División, corrupción y dimisiones en bloque: a Pablo Casado se le incendia el PP de Castilla y León
El PP de Castilla y León ha cerrado una de las peores semanas de su historia reciente, no solo por la corrupción que sacude a los diferentes gobiernos de Juan Vicente Herrera y que ahora el Tribunal Constitucional ha ordenado investigar en la comisión parlamentaria que el PP ha tratado de boicotear, sino también porque el partido se encuentra en una espiral de dimisiones y enfrentamientos internos que amenazan su propia continuidad en el Gobierno tras las elecciones autonómicas del 26 de mayo.
La primera en salir a la luz pública a denunciar irregularidades fue Susana Súarez, la acaldesa de Zaratán (Valladolid) y el único municipio del Alfoz donde gobierna el PP. Aludió a un “zombi”, a una “enfermedad”, a algo que emitía sonidos pero que estaba “muerto”. El culpable, decía, es el presidente provincial, Jesús Julio Carnero, que, según Suárez, usa a las Juntas Locales –formadas por personas ajenas a los municipios– para justificar la elección de candidatos. Suárez, en definitiva, estaba denunciando “el pucherazo” que según su tesis se estaba produciendo en las pre primarias.
Lo de Suárez era mucho más que un caso aislado. Semanas antes, un grupo de alcaldables mantuvieron una reunión secreta para forjar el levantamiento contra el presidente Carnero. Suárez, quien se ha visto cercada incluso por los concejales de su grupo, dio el primer paso. Detrás de ella irán más. Según ha podido saber eldiario.es, este lunes al menos cinco concejales de un gran municipio saldrán del partido hartos del ninguneo de la dirección provincial y de los dedazos.
Pero si la alcaldesa de Zaratán ha sacudido los cimientos de la provincial, lo que hizo temblar a la cúpula popular con un terremoto en la dirección regional llegó este jueves. Contra todo pronóstico, con un preaviso de media hora al presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, la presidenta de las Cortes, Silvia Clemente, segunda autoridad de la región y uno de los pesos pesados del PP autonómico, convocó una rueda de prensa sin preguntas. Fue un aviso urgente en el que solo se anunciaba que hablaría de un “tema de actualidad”.
Un comunicado sin precedentes
Clemente leyó un comunicado que tampoco tiene precedentes en el PP en Castilla y León y en el que anunció su dimisión. A cuatro días del aniversario del Estatuto de la Comunidad, la misma mañana en la que su institución, Las Cortes de Castilla y León, trataban de fijar el calendario para la investigación parlamentaria de los numerosos casos de corrupción que salpican al PP, Clemente arremetía contra su partido, contra su presidente, y contra quienes habían “alentado campañas de difamación” en su contra.
La relación de Clemente, deteriorada desde 2017 cuando apoyó la campaña del alcalde de Salamanca Alfonso Fernández Mañueco para presidir el PP, mientras Herrera apostaba por el alcalde de León, Antonio Silván, había entrado en diciembre en punto muerto.
eldiario.es publicó una investigación sobre el pago de obras de más de un millón de euros sin justificar en una vivienda de sus suegros y la pelea judicial que mantuvo su marido para arrebatársela a sus padres. Clemente, que ya no estaba en sus mejores horas con Fernández Mañueco, recurrió a él en busca de un escudo. No hubo respuesta. Nadie del partido la respaldó y las informaciones siguieron saliendo.
A partir de ese momento, Clemente intentó asegurarse un puesto en las listas. Mientras algunos confiaban en que sus movimientos en Segovia, de donde es oriunda, estaban encaminados a ser cabeza de lista, sus planes eran otros. eldiario.es publicó el mismo día en que anunciaba su dimisión una foto en la que aparece con dos cargos orgánicos de Ciudadanos.
“Solo fue un café”
La reunión se produjo a unos kilómetros de las Cortes de Castilla y León, en un bar del barrio obrero de Delicias. Quien les hizo la foto también pudo escuchar parte de la conversación y ver los documentos que había encima de la mesa: avales y primarias. Clemente no atendió a la pregunta de este diario, Ciudadanos sí, pero intentando esquivar el asunto: el interpelado empezó diciendo que “solo fue un café” y no una reunión porque las reuniones se hacían “en despachos y con documentación”.
Cuando se le explicó que había documentación dijo que se vieron para abordar “la ley de Función Pública” y que se había tratado, ahora sí, de una reunión de “trabajo parlamentario”. Cuando se le planteó si negaban categóricamente el fichaje de Clemente por Ciudadanos, la respuesta fue dejar todo en el aire. Ni negó ni afirmó.
La información supuso un terremoto en el PP de Castilla y León. A la mañana siguiente, según fuentes del partido, todos daban por hecho el fichaje de Clemente por Ciudadanos. En el partido de Rivera ardían los chats de la militancia y de los cargos orgánicos.
Ese mismo día en las Cortes se celebraba un acto para oficializar los nombramientos del Consejo de Cuentas y del Consultivo. No acudió ni un parlamentario de Ciudadanos. El presidente Herrera compareció ante la prensa para restar importancia a una foto que golpeado la línea de flotación del partido y del socio que les ha permitido gobernar esta última legislatura.
Casado apoya a Mañueco
“El pasado martes el señor Fuentes (número 1 de Ciudadanos) y yo fuimos los últimos en salir de las Cortes tras el Pleno y nos encontramos al salir. Me podían haber hecho una foto”, dijo, al tiempo que bromeaba sobre un posible fichaje de uno u otro por sus partidos.
Mientras tanto, Pablo Casado hacía una bucólica visita a Las Navas del Marqués (Ávila) con el presidente regional, Alfonso Fernández Mañueco. Con unas vacas pastando de fondo, Casado salía en defensa de Fernández Mañueco, de quien Clemente había dicho, entre otras cosas, que “carece de liderazgo y de proyecto”. Afirmó que no conocía los planes de Clemente de abandonar el partido, pero que estaba convencido de que “no quiere hacer daño al PP”.
Fuentes del PP entretanto dan por hecha la existencia de dosieres sobre todo el equipo de Gobierno que podrían ver la luz y dinamitar lo que queda de la última legislatura de Herrera y de Fernández Mañueco, el llamado a ser su sucesor.