Collboni en Barcelona y Almeida en Madrid: el PP se hace con la alcaldía en treinta capitales y el PSOE en diez

El azul que tiñó el mapa municipal el pasado 28 de mayo ya es una realidad en las instituciones. El Partido Popular se hizo este sábado con la alcaldía de treinta de las cincuenta capitales de provincia —el 60% del total—, más las dos ciudades autónomas de Ceuta y Melilla; mientras que el PSOE vio reducido su poder local al retener apenas una decena tras lograr in extremis el bastón de mando de Barcelona. Para obtener parte de este poder, los conservadores se abrazaron a Vox, con quienes suscribieron gobiernos de coalición en importantes capitales como Valladolid, Burgos, Toledo y Guadalajara. Son municipios en los que la izquierda quedó en primer lugar el 28M, pero quedó desplazada tras la alianza de la derecha y la extrema derecha. 

La gran sorpresa del día llegó por la tarde, cuando el socialista Jaume Collboni consiguió casi en el último momento los apoyos de Barcelona en Comú y del PP y fue investido alcalde de la ciudad tras desbancar al vencedor de las elecciones, Xavier Trias (Junts), que ya acariciaba su regreso al cargo. Todo ocurrió tras horas de negociaciones frenéticas a varias bandas: al tiempo que el candidato de Junts alcanzaba un acuerdo con ERC, el socialista completó una agonizante maniobra y superó los vetos de comuns y populares para alcanzar la alcaldía con 23 votos.

Tras semanas de conversaciones infructuosas y cuando todo apuntaba a que Trias sería el próximo alcalde de la capital catalana, Barcelona en Comú cambió de criterio y anunció que daba sus votos a Collboni para cortar el paso a Trias y facilitar un alcalde progresista. Los de Ada Colau renunciaron a entrar en el Ejecutivo municipal, que era la línea roja que había marcado el PP. Barcelona no tenía un regidor socialista desde 2011 y todo apunta a que será una legislatura complicada porque el PSC sólo tiene diez de los 41 concejales del pleno. Además de Colau, otros alcaldes del cambio como Joan Ribó, en Valencia, o 'Kichi', en Cádiz, también entregaron el bastón de mando. En este caso, a los candidatos del PP, primera fuerza en ambos municipios.

Mucho más tranquila fue la jornada en la capital, donde la mayoría absoluta que los conservadores lograron el 28M permitió a José Luis Martinez Almeida revalidar su mandato sin ataduras con otros partidos. El PP gobernará la ciudad de Madrid en solitario después de que la desaparición definitiva de Ciudadanos —que perdió los 11 concejales que logró en 2019— reunificara ese voto en torno al principal partido de la derecha. Rita Maestre (Más Madrid) será de nuevo líder de la oposición, con el PSOE como tercera fuerza en la ciudad más poblada del país. 

Además de Barcelona, la jornada resolvió las incógnitas sobre otros escenarios que llegaron abiertos a este sábado y que se cerraron última hora. En Ourense, el PP y Democracia Ourensana —partido de derecha populista— acordaron repartirse el poder y dejar que la lista más votada se haga con el mando en la administración en donde ha ganado: Gonzalo Pérez Jácome en el Ayuntamiento en el que ya era alcalde desde 2019 y el PP en la Diputación. En Pamplona, el Partido Socialista de Navarra (PSN) aplicó su máxima de no pactar con EH Bildu, tal y como se habían comprometido en campaña, y permitió a la derecha de UPN mantener la alcaldía de la capital navarra por ser la lista más votada. 

A pesar del giro de guión de Barcelona, la jornada fue especialmente aciaga para los socialistas, que constataron la pérdida de 15 de las 22 capitales de provincia que hasta ahora estaban en su poder. Entre ellas, plazas muy simbólicas como los ayuntamientos de Sevilla y Valladolid, donde Óscar Puente gobernaba desde hace ocho años. En esta última, el PSOE quedó primera fuerza, pero un “pacto de perdedores” –el término que acuñó el PP en 2015, cuando la izquierda cerró acuerdos para alcanzar gobiernos– dio la alcaldía a los conservadores con el apoyo de Vox. Es la capital de provincia más poblada que tendrá un gobierno del que forma parte la extrema derecha. La situación fue similar en Burgos, Toledo o Guadalajara, en un esquema que se repitió en al menos medio centenar de localidades, que suman casi dos millones de habitantes. 

Son unas alianzas que marcan el camino del día después de las elecciones generales en caso de que al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, le den los números para alcanzar la Moncloa con los votos de Vox. Los conservadores no han dudado en ceder importantes carteras en aquellos lugares en los que el apoyo de Vox era imprescindible para arrebatar el poder al PSOE. Por ejemplo, en Burgos la extrema derecha pilotará la cultura y la seguridad ciudadana. En otros casos, como Valladolid, Toledo o Guadalajara han preferido no dar los detalles del reparto hasta que pase el proceso de constitución de los ayuntamientos.

Los conservadores también recuperaron sin la necesidad de tejer alianzas con Vox y gracias a sus mayorías absolutas otras capitales como Palma o Logroño, que durante la última legislatura habían estado gobernadas por los socialistas. También Murcia, que volvió a manos del PP apenas dos años después de la moción de censura de PSOE y Ciudadanos. En otras capitales gobernadas por los socialistas, el PP accedió al bastón de mando por mayoría simple, lo que les obligará a buscar acuerdos durante la legislatura para poder ejercer su acción de gobierno. Es el caso de Sevilla, Huelva, Palma, Castelló de la Plana, Albacete, Cáceres, Huesca o Segovia. El escenario es similar en Zaragoza o Alicante, aunque en estas ciudades ya gobernaba el PP en la última legislatura. 

Por contra, la única mayoría absoluta del PSOE en una capital de provincia es la de Soria, donde fue elegido de nuevo alcalde Carlos Martínez. Además, fueron investidos regidores socialistas en otras nueve capitales de provincia: Las Palmas de Gran Canaria, A Coruña, Tarragona, Lugo, Lleida, Palencia, Cuenca, Vitoria y la citada Barcelona. En la capital del País Vasco, los socialistas lograron una mayoría absoluta alternativa a la de la lista más votada (EH Bildu) tras recibir el apoyo del PP y del PNV. Maider Etxebarria se convirtió en la primera mujer en ser investida alcaldesa en la democracia en una gran ciudad de Euskadi. 

En León, la constitución de la nueva corporación municipal se aplazó hasta el 7 de julio a la espera de que la Junta Electoral se pronuncie sobre el recurso de Vox tras declarar nulas las papeletas que esta formación emitió por correo postal. Pero todo apunta a que el socialista Jose Antonio Díez repetirá con el apoyo de Unión del Pueblo Leonés. 

Al margen de los dos grandes partidos también fueron investidos este sábado alcaldes de otras formaciones. En Galicia, PSOE y BNG acordaron sumar apoyos en todos aquellos lugares en los que sus votos fueran suficientes para frenar a la derecha, que ganó todas las capitales menos en Ourense. Finalmente, A Coruña y Lugo tendrán alcalde socialista y Pontevedra del BNG. En Catalunya, los pactos con el PSC han dinamitado la reconciliación entre ERC y Junts. En Girona, el candidato de Guanyem, la candidatura municipalista encabezada por la CUP, fue investido gracias a un acuerdo con Junts y ERC. En Euskadi, las alcaldías de Bilbao y San Sebastián siguen en manos del PNV gracias a sendos acuerdos con los socialistas, mientras que en Zamora seguirá gobernando Izquierda Unida tras su última mayoría absoluta.