La opinión pública de todos los países está siguiendo con mucha atención la evolución de los indicadores de la pandemia asociada al virus COVID-19. En todos los medios de comunicación se presentan habitualmente indicadores cuantitativos –algunos de carácter muy técnico y abstracto– que tratan de clarificar cuál es la tendencia a corto plazo en la incidencia de la pandemia. A este respecto, es frecuente encontrar series temporales con el número de casos, número de fallecidos, tasa de positividad y otros indicadores temporales. No obstante, la mayoría de estas series temporales relativas a la mortalidad publicadas por los medios recientemente cubren un periodo muy breve, habitualmente los meses o semanas del año 2020 (varios artículos –aquí, aquí y aquí– ofrecen indicaciones con datos relativos solo a la primera ola). Esto supone que la opinión pública carezca de una referencia sobre cuál es la incidencia de la pandemia en términos históricos de medio y largo plazo.
Este artículo trata de arrojar algo de luz a este respecto analizando la evolución a largo plazo en la tasa de mortalidad. Ante el repunte en la mortalidad reportado en varios países incluida España, cabe preguntarse con qué nivel histórico es comparable la mortalidad ocurrida ya a lo largo de 2020. Con este fin hemos enlazado series sobre mortalidad relativas a 1900-2019 con la información más actualizada disponible para el año 2020. En el gráfico presentado a continuación consideramos cuatro países europeos: Alemania, España, Francia y Suecia. Siguiendo la práctica habitual en demografía, utilizamos la tasa bruta de mortalidad que representa el número de fallecimientos por cada 1.000 habitantes. Debido a que las agencias estadísticas nacionales de estos cuatro países están publicando información muy actualizada del número de fallecimientos –por cualquier causa– para cada semana de 2020, podemos calcular la tasa de mortalidad para estos países para la mayoría de semanas del año en curso. De este modo, hemos calculado las tasas relativas a 2020 para las primeras 37, 39, 38 y 41 semanas en Alemania, España, Francia y Suecia respectivamente.
¿A qué nivel precedente equivale la mortalidad acaecida a lo largo de 2020 en España?
El gráfico muestra que la tasa bruta de mortalidad de 2020 en nuestro país sobrepasa claramente los valores anuales desde mediados de los años cincuenta. Tenemos que retrotraernos a 1951 para encontrar una tasa superior a la de 2020. Dicho esto, la tasa para este año sigue siendo mucho menor que en la primera mitad del siglo XX. Sin minusvalorar el enorme sufrimiento, sensación de inseguridad y desestabilización producidos por la actual pandemia, la tasa mediana durante la primera mitad del siglo XX –incluso a pesar de que la población entonces era más joven– fue en nuestro país un 92,6% mayor que la tasa de 2020.
Por tanto, el nivel de la tasa de mortalidad en 2020 no resulta tan elevado como la mortalidad de las primeras décadas del siglo XX. Pero ¿qué podemos inferir del aumento interanual en la tasa de mortalidad? A este respecto el gráfico muestra que el aumento de la mortalidad producido por la actual pandemia resulta muy modesto en Alemania, Francia y Suecia. De hecho, en el gráfico resulta casi imperceptible. Las tasas de mortalidad de Alemania, Francia y Suecia en lo que llevamos de 2020 son, respectivamente, un 0,4%, 1,1% y 1,3% mayores que las tasas de 2019. En España, en cambio, el aumento de la tasa entre 2019 y 2020 es del 17,6%. Dicho repunte –claramente más acusado que en los otros tres países considerados– se aprecia claramente en el gráfico. Por tanto, salvo que tenga lugar un fuerte aumento en los fallecimientos ocurridos en las últimas semanas de 2020 en Alemania, Francia y Suecia, no es probable que cambie la tendencia de la última década relativa a mortalidad: fuerte estabilidad en Francia, muy leve repunte en Alemania y muy leve caída en Suecia.
Tomando en cuenta que en España ha habido un aumento apreciable en la tasa de mortalidad entre 2019 y 2020, resulta ilustrativo comparar dicho aumento con el producido por las dos crisis demográficas más importantes del siglo XX: la gripe de 1917-1918 y la Guerra Civil. El aumento de la tasa ocurrido entre 2019 y 2020 (17,6%) es claramente menor que el ocurrido entre 1917 y 1918 (48%). No obstante, el repunte de 2020 sí es equivalente con el ocurrido durante la Guerra Civil. Entre 1935 y la media del periodo 1936-1939 la tasa aumentó un 16,6%, mientras que –como hemos indicado más arriba– entre 2019 y 2020 aumentó un 17,6%. Por tanto, en términos proporcionales en 2020 la tasa de mortalidad ha aumentado de modo equivalente a como lo hizo durante la Guerra Civil. La esperanza compartida por todos es que el repunte de mortalidad de 2020 sea temporal y que en 2021 el número de fallecidos en nuestro país vuelva a los valores de la década de 2010.
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