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El descabezamiento de Ciudadanos complica la negociación parlamentaria al futuro Gobierno de izquierdas

Inés Arrimadas, hasta ahora portavoz parlamentara de Ciudadanos

Carmen Moraga

La salida de Albert Rivera de la política tras el hundimiento electoral del 10N ha dejado a Ciudadanos descabezado y con un grupo parlamentario residual en el Congreso –aún por configurar–, que complica la mayoría parlamentaria del Gobierno de coalición acordado por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Tanto para sacar adelante la investidura, como para que prosperen aquellas medidas a las que los grupos nacionalistas puedan dar la espalda, como las referidas a Catalunya.

Rivera prometió en la última campaña que no obstaculizaría la formación de un acuerdo de Gobierno, fuera del signo que fuera, y aseguró que facilitaría el desbloqueo de la situación política a cambio de negociar una serie de reformas.

Sin embargo, la respuesta que han dado fuentes del partido al preacuerdo de Gobierno alcanzado por sorpresa entre Sánchez e Iglesias incumple ese compromiso. En un comunicado emitido poco después de hacerse pública la firma de ese pacto de izquierdas, la formación se apresuró a señalar que “Ciudadanos no puede apoyar que Sánchez y Podemos lleven las riendas del Gobierno de España. Es nefasto y contrario a los intereses de la mayoría de los españoles”.

En el mismo comunicado apelan “a la responsabilidad de PSOE y PP para llegar a un acuerdo moderado y constitucionalista con Ciudadanos basado en pactos de Estado buenos para el país”.

La redacción del comunicado se la atribuyó poco después José Manuel Villegas, que en su cuenta de Twitter se hizo eco de la postura que adoptarán, cuando llegue el momento, los 10 diputados del grupo parlamentario del que él ya no formará parte al no haber obtenido escaño por Almería.

No obstante, el partido no ha querido aclarar si ese “no apoyar” supone una abstención o un voto negativo a la investidura. Este miércoles está prevista una reunión del Comité Permanente –órgano que está en funciones presidido por Villegas– , en el que se concretará la postura, que se dará posteriormente a conocer en rueda de prensa.

Mientras tanto, varios dirigentes llamaban este martes a Sánchez a “rectificar” su acuerdo con Iglesias y a cerrar un pacto con los “constitucionalistas”. Empezando por Inés Arrimadas, que apelaba a “la responsabilidad” del PP y del PSOE “por el bien de España”. La postura de Arrimadas es relevante ya que es la dirigente que se perfila como la candidata para suceder a Rivera.

La necesidad de ese gran acuerdo entre los tres partidos ha sido apoyada por el exsecretario de Programas de Ciudadanos, Toni Roldán, que ha retuiteado a Arrimadas: “Como dice Inés, una gran coalición en base a acuerdos concretos en las grandes reformas sería mucho mejor para España”.

El líder de Ciudadanos en Castilla y León, Francisco Igea, ha ido incluso más allá. El actual vicepresidente castellano y leonés tras el pacto con el PP, se ha declarado dispuesto a entregar varios gobiernos autonómicos a los socialistas a cambio de que Sánchez no pacte con Unidas Podemos. Para empezar, el suyo y el de Andalucía. “No hay nada a los que no estemos dispuestos a renunciar”, ha dicho.

Por su parte, Marcos de Quinto, diputado electo por Madrid, que fue número dos de la candidatura de Rivera, se ha preguntado, también en Twitter, de dónde van a sacar la mayoría Sánchez e Iglesias para gobernar.

Precisamente, la postura que mantenga Ciudadanos en el debate de investidura es una de las importantes decisiones que va a marcar a la nueva dirección que saldrá elegida en la próxima Asamblea General extraordinaria que anunció Rivera la misma noche electoral. En el partido están decididos a acelerar los tiempos del proceso de sucesión para que todo esté solucionado antes de los cuatro meses que marcan los estatutos.

Primero se tiene que celebrar un Consejo General que debe nombrar una gestora, que será la que organice el cónclave y las primarias, de las que saldrá el sustituto o sustituta de Rivera. De momento, Arrimadas es la favorita para ese cargo pero la dirigente catalana aún no se ha manifestado y podrían surgir otros nombres

Una de las ventajas que tiene Arrimadas es que con toda seguridad seguirá ocupando la portavocía del grupo parlamentario desde donde tendrá que tomar importantes decisiones. Entre otras, el apoyo o rechazo a los Presupuestos Generales del Estado que configuren Sánchez e Iglesias. O medidas sobre Catalunya. Al partido le interesa ahora darse prisa en cerrar la sucesión para que el nuevo o nueva líder no se vea lastrado por el pasado y se abra una nueva etapa que fortalezca a Ciudadanos.

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