierda a derecha: Begoña Villacís, Melisa Rodríguez e Inés Arrimadas, candidatas a las presidencias de los Gobiernos de Madrid, Canarias y Cataluña respectivamente)
No puedo resolver esta duda, pero sí me pregunto hasta qué punto el hecho de que todas las mujeres de este partido tengan físicos normativos es inclusivo para la mujer. Y, también, cuánto hay de casualidad en que así sea.
Lo cierto es que, a pesar de ser la única mujer, estuvo tutelada en todo momento por Albert Rivera, que fue quien se llevó todos los laureles. Aunque en esta actitud no quedó muy claro cuánto hay de machismo y cuánto de personalismo.
El programa más elegido por los españoles para ponerse al día con los resultados de estas elecciones fue Al Rojo Vivo, de La Sexta, presentado por Antonio García Ferreras. La mesa de análisis estaba formada por él y por otros 5 hombres.
Ninguna mujer se sentó a la mesa de debate y no es la primera vez que esto pasa cuando de tratar temas políticos se trata en televisión.
Pero, ¿qué más da? Ya sabemos lo que nos repiten como un mantra: lo importante son las personas y que, quien esté, sepa y lo haga bien. Y si no suele haber mujeres, pues por eso será. Y es que, extrapolando a la sociedad esta gran reflexión de nuestro presidente:
Hay otro hecho innegable: en nuestra sociedad hay muchísimas más personas que mujeres. Quizás por eso todo lo anterior.