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Ruedas de prensa en tiempos de pandemia: Moncloa selecciona preguntas por escrito y Arrimadas y Casado responden por videollamada

Pedro Sánchez en una comparecencia en Moncloa.

Esther Palomera / Irene Castro

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Salas de prensa sin periodistas. El coronavirus también es esto: el periodismo a distancia. Redactores que envían sus preguntas por escrito; o se asoman a una cámara a través de aplicaciones telemáticas; directores de comunicación que hacen de maestros de ceremonias y obvian las cuestiones delicadas, líderes políticos que responden desde sus casas o despachos. De todo hay. Los que seleccionan las cuestiones a las que responder y los que se someten a todo tipo de preguntas. En La Moncloa el sistema impuesto a la prensa habitual que sigue al presidente ha suscitado todo tipo de quejas, a las que la Secretaría de Estado de Comunicación ha respondido con un escrito que defiende el polémico método elegido por el gabinete del presidente para informar en tiempos de crisis.

Las excepcionales medidas de confinamiento adoptadas por el Gobierno tuvieron una primera repercusión visual antes incluso de que se decretara el estado de alarma y de que la recomendación “Yo me quedo en casa” pasara a ser una obligación: la rueda de prensa de Pedro Sánchez sin la presencia de ningún periodista en la sala de Moncloa. La residencia y lugar de comparecencia habitual del presidente comenzaba así a reducir los contactos para evitar la propagación de la enfermedad. Esa situación, que tiene un impacto directo en la normalidad laboral, afecta también al trabajo de los periodistas, que, por primera vez, no pudieron asistir al Pleno del Congreso en el que Sánchez rindió cuentas por el decreto del estado de alarma en una inédita sesión con el hemiciclo prácticamente vacío.

El Gobierno ha optado por multiplicar las ruedas de prensa para dar explicaciones, 26 desde el 12 de marzo (sumando las de los técnicos y los políticos), el día que Pedro Sánchez compareció para informar de las primeras medidas económicas aprobadas por el Consejo de Ministros para hacer frente a la crisis. Desde ese momento, la Secretaría de Estado de Comunicación habilitó un chat de WhatsApp para que los periodistas que habitualmente cubren la información del Gobierno -en torno a una treintena- enviaran sus preguntas al presidente.

Ese mecanismo se extendió después a las comparecencias diarias de los técnicos y Moncloa optó por incluir en ese grupo a todos los periodistas que lo solicitaran. Medios nacionales, internacionales, locales, de información general y especializada. Dentro de ese chat hay 229 periodistas que envían decenas de preguntas a lo largo de todo el día -en una ocasión la primera ha llegado a las 6:35 am-.

La fórmula, que es idéntica a la adoptada por Vox y al principio de la crisis también por el PP, supone que el Gobierno conoce previamente las preguntas que se van a formular -la mayoría se envían antes de que empiecen las comparecencias- y permite a los asesores del presidente preseleccionarlas. Esa situación ha suscitado protestas de los informadores, que piden que se modifique el sistema a otro que facilite la espontaneidad de las respuestas y que coloque filtros a las preguntas de la prensa.

La principal crítica se produjo el pasado sábado, cuando más de una decena de los periodistas habituales enviaron a Sánchez la pregunta de si el Gobierno prorrogaría el estado de alarma y, por tanto, el confinamiento de los ciudadanos. Pero esa cuestión no fue planteada por el secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver, que decidió no formularla al presidente. Preguntado por el criterio que sigue a la hora de elegir las preguntas, Oliver asegura que “intentan ser representativas de los temas más reiterados, los que generan mas inquietud o que más controversia provocan”.

¿Por qué no se hizo el sábado la de la prórroga del estado de alarma? “El presidente compareció dos veces en dos días consecutivos, sábado por la noche y domingo al mediodía. El domingo, tras comunicarlo formalmente a los presidentes autonómicos, salió de nuevo ante la prensa y respondió ante la opinión publica”. La pregunta no fue, por tanto, formulada porque la idea era trasladarle la decisión primero a los jefes de los ejecutivos autonómicos, puesto que muchas de las decisiones que implica el estado de alarma afectan a competencias que antes de la crisis gestionaban esos gobiernos regionales. Sin embargo, con otro tipo de sistemas, no se habría podido evitar que los periodistas plantearan esa y otras cuestiones.

