El PSOE ofrece una vicepresidencia que Unidas Podemos ve insuficiente por falta de competencias
De momento, no hay acuerdo. Este domingo a la medianoche se ha cerrado el primer día de negociación entre el PSOE y Unidas Podemos que se frenó a menos de 12 horas del comienzo del debate de investidura que arrancará con la intervención del candidato socialista, Pedro Sánchez. Todo indica que será difícil llegar a la cita con un pacto encarrilado. Técnicamente, hay margen hasta el jueves a eso de las 18.00 horas, cuando se produzca la segunda votación, la que requiere de más síes que noes para salir adelante. Antes, el martes, tendrá lugar la primera que ambas partes dan por perdida: Sánchez no podrá contar con mayoría absoluta en el Pleno del Congreso de los Diputados. Pero la intención de los equipos negociadores era tener algo definido antes del comienzo del debate: no es lo mismo un discurso de Gobierno de coalición que de ruptura, tanto para el PSOE como para Unidas Podemos.
“Por parte del PSOE ofrecen una vicepresidencia simbólica sin competencias y carteras que no permiten desarrollar las políticas que estamos pidiendo”, explican fuentes de Unidas Podemos conocedoras de las negociaciones. Y enumeran sus principales objetivos: “Subir el salario mínimo a 1.200 euros mensuales; permisos y escuelas de 0 a 3 años; desarrollar políticas de igualdad; bajar las tasas universitarias y potenciar la investigación; bajar la factura de la luz y medidas contra la emergencia climática; impuesto a la banca para recuperar el rescate...”.
Durante la tarde hubo momentos en los que los negociadores transmitían buenas sensaciones, de que las conversaciones avanzaban. Pero a última hora de la noche no terminaron de cuajar. “Hemos vuelto a recordar en las conversaciones que hemos cedido desde el inicio en no pedir ministerios de Estado, lealtad con la cuestión de Catalunya y el gesto de Pablo Iglesias del viernes echándose a un lado, y no paramos de encontrarnos más excusas por parte del PSOE”, añaden fuentes de Unidas Podemos.
El sábado por la tarde, a menos de 48 horas del inicio de la investidura y casi tres meses después de las elecciones generales, se produjo la primera concreción por parte del PSOE: accedían a comenzar las negociaciones con Unidas Podemos. De un lado, la vicepresidenta, Carmen Calvo; de otro, el negociador por parte de Unidas Podemos, Pablo Echenique.
Se emplazaron a este domingo, en el que se sucedieron las llamadas, los mensajes, la negociación entre Calvo y Echenique, más intensa, durante la tarde. En torno a la medianoche se pararon: no había acuerdo. “Lo importante son los contenidos y las competencias”, explican las fuentes de Unidas Podemos.
El PSOE se ha conjurado para guardar silencio absoluto sobre la marcha de las negociaciones, que pilota la vicepresidenta, Carmen Calvo, junto con la número dos del PSOE, Adriana Lastra, y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Los socialistas consideran que sin publicidad es la forma para que el entendimiento prospere. La cúpula socialista está “convencida” de que habrá finalmente un acuerdo para un Ejecutivo de coalición.
Sánchez se abrió a incorporar a ministros de Unidas Podemos siempre y cuando Iglesias se quedara al margen. A partir de su paso atrás, el grupo confederal exigió a los socialistas que no establecieran “más vetos” y Ferraz respondió con su intención de negociar “sin imposiciones”.
La estructura del gabinete y los nombres de quienes ocupan las carteras corresponde en última instancia al presidente, según recuerdan desde el PSOE. Los socialistas reconocieron al poner en marcha los contactos “que la designación de los ministros de Unidas Podemos sería el primer escollo”. A pesar de que los de Sánchez reconocían que lo “ideal” era llegar al Pleno de investidura con un acuerdo cerrado, aseguran que hay margen hasta el jueves: “Se trabaja para llegar a un acuerdo pero sin el reloj puesto para el lunes para no añadir más presión. Hasta el jueves hay tiempo”.
Cuando quedaban menos de 12 horas para que Pedro Sánchez comience su discurso de investidura, se han pospuesto las conversaciones. PSOE y Unidas Podemos no tienen prevista ninguna reunión presencial antes de que comience el debate de investidura al mediodía de este lunes.
Desde las elecciones del 28 de abril, apenas hubo una reunión en Moncloa, en la que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se emplazaron a llegar a un acuerdo después de las elecciones europeas. Pero tras las elecciones europeas, Sánchez rebajó las expectativas. Llegó otra reunión en Moncloa, en la que se habló de “Gobierno de cooperación”, que el entorno del presidente y candidato a la reelección terminó rebajando a “puestos en la administración general del Estado”. Pero formalmente la negociación no había comenzado.
Las dos reuniones discretas mantenidas en las siguientes semanas entre Sánchez e Iglesias solo sirvieron para constatar el desencuentro. El 9 de julio se percibió esa ruptura total. Pedro Sánchez volvió a moverse entonces a través de los medios cuando abrió la puerta a ministros técnicos. Podemos reaccionó convocando una consulta a las bases que molestó mucho en el PSOE. Sánchez llegó a dar por rotas las negociaciones, pero más tarde reculó y habló abiertamente de una coalición, que él y los representantes de su partido siempre había negado, pero establecía un requisito imprescindible: que Iglesias se quedara fuera del Consejo de Ministros. Pero los teléfonos seguían sin sonar en la sede de Podemos.
Los equipos negociadores no se sentaron nunca en estas semanas. La última vez fue para pactar los Presupuestos Generales del Estado, que no vieron la luz por el rechazo de los independentistas catalanes. Rechazo que llevó a la convocatoria electoral del 28 de abril.
Al final, la renuncia de Pablo Iglesias a sentarse en el Consejo de Ministros facilitó que el PSOE comenzara las negociaciones propiamente dichas desde el 28 de abril. Pero ya sólo quedaban horas para el debate de investidura. Y, de momento, no hay acuerdo. Con el arranque del debate en el Congreso se activa la cuenta atrás: el jueves sobre las seis de la tarde es la votación crucial para saber si España tendrá Gobierno o seguirá con uno en funciones, tres meses después de la cita electoral.