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Arpegio, una fundación sin personal que Granados usaba “para hacer favores”
La Fundación Arpegio, presidida por Francisco Granados durante varios años de funcionamiento de la trama Púnica, manejaba un presupuesto anual de 8 millones de euros, apenas tenía personal y se utilizaba como instrumento “para hacer favores” con dinero público.
Así se lo explicó al juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco, Elisa de la Nuez, quien fue contratada como asesora en 2008 para “poner orden” en la Fundación cuando la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, quitó el control formal de la misma a Granados y se lo dio a Beatriz Elorriaga.
El motivo del cambio fue el enfrentamiento entre Granados y el vicepresidente de la Comunidad, Ignacio González, según la declaración de la testigo, que indica que Aguirre decidió que esa Fundación dejara de depender de Presidencia y pasara a Medio Ambiente y Ordenación del Territorio.
Pero “por motivos políticos” se mantuvo como directora general a Carmen Plata, persona de confianza de Granados, que en verdad era quien seguía teniendo “el control” sobre la contratación.
Elorriaga, “preocupada” por la forma de funcionar de la Fundación, contrató a De la Nuez para “enterarse” de lo que allí pasaba y tratar de “poner orden”.
Lo que encontró De la Nuez fue que una fundación con un presupuesto de 8 millones de euros en 2008, que sólo tenía un asesor jurídico -el exdiputado del PP Pedro Gómez de la Serna, ahora imputado por el cobro de comisiones- y un asesor fiscal.
“Llamaba mucho la atención la falta de personal”, dice la testigo, quien expone que no había un procedimiento de contratación, que se actuaba por órdenes de Granados y que se usaba “para hacer favores”.
Granados decidía a qué proyectos se destinaba el dinero y “no se hacía nada directamente”, sino que se recurría siempre a convenios con otras empresas y no se controlaba si se cumplían o no los encargos.
Elisa de la Nuez concluye que la fundación no tenía razón de ser más allá de ser un instrumento para disponer de “dinero público fácil” y darlo “sin ningún problema”. “La impresión es que allí para conseguir proyectos lo que hacía falta era hablar con una persona”, concluye.
Su llegada a la Fundación generó “cierta tensión” en Carmen Plata, la directora general y persona de confianza de Granados, y pocos meses después Elorriaga fue cesada, aunque desconoce si la razón fue su intervención en la Fundación Arpegio, uno de los instrumentos a través de los que la trama Púnica se hacía con fondos públicos.
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