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Arrimadas enfría el escenario de pactos con el PSOE para tumbar a Gobiernos del PP que irrita a un sector del partido

Arrimadas no descarta apoyar otra prórroga, aunque apuesta por salir del estado de alarma "cuanto antes"

Carmen Moraga

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Las relaciones entre PP y Ciudadanos en el Gobierno de la Comunidad de Madrid se tensan cada día más y las fricciones entre la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, con su vicepresidente, Ignacio Aguado, hace tiempo que no se disimulan. El número dos del Gobierno regional ha ignorado el veto de la presidenta y se ha abierto a negociar medidas con el líder de la oposición, el socialista Ángel Gabilondo.

Y todo en la misma semana en que la nueva líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, retiró el cordón sanitario a Sánchez –impuesto hace más de año y medio por su antecesor, Albert Rivera– para pactar la prórroga del estado de alarma y, de paso, dejar a Pablo Casado en fuera de juego. El líder del PP, que había estirado el suspense en una votación clave en el Congreso, se quedó sin ningún papel en el debate nacional sobre el confinamiento y las duras medidas que ha impuesto el Gobierno de España.

Esa doble circunstancia, la crisis abierta del bipartito en la Comunidad y el fin del veto a la negociación con Sánchez, han reabierto la caja de los truenos en los partidos. Rivera anunció la pasada semana que reaparece este miércoles en un foro de debate en la red, y el exportavoz parlamentario, Juan Carlos Girauta, hoy fuera del Congreso, ha cogido la puerta. Igual que la exportavoz municipal de Barcelona, Carina Mejías. A las críticas vertidas por ambos se acaba de sumar –a su manera– el diputado madrileño Marcos de Quinto. En un mensaje publicado en Twitter este domingo, el exdirectivo de Coca Cola llama “payaso” al vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, y advierte a la líder de su partido de que no puede estar “a expensas” de un Gobierno del que forma parte el dirigente de Unidas Podemos.

En medio de todas esas intrigas, en un partido que ha hecho de los bandazos su razón de ser, ha tenido que salir Inés Arrimadas a dejar claro que su formación no contempla bajo ningún concepto la ruptura de las coaliciones con el PP. Ni en Madrid ni en ninguna otra comunidad autónoma en donde ambos partidos, con el apoyo indispensable de Vox, cerraron acuerdos: Andalucía y Murcia, además de Castilla y León. A su juicio, estos Ejecutivos han demostrado en estos meses ser “más sólidos” y estar “más fuertes y unidos que el propio Gobierno central”.

Y para acallar las voces críticas internas, esta vez por la derecha, Arrimadas ha advertido: “Más allá de las piruetas interpretativas, lo que se votaba [la semana pasada en el Pleno] era si caía el estado de alarma sin un plan B. No era un debate de investidura”.

“Se van a quedar con las ganas”

En las últimas entrevistas que ha concedido, la líder de Ciudadanos se ha esforzado en cortar por lo sano la idea de que su partido estaría dispuesto a valorar cuando acabe la pandemia una moción de censura contra Isabel Díaz Ayuso para que Gabilondo se haga con la presidencia del Gobierno regional con Ciudadanos también ocupando consejerías.

“A aquellos que se alegrarían de que esto fuera así [que se rompieran los pactos] les digo que se van a quedar con las ganas”, señaló el sábado en La Sexta Noche e insistió el domingo en otra entrevista publicada en ABC. “Los que quieren ver caer a nuestros gobiernos autonómicos se van a quedar con las ganas”, abundó, para dejar claro después que tiene “una magnífica relación” con Pablo Casado, “excepcional”. “Estoy satisfecha de los acuerdos que tenemos con ellos y vamos a seguir trabajando y demostrando que somos un partido de gobierno, que gobernamos bien y que estábamos preparados para gobernar”, zanjó.

Lo cierto es que el escenario de una moción de censura no lo ha cerrado del todo el propio Gabilondo, que la semana pasada aseguró en La Sexta: “A corto plazo no tengo planes de presentar una moción de censura, esa es la verdad. No sé lo que pasará después, pero nuestra idea no va ahora por ahí”. Sin embargo, a continuación añadió: “Jamás he descartado presentarla y más adelante nunca sabe uno lo que puede pasar”. Pero para que esa moción de censura prosperara, el socialista tendría que contar con el apoyo de Ciudadanos y Más Madrid, además de con los votos del PSOE.

La otra posibilidad –que no descarta el PP– sería que Ayuso recurriera a una convocatoria de elecciones anticipadas –también cuando pase la pandemia– si la situación se agrava con sus socios con el fin de intentar gobernar en solitario con el apoyo de Vox. No será en todo caso antes de que el bipartito de Madrid cumpla un año, ya que no lo permite la ley en la región.

