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Austria recuerda a sus brigadistas que lucharon en la Guerra Civil de España
Unos 1.400 austríacos se marcharon en 1936 y 1937 a España a defender a la República del golpe de Estado fascista con el que estalló la Guerra Civil española. Ocho décadas después, sus descendientes les rinden homenaje.
Varios actos recuerdan este año a estos hombres y mujeres que no solo arriesgaron o incluso perdieron sus vidas en la guerra sino que además sufrieron represalias a manos de los nazis.
Una de ellas, fue Anna Peczenik, una enfermera vienesa, militante del partido comunista austríaco, que se fue a España en 1937 y que luego ingresó en la resistencia antifascista en Francia y Austria.
Tras su detención por los nazis en Austria en 1943, fue deportada y fusilada en el campo de concentración de Buchenwald (Alemania) en diciembre de 1944, meses antes de terminar la Segunda Guerra Mundial.
Este 22 de octubre se cumple el 80º aniversario de la creación de la Brigada Internacional XI, compuesta en su mayoría por voluntarios alemanes y austríacos.
Irene Filip es hija de Leopold Baumann, quien luchó en España y sobrevivió luego cuatro años en el campo de concentración alemán de Dachau. Falleció en 1982, con 69 años.
Desde 2007, Filip es la responsable del archivo español en el Centro de Documentación de la Resistencia Austríaca (DÖW).
Con motivo del aniversario, Filip ha editado un libro en el que varios autores resumen las más recientes investigaciones sobre este capítulo de la historia hispano-austríaca.
“Era importante escribir un libro para tratar no solo a las personas sino también otros temas”, explica Filip a Efe.
Destaca a los estudiantes universitarios que se fueron a España, los voluntarios judíos austríacos, la organización de los transportes de los brigadistas a España o la propaganda clandestina para reclutar a los combatientes.
El objetivo del libro es, “además de que la gente recuerde lo que ocurrió, vea que todavía se pueden descubrir cosas nuevas si se llevan a cabo investigaciones históricas”, agrega Filip.
Unos 35.000 voluntarios de todo el mundo se fueron a España durante la guerra para defender a la República española.
De los 1.400 voluntarios austríacos, unos 250 murieron en diferentes frentes de la guerra.
Una de las autoras del libro es Ana Pérez, expresidenta de la Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales (AABI), con un ensayo sobre el recuerdo de los brigadistas en España.
A diferencia de la memoria oficial, centrada “en las fosas y en el dolor”, existe en España un “sentimiento de gratitud, de respeto y de cariño de la ciudadanía española hacia todos los brigadistas”, asegura esta profesora española de filología alemana.
Ocho décadas tras la guerra quedan muy pocos supervivientes que puedan ofrecer testimonio directo de lo vivido.
“De los 400 (reunidos en Madrid en 1996) hoy sólo quedan cinco, por lo que el trabajo es ahora más que nunca de memoria, con el levantamiento de monumentos o plazas dedicados a los brigadistas”, explica Pérez a Efe.
El Gobierno español (entonces socialista) aprobó en 2007 la “Ley de Memoria Histórica” para subvencionar, entre otros, investigaciones y la exhumación de víctimas del franquismo, una norma que el conservador Partido Popular dejó sin dotación económica al llegar en 2011 al poder, se lamenta Pérez.
La lucha del reconocimiento de la memoria histórica de españoles y brigadistas está “ahora en manos de los nietos”, sentencia.
Para reforzar en Austria el recuerdo de los brigadistas, el DÖW ofrece la exposición “Memorias Vivas”, del fotógrafo mexicano Adrian Bodek, quien ha retratado a decenas de ellos.
Uno era Martin Sramek, nacido en 1915 en el entonces Imperio Austro-Húngaro y muerto en 2009 en Estados Unidos.
Sramek resultó herido en una pierna y un médico consiguió hacerle un torniquete justo antes de recibir un tiro en la cabeza.
Al terminar la batalla, encontraron su cuerpo aún con vida, debajo del cadáver del médico que le había salvado, aunque tuvieron que amputarle la pierna.
Otro de los retratados es Hans Landauer, el último brigadista austríaco, fallecido en 2014.
Tras su paso por España, fue capturado por los nazis e internado en Dachau, donde fue liberado en 1945.
Tras su jubilación como policía, Landauer montó a partir de 1983 el archivo español en DÖW, que está considerado como uno de los más completos del mundo sobre un grupo concreto de combatientes.
Pero no sólo el DÖW ha conmemorado a los brigadistas. El Museo de Graz, en el sur de Austria, organizó este mes un simposio internacional titulado “Camaradas”, centrado en los voluntarios austríacos.