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El entorno del jefe mafioso Kalashov organizó la reunión entre Francisco Correa y el comisario destituido

El comisario del Cuerpo Nacional de Policía Juan Manuel Calleja

Pedro Águeda

La reunión entre el comisario Juan Manuel Calleja y el presunto cabecilla de la Gürtel, Francisco Correa, se llevó a término con la participación de un individuo que los Servicios de Información españoles sitúan en el entorno de Zakhar Kalashov, el jefe de la mafia encarcelado durante siete años en España y que en octubre de 2014 fue extraditado a Rusia. 'Jaled', que es como identifican distintas fuentes de la lucha contra el crimen organizado al facilitador del encuentro, mantiene una relación desde hace años con el comisario Calleja, que el policía ha venido defendiendo ante sus superiores por motivos profesionales.

Sin embargo, ese trato profesional entre el comisario y 'Jaled' se ha visto desde el principio con recelo en el ámbito judicial y policial, especialmente desde que Calleja contactó a finales de 2011 con el juez de Vigilancia Penitenciaria, José Luis Castro, para interceder en la concesión de un permiso penitenciario a Kalashov. La sorpresa de los profesionales que han estado desde el principio en la investigación al mafioso fue mayúscula: Kalashov no era un preso cualquiera.

Los expertos en crimen organizado coinciden en que se trataba del preso más peligroso de España, por encima de terroristas o narcotraficantes. ¿El motivo? El gran poder del capo para corromper a todo el que se encuentra a su alrededor, funcionarios incluidos. De hecho, Kalashov fue trasladado en numerosas ocasiones durante ocho años que pasó en cárceles españolas. No debía permanecer durante mucho tiempo en el mismo lugar, en contacto con las mismas personas. Entre los responsables de la investigación se creó lo que uno de ellos denomina “un círculo de seguridad” que, de repente, parecía querer penetrar el comisario Calleja con impulso del tal 'Jaled', el mismo hombre de procedencia albano-kosovar que el mes pasado propició el encuentro entre el policía y el presunto cabecilla de la trama Gürtel.

El comisario no fue el único que intercedió por el gran mafioso georgiano durante su estancia en las cárceles españolas. En 2006, un parlamentario de la Duma rusa pidió por carta a la Audiencia Nacional su puesta en libertad. A pesar de las grandes medidas de seguridad, a Kalashov se le encontró en la cárcel un reloj con teléfono móvil incorporado en febrero de 2010 y las Fuerzas de Seguridad desbarataron un plan de fuga en helicóptero. Cuando todavía cumplía condena en España, otros ‘vor n zarkonen’ –ladrones en ley- le nombraron ‘rey de reyes’ en una reunión celebrada en Grecia, según informó 'Abc'.

En octubre del año pasado, la Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, presidida por Concepción Espejel, decidió adelantar la excarcelación de Kalashov en ocho meses a cambio de que fuera entregado a Rusia. Georgia había desistido sorprendentemente a su peticíón de extradición. Hoy, Kalashov es un hombre libre.

Cuando Calleja acudió al juez de Vigilancia Penitenciaria era el jefe superior de Policía en Melilla, alejado por tanto de la Unidad de Delincuencia y Crimen Organizado (UDYCO) que, desde Madrid, ha llevado el peso de las investigaciones a Kalashov. Con pasado en el combate contra la delincuencia común y organizada, Calleja defendía la importancia de su relación con ‘Jaled’ por los resultados policiales que pudiera deparar. Al fin y al cabo, en el mundo policial los contactos con los presuntos colaboradores se llevan siempre de forma estrictamente personal.

La insistencia de Calleja por el permiso a Kalashov motivó una reunión a principios de 2012 en el despacho del juez Castro. A la misma acudieron los responsables policiales de la investigación a Kalashov y de la Fiscalía Anticorrupción. Durante la misma, se convenció a Calleja de lo inconveniente de su propuesta. Un permiso de fin de semana a Kalashov podría suponer no volver a ver jamás al capo.

La proximidad de 'Jaled' a Kalashov queda de manifiesto en el interés del entonces abogado del mafioso, Javier Gómez de Liaño, porque Instituciones Penitenciarias permitiera una visita del primero cuando el el segundo estaba ingresado en una cárcel gallega. El encuentro no llegó a producirse, entre otros motivos esgrimidos por Prisiones, porque Khalashov no la había solicitado. El hecho es defendido por aquellos que restan relevancia a ‘Jaled’ dentro de los círculos que rodean al capo georgiano.

La reunión entre Calleja y Correa, gracias a la mediación de 'Jaled', se produce en la fase final del caso Gürtel. Las dos piezas principales, la que afecta a la Comunidad de Madrid entre 1999 y 2005 y la de la financiación irregular del PP, van camino de juicio. Correa se sentará en el banquillo por la primera. La Fiscalía pide para él 112 años de cárcel. La acusación popular ha pedido que declare como testigo en el caso de la Caja B del PP. El presunto cabecilla de la Gürtel habría obtenido comisiones millonarias por interceder entre cargos de ese partido y otros empresarios. Según fuentes conocedoras de la reunión, Correa no aportó información que desconozcan los investigadores del 'caso Gürtel'.

Conflicto en Interior

Como publicó eldiario.es el pasado jueves, Calleja informó de que se iba a reunir con Correa al director adjunto operativo de la Policía, el comisario Eugenio Pino. Sin embargo, el número dos de la Policía no trasladó esa información a sus instancias superiores, lo que ha provocado el último roce en el seno de la cúpula de Interior.

La única consecuencia visible, sin embargo, ha sido la destitución de Calleja. A los pocos días de producirse la reunión, Calleja fue relevado de su puesto como jefe de Operaciones en Madrid. Al comisario se le comunicó que su nuevo destino sería jefe de zona, esto es, de varios distritos al norte de Madrid, lo que supone una marcha atrás en su progresión profesional. Además, en círculos policiales se daba por hecho que antes de la reunión con Correa, Calleja iba a ser destinado a la Dirección Adjunta Operativa de la Policía, la estructura que acumula el poder y los encargos políticos del Ministerio del Interior. La Dirección sopesa ahora enviar a Calleja a un puesto de responsabilidad alejado de Madrid.

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