Algunas de las encuestas publicadas en los medios de comunicación conservadores en las últimas semanas auguran una importante subida del PP en Madrid pese a que la gestión del COVID-19 está siendo más que cuestionada por los expertos en una región que acumula la cifra más alta de muertos en España y pese a los charcos que va pisando cada día la presidenta. ABC publicó un sondeo de GAD3 que da al partido de Díaz Ayuso 57 diputados, 27 más que ahora, a costa de Ciudadanos, que se hundiría pasando de los 26 escaños a tan solo 10. Si la extrema derecha de Vox logra las 10 actas que pronostica el sondeo (hoy tiene 12), la ecuación cuajaría para que Ayuso fuese presidenta. 

La dirigente madrileña lleva estos dos meses entregada a una frenética campaña de promoción personal con la ayuda de su mentor, y líder del partido, Pablo Casado, quien la acompaña a la mayoría de sus actos en la capital. Su exposición mediática es tanta y sus meteduras de pata tales –como la última, atribuyendo la D de la COVID-19 a la inicial del mes de diciembre en una entrevista en Onda Cero– que hasta un sector del PP cree que podría terminar quemándose. 

Con esta batalla de fondo, la portavoz de Ciudadanos no ha tenido más remedio que apoyar a Aguado en su protesta por el hecho de que Madrid no haya pasado a la Fase 1 de desconfinamiento, pese a saber que la comunidad madrileña no está en condiciones de aliviar el confinamiento, como advertía en su informe la exdirectora regional de Salud Pública. 

Arrimadas, sin embargo, defendía este lunes que Madrid podría acceder a esa fase “si se aumenta el uso de mascarillas en lugares donde no es ahora obligatorio”, mientras criticaba los “criterios” en los que se ha basado el Gobierno para su decisión y su falta de transparencia.

Los Presupuestos pendientes

Pese a las resistencias que está encontrando para situar a su formación en el centro del tablero político, la nueva líder de Ciudadanos parece dispuesta a hacer valer en el Congreso los diez únicos diputados con los que cuenta. Esa apuesta por sacar de la irrelevancia a su grupo le ha obligado a justificar y a explicar una y otra vez que el voto a favor que está dando a las prórrogas del estado de alarma “no es un apoyo al Gobierno del PSOE y Podemos, sobre el que todo el mundo sabe lo que pienso”, ha incidido.  

La portavoz de la Ejecutiva de Ciudadanos, Melisa Rodríguez, anunciaba a ultima hora de este lunes que Arrimadas y Pedro Sánchez se reunirán este martes de forma telemática para iniciar el diálogo al que se comprometió el Ejecutivo en las negociaciones para el apoyo a una posible nueva prórroga del estado de alarma.

Aunque en Ciudadanos no quieren ir más allá, en el partido tampoco descartan la posibilidad de negociar los próximos Presupuestos Generales del Estado, a sabiendas de que ERC, el aliado natural de Sánchez, ha empezado a darle la espalda. Y ahí Arrimadas volvería a jugar sus cartas: apoyo a cambio de que el Gobierno acepte las medidas que su partido considere importantes, como no se ha cansado de presumir en esta crisis sanitaria. La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, aseguró este lunes que no descarta un pacto con Ciudadanos para unos “presupuestos de emergencia”. Y el jefe de la delegación europea de Cs, Luis Garicano, ha admitido en una entrevista con el diario El País que estarían dispuestos a hablar de medidas concretas y negociar las cuentas “pasito a pasito”.  

Pero las voces disidentes arrecian ahora por la derecha. Y el siguiente en salir podría ser el empresario millonario Marcos de Quinto. El diputado fue el número dos en la lista al Congreso por Madrid y otro de los rutilantes fichajes de Rivera, que en los últimos días no disimula su malestar con que Arrimadas haya levantado el cordón sanitario que él le impuso a Sánchez. Su distanciamiento con su sustituta es palpable. 

Así las cosas, la nueva aparición este miércoles del exdirigente del partido  en un foro de debate inquieta a la nueva dirección de Ciudadanos por la influencia que sigue teniendo entre un amplio sector de la militancia y por las simpatías que saben que el exlíder despierta aún en buena parte de ese electorado al que Arrimadas pretende ahora recuperar.

Según un reciente sondeo de Metroscopia, un amplio porcentaje de entrevistados apoya su decisión de votar a favor de la prórroga del estado de alarma. El 76% de los votantes de la formación que ahora lidera Arrimadas está de acuerdo con la postura que defendió en el Pleno del Congreso.

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