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El curso decisivo para Arrimadas: sus retos tras laminar a Roldán en Catalunya

La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, en un acto electoral en Gernika el pasado julio.

Carmen Moraga

23 de agosto de 2020 21:47 h

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Inés Arrimadas ha retomado su actividad política tras doce semanas de baja por maternidad, cuatro menos de las que podía haber disfrutado oficialmente. La dirigente de Ciudadanos, no obstante, ha hecho algún paréntesis durante todo ese tiempo para participar en los dos actos centrales de las pasadas campañas gallegas y vascas —en el País Vasco para compartir cartel con el líder del PP, Pablo Casado—, o para asistir al homenaje a las víctimas de la COVID-19. Su reincorporación al trabajo ha sido celebrada por sus bases y simpatizantes que han lanzado en Twitter el hashtag #VuelveElla, con intención de parodiar el recibimiento que le dieron a Pablo Iglesias los militantes de Unidas Podemos a su vuelta de su permiso por paternidad.

Los retos que tiene Arrimadas por delante en los próximos meses son muchos. Uno de los más urgentes, la preparación de la próxima cita con las urnas en Catalunya, para la que aún no hay fecha pero cuya celebración se espera en pocos meses. Por ello, la primera decisión de calado que ha tomado ha sido convocar una reunión extraordinaria del Comité Permanente para estudiar la estrategia de la formación de cara a esas próximas autonómicas, en las que el partido prevé una debacle electoral tal y como apuntan todos los sondeos. Ante ese panorama Arrimadas ha optado por fulminar a Lorena Roldán como candidata a la Generalitat y sustituirla por el veterano presidente del grupo parlamentario, Carlos Carrizosa, saltándose el procedimiento de las primarias. En un comunicado posterior el partido justificaba la estrategia debido al “esfuerzo de transversalidad que requiere la situación”.

La senadora y portavoz adjunta de la Ejecutiva nacional acató con disciplina la decisión y explicó que cree que su paso atrás servirá para facilitar la deseada -pero inviable- coalición con el PP y el PSC, que a su juicio es la mejor opción para vencer al independentismo en las próximas elecciones. “El objetivo es dar un vuelco en Catalunya, que es muy necesario, tanto por la situación de la COVID-19, ante el que hay un Govern desbordado, pero también por una situación que venimos arrastrando de gobiernos nacionalistas que no han tenido entre sus prioridades las necesidades de los catalanes”, explicó Roldán en Onda Cero. “La mayoría constitucionalista existe, solo hay que unirla”, añadió en Twitter.

Horas después de conocerse el cambio de candidatura transcendía que el también senador por designación autonómica del Parlament de Catalunya y concejal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de San Feliu de Llobregat, Xavier Alegre, abandonaba la militancia en el partido. Alegre intentó convencer a la dirección del partido de que se quedaba en el grupo municipal como independiente, pero tras rechazar su propuesta decidió no renunciar al acta y pasarse al grupo de no adscritos, según explicaba en la nota de despedida enviada a sus compañeros.

Además de esta inminente cita, Arrimadas ha empezado a preparar con su equipo y su portavoz adjunto en el Congreso, Edmundo Bal, al que dejó el timon del partido tras su maternidad, los retos parlamentarios y políticos que se le presentan a la formación de aquí a fin de año. La líder del partido está muy satisfecha con el papel que ha jugado en su ausencia Bal, del que valora su estilo moderado, muy diferente al de su antecesor, Juan Carlos Girauta. El protagonismo que durante todo este tiempo ha adquirido su brazo derecho en la Cámara baja le da seguridad y tranquilidad. La nueva dirección del grupo está convencida de que están jugando muy bien sus bazas pese a contar con solo diez escaños.

En Ciudadanos son conscientes de que los cuatro meses que quedan para finalizar el año van a ser muy tensos y pueden ser decisivos para Pedro Sánchez y su Gobierno dado que tendrá que seguir afrontando las duras consecuencias de crisis sanitaria tanto a nivel económico como social. El partido de Arrimadas ya ha dejado claro que no comparte la estrategia de “cavar trincheras” y de “enfrentamiento” que proclaman tanto el PP como Vox. Su estrategia va a ser continuar insistiendo en que son un “partido útil” por lo que seguirán combinando la 'mano tendida' al Gobierno en cuestiones de Estado o para “salvar vidas” tras el aumento de los rebrotes por la COVID -19, con las críticas a todo aquello que choca con sus principios o con lo que no están de acuerdo tanto con los socialistas como con el PP.

Al PSOE ya le han avisado de que están dispuestos a a negociaciar los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2012 pero siempre y cuando cumplan con las exigencias impuestas por Europa y “no dejen sus líneas maestras en mano de Podemos y los nacionalistas y separatistas catalanes”. Ciudadanos considera muy urgente aprobar las proximas cuentas para paliar los efectos de la pandemia. Para ello ya han mostrado su disposición a ejercer como “partido puente” entre el PSOE y el PP con objeto de que ambos partidos limen sus asperezas. Sobre todo ahora que Pablo Casado ha decidido renovar su cúpula y prescindir de Cayetana Álvarez de Toledo como portavoz parlamentaria. En Ciudadanos están a la expectativa de ver si las declaraciones de Casado de este jueves negando que esos cambios de caras supongan una modificación en su oposición al Gobierno de Sánchez se materializan o son solo artificios dirigidos a su electorado más conservador.

Los de Arrimadas pondrán sus condiciones para apoyar los PGE, entre ellas, según insistirán en septiembre, la ampliación de los ERTE y la necesidad de que se alivie a los autónomos del pago de sus cuotas a la Seguridad Social. A la vez, plantearán al Gobierno nuevas medidas para internar frenar la imparable escalada de rebrotes del virus.

Otra de los retos más inminentes para Arrimadas será marcar perfil propio durante la moción de censura contra Pedro Sánchez anunciada por Vox. Ciudadanos se apresuró entonces a marcar distancias con el partido de extrema derecha, al igual que hizo el PP, cuyo secretario general, Teodoro García Egea, señaló que con ellos no contaran para “salvar al soldado Sánchez”.

En la formación de Arrimadas, pese a depender de la extrema derecha en aquellas autonomías en donde han cerrado pactos de Gobierno con los de Casado -como Andalucía, Madrid o Murcia-, se muestran cada vez más reacios a que se les vincule a Vox. De modo que Arrimadas -si es ella la que sube a la tribuna de oradores para defender la postura de su grupo en ese debate, algo que está por ver-, se cuidará mucho de dejar claro que Ciudadanos no comparte en absoluto la fórmula de la moción de censura para derrocar gobiernos. Y menos “en tiempo de pandemia”.

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