El propio Gobierno ha utilizado sistemas de videollamadas para los briefings (encuentros informativos con responsables políticos para ampliar las explicaciones dadas en público), que han protagonizado en los últimos días Carmen Calvo, Nadia Calviño, María Jesús Montero y Yolanda Díaz. No obstante, el secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver, está satisfecho con el mecanismo empleado para las ruedas de prensa en Moncloa porque “permite participar a decenas de medios” nacionales e internacionales “generalistas, autonómicos, locales, grandes y pequeños, sectoriales, especializados en prensa sanitaria, económica, etc”.

“Está siendo muy satisfactorio recibir estos días mensajes apoyo de numerosos profesionales de medios distintos, en procedencia y en tamaño, a los que se editan o realizan en Madrid”, expresa Oliver frente a las críticas de los periodistas habituales que siguen la información del Gobierno, a quienes recuerda que esta crisis supera ese ámbito.

“Creemos que la fórmula seguida es sencilla y eficiente, y garantiza el derecho de participación y de información -explica en un comunicado enviado a los 665 suscriptores del canal de Telegram de la Secretaría de Estado de Comunicación-.

El ecosistema de medios es cada vez más complejo, sobre todo si llegásemos a incorporar las infinitas voces de periodistas que surgen en las redes sociales. Permitir un mecanismo que incluya a cuantos más mejor, sin que se provoque un colapso de voces insuperable, está siendo nuestro objetivo. Sencillez, eficacia y transparencia“. Según el informe que acompañaba ese comunicado, se han formulado más de 250 preguntas de informadores (Europa Press, RNE, El Confidencial, la Agencia Efe, El País o ABC son los medios de los que más preguntas han formulado).

El PP también optó inicialmente por leer algunas preguntas, también seleccionadas de antemano, que enviaban los periodistas que acuden regularmente a su sede nacional situada en la calle Génova de Madrid. La fórmula consistía en que se enviaban las cuestiones al chat a través del que reciben la información del gabinete de prensa, y el vicesecretario de Comunicación, Pablo Montesinos, las seleccionaba y leía en directo, como hace Oliver. Sin embargo, en la última comparecencia de Pablo Casado cambió al mismo sistema que ya venía empleando la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas: una videoconferencia en la que los periodistas preguntan en directo conectados a un sistema en el que se pueden sumar hasta 50 personas con capacidad para intervenir.

Desde el principio del confinamiento, Ciudadanos ha optado por videoconferencias con los periodistas que normalmente siguen al partido en las tres comparecencias de su presidenta. El departamento de comunicación deja en manos de los informadores la elección de quiénes van a interrogar a Arrimadas con la única instrucción de que sean seis o siete para no alargarse demasiado, pero formulan las preguntas en directo. La líder de Ciudadanos ha celebrado cuatro ruedas de prensa desde el jueves 12 sin límite de participantes. Preguntan siempre entre 7 u 8 informadores y cada uno de ellos hace varias preguntas (entre 2-3 ) que previamente se han pactado entre todos. Las preguntas, aseguran desde la dirección de comunicación, “no las conoce nadie del partido de antemano. Se sabe el nombre del periodista que va a preguntar para poder abrirle el micro, como en una rueda de prensa normal”.

La primera rueda telemática de Arrimadas tuvo lugar el 12 de marzo y se hizo a través de WhatsApp y, aunque algunos periodistas enviaban su pregunta antes de la rueda, “se les pidió que lo hicieran durante e directo para evitar en la medida de lo posible el filtro o preparación previa de respuestas”. “La mayoría lo hizo así y nuestra labor fue leer la pregunta por riguroso orden de entrada”, recuerdan en el partido de Arrimadas. “Nos pareció que [este sistema] no respetaba completamente el derecho de los periodistas a hacer preguntas sin conocimiento previo por parte del equipo, e intentamos perfeccionarlo. A la siguiente rueda ya se hizo con una plataforma que permitía a los periodistas preguntar de viva voz y sin que nadie de nuestro equipo conociera antes las preguntas”.

El sistema usado por Arrimadas y luego copiado por Casado choca con la estrategia de comunicación de Presidencia de Gobierno, que mantiene las comparecencias en solitario de Pedro Sánchez con una serie de preguntas filtradas antes de que el jefe del Ejecutivo salga ante los micrófonos de La Moncloa y las televisiones pinchen la señal en directo.

Vox, que veta a algunos medios, entre ellos eldiario.es, ha optado por el envío previo de preguntas -solo de los periodistas que autoriza- a través de un formulario en el que tienen que identificarse y son sus responsables políticos quienes deciden qué preguntas responden. Así fue la comparecencia de Jorge Buxadé este lunes.

PSOE y Unidas Podemos han suspendido sus apariciones públicas y dejan en manos del Gobierno toda la comunicación.

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